Desde las primeras décadas del siglo XX el petróleo –por sus mejores condiciones como combustible y la facilidad de transporte– desplaza al carbón como principal energético del mundo. A diferencia del carbón, el petróleo se encuentra mayoritariamente en los países subdesarrollados, esto les otorga a estos países un poder invalorable al controlar la producción de la materia prima más importante del mundo. Todos estos países se convierten en petroleros no por voluntad propia, sino por una demanda mundial, fundamentalmente de las grandes potencias, que a su vez dominaban colonialmente los más importantes yacimientos de Asia y África. Venezuela fue desde 1928 hasta finales de los años cincuenta, el principal exportador del mundo, pero el crecimiento violento de la demanda de posguerra, hizo crecer violentamente la producción del Medio Oriente, petróleo cuya calidad y menores costos comenzaron a desplazar los mercados venezolanos.
La OPEP es un organismo que surgió por múltiples intereses, para los países del Medio Oriente era aliarse con el país de mayor experiencia petrolera y representaba un freno a la arremetida de las grandes potencias, para Venezuela era y sigue siendo el organismo que le garantiza, gracias a las cuotas de producción, seguir contando con mercados seguros y no ser desplazado por el petróleo del Medio Oriente. La OPEP ha sido víctima de múltiples adversarios, muchas veces se ha decretado su muerte, hoy simboliza la mayor representación de los intereses del tercermundo.
A pesar que desde los años cuarenta del siglo XX figuras como Betancourt y Pérez Alfonzo manifiestan preocupación por el desplazamiento de nuestro petróleo, el primero considera que la situación conflictiva de El Medio Oriente sería un freno de esta tendencia y el segundo, menciona que en pro de la conservación de nuestros propios recursos este desplazamiento tiene algo positivo.
En 1947, el gobierno cívico-militar encabezado por AD toma la iniciativa de un primer contacto con representantes de la zona, en este caso concreto con el embajador de Irán (a la fecha el primer exportador de la zona) en Washington, Hussein Alá (quien sustituiría en 1954 a Mossadegh como primer ministro), a través de la figura de Manuel Pérez Guerrero, representante de Venezuela en la naciente Naciones Unidas y quien por su alta experiencia diplomática era quizás el único o uno de los pocos venezolanos que conocía la realidad del Medio Oriente. El ex Ministro de Hacienda, Héctor Hurtado, llegó a decir que por la acción de Pérez Guerrero "si Pérez Alfonzo (...) es el padre de la OPEP, Pérez Guerrero entonces fue su abuelo". Este primer contacto no trascendió lo informal y en virtud de la agudización del desplazamiento de nuestro petróleo, se hizo obligatoria una visita oficial a la zona en septiembre de 1949 (año precisamente en la que la producción de El Medio Oriente sobrepasó la de Venezuela).
Después de ciertos atrasos, en septiembre de 1951, se realiza en Caracas la Primera Convención Nacional del Petróleo, y aunque su carácter era fundamentalmente técnico, la relevancia de los visitantes extranjeros, principalmente los de El Medio Oriente, le daría una gran importancia en el contexto político y económico. El problema Palestino, la Nacionalización Iraní, la revolución nasserista, y en general los movimientos independentistas y nacionalistas en El Medio Oriente los llevaría por un lado a centrar sus intereses en otros asuntos distintos al petróleo y por otro lado esta situación favorecería a Venezuela como "proveedor seguro y estable" y disminuiría el interés de nuestro país en un acercamiento con esta región. Más aún cuando en el período de la dictadura militar, 1948-58, se entregaron nuevas concesiones y no se aumentaron los impuestos y las rentas, satisfaciendo así las peticiones de las compañías. Por estos motivos hasta 1959 no se volvería a producir nuevos contactos entre ambas regiones.
Por lo menos hasta la creación de la OPEP (1960), "nuestra" política petrolera internacional estaba dirigida por los intereses de las grandes compañías, por lo que difícilmente podamos hablar entonces de una política petrolera internacional propia. La otra gran característica de nuestra política exterior es su cuadratura con los intereses de la política exterior norteamericana. Esta explicación previa de nuestra política exterior la hago con la intención de demostrar que la iniciativa que toma Venezuela en la creación de la OPEP no puede ser justificada como acción de solidaridad internacional, integración o tercermundismo. Ante la profunda alianza hacia la política exterior de los EEUU y las pocas relaciones con nuestros propios vecinos hacen muy extraño el establecimiento de relaciones diplomáticas con países tan distantes no sólo geográficamente sino en todos los aspectos, lo único que nos unía era el petróleo.
Todo esto nos hace ver que las intenciones de Venezuela en la creación de la OPEP estuvieron centradas en el logro de garantizarse un papel en el mercado petrolero. Más que defenderse de los grandes consorcios petroleros nuestra defensa es con respecto a los nuevos países productores del vital energético. Además en estas relaciones entre El Medio Oriente y Venezuela, nuestro país ha tomado en muchas oportunidades posiciones adversas a los intereses de los primeros y no más de una vez actitudes que podrían considerarse de hipócritas. Si bien, entre 1950-51, Venezuela envía las primeras delegaciones diplomáticas a la zona (Irán, Egipto, Líbano y Turquía) tan temprano como un 26 de junio de 1948 reconoce al Estado de Israel, siendo de los primeros del mundo.
Además, desde 1949 ante el bloqueo petrolero que los árabes le aplican a Israel, Venezuela se convierte junto a Irán, en uno de sus proveedores. Igual actitud se ha tomado en otras situaciones como las ocurridas durante las guerras de 1967 y 1973, lo que contribuyó a la creación de la Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo 1968. Pero al no conseguir Venezuela un trato especial como surtidor de petróleo de los EEUU la necesidad de un acuerdo internacional con los países del Medio Oriente se haría más importante.
Las causas que llevaron a la creación de la OPEP (14 de septiembre de 1960) estuvieron en la caída de los precios que desde 1958 venían presentándose –mientras que paradójicamente la demanda venía creciendo – lo que llevó a que Irak, Irán, Arabia Saudita, Kuwait y Venezuela se organizarán con el objeto de establecer precios justos y defenderse ante agresiones de las compañías y de sus países de origen (como había sucedido durante la nacionalización iraní). Las alteraciones de los precios producida por la dañina competencia entre las grandes y pequeñas compañías, producía efectos sumamente dañinos en los presupuestos de los países productores. Al revisar detenidamente estos cambios en los precios, vemos como por un lado fue el petróleo en el Medio Oriente el que más perjudicado resultó con las disminuciones en los precios, pero al mismo tiempo esto producía un incentivo al mayor desplazamiento del petróleo venezolano. Esta situación no sólo nos ayuda a explicar el desplazamiento mundial del petróleo venezolano, sino también las causas que llevarán tanto a las restricciones petroleras norteamericanas – cuyo precio alto era un incentivo para las importaciones – como a la creación de la OPEP para detener la caída de los precios.
Dentro de las causas que llevarán a la creación de la OPEP están tanto los intereses comunes como los divergentes entre ambas zonas. En el primer caso, la necesidad de estabilizar los precios y defenderse ante cualquier agresión de las compañías, en el segundo, tenemos por una parte la necesidad del Medio Oriente de contar con la colaboración del primer país exportador del mundo; con una gran experiencia, líder en cuanto a acciones reivindicativas, en tanto que para Venezuela –como se ha tratado de explicar –era, ante la posición de los EEUU de no considerarlo dentro del tratado hemisférico, la única posibilidad de frenar su desplazamiento del mercado mundial. Mientras que para Venezuela la OPEP era un organismo estrictamente económico – de sobrevivencia económica – para el Medio Oriente significaba más un instrumento político contra el "imperialismo petrolero" y para ello era importante contar con la colaboración del país mayor productor y líder de las reivindicaciones petroleras.
Así como para los productores norteamericanos y Venezuela el prorrateo era una necesidad para su permanencia como productores así como el medio de lograr precios altos, para el Medio Oriente era fundamentalmente el mecanismo que garantizaba el dominio de los productores en el mercado petrolero: producir solo lo necesario, evitar la sobreproducción y por lo tanto el predominio de los consumidores. Las cuotas de producción eran el mecanismo de control político con el que podrían contar los productores para enfrentarse al imperialismo petrolero.
En la década de los noventa, en el marco de las doctrinas económicas de corte liberal, ante la apertura internacional de las economías y la globalización de los mercados, muchos defendieron a "capa y espada" la reformulación de la política petrolera, por considerar que la existente para esos momentos estaba llena de mitos y que en la práctica se convirtió en una traba para el desarrollo de la industria petrolera. En ese mismo contexto se mencionó que la OPEP era también un mito, que más es lo que nos perjudicaba que lo que nos favorecía; que frenaba nuestras potencialidades a través de las cuotas de producción, las cuales a su vez son constantemente irrespetadas por los otros países miembros. Hay quienes a gritos pidieron nuestra salida de este organismo. Pérez Alfonzo repitió muchas veces que mientras tengamos petróleo, tenemos que seguir en la OPEP, no es con petróleo de la faja – según nuestros técnicos el primer reservorio mundial de petróleo pesado - que vamos a competir con el petróleo Oriental. Una guerra de mercados no es favorable para el petróleo venezolano.
No hay la menor duda que la política petrolera del gobierno revolucionario de Chávez ha reivindicado el papel de la OPEP, como máxima representación del poder del tercer mundo frente a los grandes imperios, se ha estimulado un mayor acercamiento y alianza entre sus miembros, logrando controlar la producción y estabilizando los precios que llegaron a su mínimo en los gobiernos entreguistas de CAP y Caldera.
Pero como paso previo a cualquier integración ínter OPEP, es necesario un mayor conocimiento de la realidad de estos países. ¿Cómo integrarnos si es muy poco o nada lo que sabemos de ellos y viceversa? ¿Qué conocemos de su historia, cultura economía, del modo de vida de los habitantes de estas regiones? ¿Qué conocen ellos de nosotros? Por lo anteriormente señalado, no tenemos la menor duda en afirmar que el primer paso para integrarnos es a través del conocimiento de quiénes somos. La OPEP esta obligada a traspasar de una relación estrictamente petrolera, debe convertirse en la plataforma económica y política que haga posible a los países del tercer mundo un espacio de negociación en este planeta tan desigual e injusto.