Como nunca, en la historia de los últimos cien años o más, la humanidad había estado sometida al claustro, encierro obligatorio, condicionado, voluntario... Distanciamiento social entre familiares, amigos, vecinos… a causa de un pequeño y desconocido enemigo. Extendido sobre toda la tierra, en todas las naciones trajo días extraños, difíciles de concebir, de llevar. Las sociedades todas, en todas partes, viven a la expectativa, en algunos casos; a la deriva, con autoridades, instituciones y gobiernos, de acción inexistente, de actuaciones negligentes, faranduleras, distractoras de la calamidad, abiertamente en desprecio y negadoras de la existencia y continuidad de la vida humana ante la peligrosidad de tan formidable enemigo. «¡Estaban superados, eran incapaces o simplemente, actuaban en concomitancia y coexistencia perversa!» Son los días de pandemia global que, como nunca, durante los últimos cien años, amenaza la existencia y continuidad humana.
La economía mundial está detenida. A lo interno la continuidad institucional de las naciones está en vilo; falta de alimentos, servicios, atención médica, nada funciona con regularidad y normalidad acostumbrada. Se vive en un ambiente de expectativa, de convulsión e irrupción social latente, en solicitud de soluciones rápidas, eficientes que nadie tiene. Es todo un escenario de expectativas nada halagadores. ¡Ni en las más adineradas y desarrolladas naciones! Por el contrario, han mostrado ser las más vulnerables, expuestas e ineficientes, ante este enemigo. El desempleo se cuenta por millones, viejas hostilidades internas y externas, el racismo, la xenofobia, la exclusión social, la avaricia, la ambición y falta de solidaridad, se evidencian con mayor preocupación. ¡Sus gobiernos, parecen tomar previsiones hacia escenarios de mayor y extendida complejidad! En la evaluación y proyección a largo plazo de este Estado Pandémico «se les ha recomendado tomar toda previsión posible, necesaria en la continuidad del Estado Nación». ¡Nada debe ser dejado al azar! Así, «la energía, es sin duda, el primer objetivo y bien a resguardar» ¡Debe garantizarse a toda costa la tranquilidad y operatividad del Estado, continuidad del gobierno, la institucionalidad, sistema político, modelo económico!... ¡La paz social!
En este escenario apocalíptico, de consecuencias y desenlace impredecibles, «la posesión de energía, como ingentes reservas petroleras, sin limitación alguna de aprovechamiento, garantiza y define la continuidad de la actividad económica interna, superioridad e imposición ante otras naciones»
Así, como hipótesis de conflictos; el bajo cero en el precio del West Texas Intermediate registrado los últimos días, evidencian la preparación estadounidense para un largo y prologado Estado Pandémico, donde el fundamental objetivo es la estabilidad interna de la nación, social y económica en este momento bien delicada, en terapia intensiva y pronóstico reservado. Segundo, ante la vulnerabilidad de otras naciones, la restructuración del mundo, con proyección e instauración definitiva de su modelo hegemónico, decisorio global. Para el poder en las sobras y sus analistas, bajo estas premisas e hipótesis de conflicto y teoría del caos constructivo, «está la más excepcional de las oportunidades» ¡Como nunca en la historia humana! ¡Desde luego que no la dejaran al azar!
La perspectiva de prolongación del Estado Pandémico en América dibuja, configura y reescribe la acción del caos constructivo y la zona cero, que a lo interno de los países lleve al descontento, irrupción social, desconocimiento institucional, quiebre y aniquilación del Estado Nación, en ese sentido se trabaja aceleradamente en Brasil y México, donde el resurgimiento de la violencia y la evidente falta de gobierno motivan la observación, preocupación y mucha puesta de atención a eso que viene ocurriendo. «¿Para dónde quieren ir?» Todo conduce a pensar en escenarios encaminados hacia el desconocimiento institucional, derrocamiento de los gobiernos y difícilmente instauración de gobiernos de emergencia con poder, legalidad y legitimidad institucional bajo este Estado Pandémico de caos social, lo que consecuentemente sumiría a estas naciones, su economía, en un verdadero pandemónium, en medio de la mortandad y afectación fundamental que nos ocupa, que ocupa a la humanidad hoy día. El caos generalizado en Brasil y México, por su extensión territorial y peso económico, son sin lugar a dudas el mejor y más poderoso foco de propagación como zona cero de este "caos constructivo hacia todo el continente". Argentina está sometida y vulnerable ante el FMI, Colombia, sin soberanía ni autoridad gubernamental, hace todo lo que le dicen, Chile no cuenta un papel tan diferente al de Colombia, en y contra Venezuela, son abiertamente predecibles, no tienen una dirigencia plausible, con respaldo popular creíble que en esta situación la siga, ¡no es que no intenten y trabajen para ello, no, cuidado! Sus acciones a lo interno y propagandísticas externas tienen más un efecto distractor del verdadero objetivo sobre Brasil y México, el que una vez logrado, por inercia y extensión, indudablemente afectará a Venezuela. A Latino América y El Caribe. En contra y hacia Europa y otras regiones hacen lo propio.
Desde la relatividad del sistema de referencia del observador; ¿un precio ‘menos cero’ qué significado tiene? «Ni en Economía ni en Física hay una explicación valedera para ese valor de mercado», sin embargo hay una interpretación discutible: ¿Quién está perdiendo el valor como bien material de intercambio; el petróleo o el dólar? «¡Nadie quiere, ni puede, ni debe, vender a menos cuarenta dólares!» ¡No tiene sentido recibir algo que no existe! ¡Mejor te regalo lo que produzco, petróleo, tangible, medible, sin pretender recibir algo, insisto, que no existe! ¡Es de locos esperar recibir un bien inexistente!