En los últimos días la polémica sobre el necesario aumento de la gasolina se ha incrementado, surgen pronósticos, propuestas, elucubraciones y mientras tanto la derecha, como no tiene argumentos para nada, sale por boca de Julio Borges. el mismo que niega que se hayan construido casas a través de la Misión Vivienda, el mismo que dijo que ni él ni su partido participaron en el golpe de abril del 2002, el mismo que niega que su partido nació de un acto de corrupción, sale a decir que lo que importa no es el aumento sino en qué se va a invertir, como si en este país no existieran, por parte del gobierno planes concretos en marcha aplicables a ingentes problemáticas sociales y con resultados innegables, sólo por personajes como el prenombrado, planes que la derecha no tiene, tanto que lo que han pretendido es copiárselos.
Pues bien, deberían enterarse, o al menos hacer un esfuercito para concluir que aquí, en este país, es donde hay frentes sociales en los cuales se debe invertir, tanto que no hay otro país en el globo que haya dispuesto un porcentaje de su presupuesto más alto que en el nuestro, para dedicarlo a la solución de los problemas del área social y los resultados lo reflejan organismos internacionales como la UNESCO, LA FAO, la OPS,entre otros.
Por otro lado, pareciera que hay consenso, en que el aumento es absolutamente necesario pero, como casi todo siempre tiene su pero, aparece el temor del incremento de la inflación y sus consecuencias, más cuando pareciera que la que ahora tenemos, considerada muy alta, pero a sabiendas de que es artificial por inducida, no puede escapar de ser considerada, por quienes van a tomar la decisión, y a mi humildemente se me ocurre, no sé si será descabellada o no, una propuesta que es la siguiente:
El ministerio del área transporte debe tener en sistema un registro de vehículos de carga, taxis, buses y busetas, transporte escolar privado, entre otros, a los que bien se les podría mantener el precio actual o un incremento tal que no dé pie para que se afecte el índice de costos y por ende presione hacia un aumento mayor de la inflación, con sus funestas consecuencias en el bolsillo de los venezolanos.
Esto quiere decir que el aumento operaría para el resto del parque automotor de todo el país y así evitar que por ejemplo las flotas de camiones privados que transportan alimentos aduzcan la necesidad de aumentar, a su vez, los costos, debido al incremento del combustible, igual para el trasporte público, es decir se debe buscar la manera de no afectar, o de hacerlo en el menor porcentaje posible al bolsillo del pueblo que ya lo está bastante por la guerra económica, que pareciera no ceder y cuyos funestas consecuencias las sentimos los venezolanos, cada vez con más fuerza, cuando vamos al mercado o a cualquier tienda a adquirir un bien,
Lo cierto es que ya no se puede postergar, por más tiempo, una decisión que debió ser tomada hace mucho, hay consenso de que es una necesidad, pero la misma debe venir acompañada de acciones más contundentes, eficaces y en masa, no esporádicas, ni localizadas, para frenar el acaparamiento, el contrabando, las operaciones morrocoy de las empresas en manos de factores de oposición y por ende el desabastecimiento que la derecha pretende vendernos como escases.
Lo cierto es que la medida hay que tomarla, todos los países productores del mundo lo hacen y aquí no puede ser la excepción, se puede y se debe, buscando una fórmula que no sea traumática para una economía a la que los ataques por parte de la derecha hacen lucir como caótica y que nos quieren vender en fase terminal e irreversible.
Se puede y se debe y esta Revolución en quince años ha tenido logros que le han permitido levantarse como el ave Fénix, si no recordemos cómo quedó el país a consecuencia del terrible paro petrolero y como se levantó bajo el liderazgo del gigante y con sus iniciativas, él no está pero el sustituto que nos dejó está demostrando que fue buen discípulo y va a lograr, al término de esta lucha, anotarse otro triunfo, contra las fuerzas apátridas que una vez más, atentan contra nuestra economía, a sabiendas de que es el punto más sensible para el pueblo venezolano.