La historia que cuentan los obreros de la planta de inyección de Recuperación Secundaria Oriente (Resor) en el Complejo Jusepín deja ver que en el momento de atender el evento no contaban con recursos básicos para la solución del problema originado, dicen "La situación ocurrida el día 6 de Julio, con el rebose de aguas aceitosas en la planta SAEN/RESOR afectando al río guarapiche obedece a causas estructurales que están afectando todos los procesos de producción en PDVSA y nada tiene que ver con inobservancia o saboteo de parte de los trabajadores … al momento de la falla quedaron activos los productores de agua, los cuales deben desactivarse manualmente en su locación, lo que implica traslado vehicular; los trabajadores no contaban con esta herramienta, lo cual es una situación… denunciada a todos los niveles"…, tal lo señalan los obreros. Pero se los acusa de negligencia y desidia.
Ante este hecho y otros similares, parece haber reflexionado el Ministro Quevedo, en particular sobre la cantidad de técnicos e ingenieros presos por "actos de corrupción y sabotaje"; no bastaba con poner presos a los sediciosos, había que buscarle una solución inmediata al "sacrificio moral" de la industria al quedarse sin profesionales por estos penosos motivos. Por tal razón, el ministro y presidente de PDVSA Manuel Quevedo hizo una misa en La Campiña, para pedirle y hacerle una ofrenda al Todo Poderoso a Dios, a fin de que la industria se recupere en tiempo record. Tal es el estilo Maduro de resolver los problemas hacia dentro y hacia afera, pidiéndole ayuda a Dios. Pero "a Dios rogando y con el mazo dando", o "Ayúdate que Dios te ayudará", yo te ayudo pero si tú te ayudas, así dice el proverbio, y es justamente lo que no pueden hacer en el gobierno, porque todo se lo delegan al Señor, y Éste, que todo lo sabe y todo lo ve, se dio cuenta de sus picardías y se quedó hace rato de brazos cruzados.
Es una actitud casi que primitiva. Un ministro serio no hace una misa para resolver problemas técnicos, predecibles y prevenibles, súper calculados, que cuentan con libros y manuales de protocolos para eventos, por montones. Es una actitud demás de demagógica (realmente es una farsa, para la cual siempre estará dispuesta la iglesia, que vive de eso), tercermundista, ¡como si la gente va a creer que con una ofrenda y una misa vamos a recuperar la producción petrolera! ¡No pongan al frente de la industria especialistas y profesionales competentes a ver si se va a recuperar la producción petrolera!, ¡como si Dios fuera petrolero! La gente en este país es creyente, pero no idiota, sabe que una ofrenda a Dios es un acto simbólico, pero inútil, mucho más si los que dirigen la industria (los jefes que toman las decisiones) son unos ineptos que no creen en nada ni en nadie.
No es la primera vez que el gobierno de Maduro encomienda sus responsabilidades a Dios. Le ha pedido sabiduría al Papa; "Le pido a Dios la mayor sabiduría para poder conducir esta revolución profunda en Pdvsa", dijo Maduro en una ocasión y se trajo al Gran Inquisidor; le pidió a Dios para el resultado de los diálogos con la oposición; le ha pedido ayuda hasta a Marialionza para ganar las elecciones, se la pasa pidiéndole "ayuditas" a Dios, pero es incapaz de hacer las cosas con sentido (dirección vectorial) y claridad, como un verdadero estadista. Nadie le pide a Maduro que no cometa errores, sino que no cometa tantos y que los que comete los reconozca y rectifique, porque si no seguirá "desnudo", caminando por las calles ante su pueblo como aquel emperador engreído y vanidoso; seguirá haciendo el papel que mejor que saber hacer…
Ahora, ¡que el ministro Quevedo imite en esto al presidente es una bobería! Manuel Quevedo, además de ser ministro en un sector de la economía donde se requiere alto nivel de profesionalismo y conocimientos técnicos, es militar, y los militares también desarrollan un sentido realista de las cosas, en especial en las guerras. Que yo sepa, en las guerras los que ofrendaron a los dioses para que actuaran a su favor, cuando lo hicieron fue porque, en aquellos tiempos, los dioses hacían presencia real en las batallas, se metían en el peo, en contra o a favor de uno o de otro bando, y siempre ganaba el que más animales echaba a las brasas en sus hecatombes. Si este es nuestro caso, la ofrenda de Quevedo quedó anulada del otro lado por la ofrenda equivalente hecho por el enemigo, que de seguro, al ver la de acá; precavidos tomaron sus previsiones e hicieron la suya también, es lo que hacen los militares en las salas situacionales, estudian todas las opciones, reacciones, analizan el entorno; también espían, etc...
La denuncia de los obreros sigue así… "No entendemos que una falla ocasionada por la no disponibilidad de recursos se convierta en una excusa para acusar a estos trabajadores de inobservancia o peor aún, de saboteadores cuando se les piden que trabajen sin equipos de seguridad, sin herramientas, sin comer bien,… Por ello la clase obrera petrolera rechaza estas medidas contra nuestros compañeros Luis Jiménez, Yoe González Gyvemshy Sanabria e Irwyn Rendón" Se trata de una nota casi anónima que corre en las redes, quizá cuidando sus puestos de trabajo, de ser despedidos o sancionados debido a la situación de persecución que se vive en la industria a raíz de la inquisitiva postura del Fiscal. Tal y como ha actuado éste señor, el ministro Quevedo ha debido hacerle la ofrenda a él, que de seguro se encuentra hoy por encima de Dios y de los hombres. Pero estas contradicciones son menores, peor es querer tapar el sol con un dedo y dejar que el general Quevedo dirija la recuperación de la industria y menos a favor de la revolución, que hable de independencia entregando la industria a trasnacionales, más chino y rusos, que se apoye esta barbaridad desde la ANC y estemos a punto de pedir ayuda al FMI, porque no hay plata ni para pagar los sueldos, la inflación es un hoyo negro y los empresarios "honestos" siguen como garrapatas chupando de la poca sangre que le queda a PDVSA, esas contradicciones sí que son serias, que se gobierne para los capitalistas en nombre del socialismo.
