Importación de Electricidad y Soberanía Energética

Algunos países cubren su déficit eléctrico con la importación de energía, en otros casos como en Venezuela se ha importado y exportado a la vez, básicamente por las condiciones técnicas y geográficas de nuestro sistema. Como lo hemos demostrado con estadísticas en otros escritos, el estado Zulia es el segundo estado en consumo per cápita pero el primero en consumo como región, éste se encuentra a gran distancia del principal centro generador del país (Guri) dificultando el proceso de transmisión eléctrica que consiste en el transporte de la energía a grandes distancias y a altos valores de tensión de tal forma que se puedan reducir las pérdidas propias que ocasiona el conductor.

De éste análisis resulta lógico que Venezuela pudiera suministrar electricidad por el sur a Brasil y recibir por occidente desde Colombia. Es común que esto suceda entre países, que sea más cómodo o rentable abastecerse de los recursos de países vecinos que desde su propia nación, en esos municipios o provincias que son limítrofes y cuyo consumo o importación de cantidades pequeñas les resulta más económico que incluso instalar plantas portátiles a gasoil. En esta data encontramos que hasta los EEUU importan electricidad que seguramente no es para alimentar unas empresas o regiones estratégicas.

En Latinoamérica, Brasil es el país con mayor nivel de importación de energía visto su gran desarrollo industrial y lo distante de muchas ciudades o poblaciones con respecto a los centros de generación. Eso hace que a Manaos, ciudad al norte de ese país, sea más fácil o económico alimentarla por Venezuela que por sus propias fuentes de generación, además con energía más económica que la que ellos producen. Lamentablemente esos sistemas no son bidireccionales, lo que Venezuela dejó de suministra a Brasil éste no va a compensar por el sur. El mismo análisis se aplica en el caso de Colombia, desde Venezuela no se le puede vender electricidad porque es nuestra zona de mayor déficit.

El historial de consumo muestra que Venezuela importó electricidad desde Colombia entre los años 2009 y 2018 siendo su pico máximo de exportación en el año 2010 cuando hubo la primera crisis eléctrica nacional, para ese momento la compra de energía fue de 1.651 MW aunque en paralelo se le suministró a Brasil la cantidad de 542 MW en 2008 hasta el máximo de 705 en 2017. En plena crisis eléctrica del 2016, se le suministró a Brasil, pero Venezuela tuvo que dejar de exportar y de importar electricidad debido a la restricción externa (limitante para obtener o acceder a dólares o divisas internacionales), así como el bloqueo económico impuesto desde los EEUU. Se encuentra que Brasil aunque quería cancelar la deuda por electricidad equivalente a más de cuatrocientos millones de dólares era impedido por el bloqueo, expresado en la imposibilidad de realizar la transacción bancaria.

Análogamente, la actitud hostil y belicista de de Colombia contra Venezuela hace que el suministro no fuese confiable, siendo también el más costoso de Latinoamérica debido a los elevados precios de los combustibles en ese país, aunque solo el 33% de su generación es termoeléctrica o por uso de combustibles fósiles, el resultado de ese alto costo de la electricidad colombiana es el producto de una política neoliberal que entregó la soberanía energética a manos de empresas privadas sumando un total de 134 empresas, conformadas de la siguiente manera: 66 de generación, 7 de transmisión y 61 de distribución. El estado colombiano regula a través del ministerio de minas y energía el servicio y sus tarifas pero a un 17% más alto del promedio residencial de Latinoamérica, mientras que curiosamente para el sector industrial solo es el 9,7% más al el 60%to. Lo que obliga al gobierno neogranadino a subsidiar hasta el 60% de la tarifa eléctrica en la capa social más vulnerable y otro del 50% en el penúltimo sector de ingresos económicos.

Por el momento esta opción de importar energía desde Colombia no es garantía confiable de satisfacer el déficit en la demanda nacional por sus costos y su contribución al bloqueo y cerco económico del país que se ha expresado hasta en el robo de contenedores con alimentos que vienen a nuestro territorio.

Luego de este análisis, es menester reconocer que el gobierno revolucionario, en apego a los postulados chavistas o al legado de Chávez, tiene que resolver de manera endógena el problema del déficit eléctrico. Pero más aún, sabiendo la existencia de corporaciones mundiales cuya función es hacer lobby para apoderarse de las empresas energéticas, como es el caso de ARCO (sólo se conoce el nombre de sus siglas en ingles) que representa un organismo a servicio de la oligarquía a nivel mundial, integrado por exfuncionarios reclutados de inteligencia de las Naciones neoliberales, cuyo objetivo es el control de las reservas petroleras a nivel mundial, por lo que el caso de Venezuela, además del petróleo como energía primaria también es la electricidad como fuente energética, por lo que su intención es revertir el proceso de nacionalización del sistema eléctrico realizado en el 2007. En ese caso es imperativo darle rango constitucional al tema eléctrico y específicamente, realizar la modificación del artículo 303 de la Constitución de la República para hacer irreversible ese proceso de nacionalización.



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Endert Gil Montserrat

Ingeniero Electricista y docente de la UPTAEB-LARA .

 endertgil@gmail.com

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