La Pandemia de los apagones

El problema de la energía eléctrica no se resuelve nombrando un ministro o comisiones para que estudien este conflicto, ese es el principal efecto de corrosión que tiene encima la revolución, eso es burocratismo, corrupción e ineptitud, además de ser una injusticia, una subestimación, que se comete con el talento revolucionario venezolano.

Ese problema si tiene solución y como se lo manifesté personalmente al presidente apenas tomo el poder en 1999, cuando le hablé de la “operación bombillo”, el cual se trataba de un proyecto donde se le notificaba la situación de ese momento de Cadafe y sus filiales, dándole la problemática y las soluciones, estudio que se realizó dirigido por el ingeniero electricista, Rodolfo Galvis .

Este proyecto fue trabajado en base a toda una investigación exhaustiva, realizada por personal altamente calificado y donde participaron, trabajadores ejecutivos y obreros de las diferentes instituciones a nivel nacional, Edelca, Cadafe y sus fililes Enelven , Enerbar y Enelco y cuya razón ideológica y práctica fue la de promulgar y divulgar el gravísimo problema en la que estaba sumida nuestra industria eléctrica nacional y su reindustrialización y de como esta área era un requisito básico para el ordenamiento político social y económico de la nueva República.

Es verdad, la energía eléctrica desde la IV República se manifestó por ser un espectro, una empresa ineficiente y no rentable, allí nunca se corrigieron las fallas que se originaron en sus sistemas, daños en equipos e instalaciones y las interrupciones, causadas por la mala organización y su funcionamiento, era una empresa dedicada al clientelismo partidista y sindical, siempre con una deficiente administración de los recursos humanos y materiales, una gerencia en crisis y una supervisión insuficiente.

Las grandes inversiones que se le hicieron fueron a parar a los bolsillos de los personeros, diputados, presidentes de los organismos de las instituciones y los ministros de turno. Cadafe era una mafia, un centro de donde se manejaba todo un equipo de corrupción.

Las compras de equipos y materias necesarias nunca se llevaron a cabo y si se hacían, traían chatarras inútiles. De ahí, que los equipos de generación, transmisión y telecomunicaciones, se encontraban siempre envejecidos y deteriorados.

Pero, lo más lamentable es que en estos once años de revolución, el panorama es totalmente igual, a pesar de que también se han hecho enormes inversiones y voy a señalar solo un hecho.


Recuerdo que en un Aló Presidente, realizado hace 6 años las agencias de noticias registraron que se había firmado en presencia del Presidente Hugo Chávez, un contrato por 160 millones de dólares con la firma internacional Alston Power, el 13 de mayo del 2003, para construir la casa de máquinas de la presa La Vueltosa, cuyas obras físicas estaban concluidas, desde 1999.

En ese evento, el presidente Chávez alardeo la inversión y pidió que le informaran cuando estuviese generando hidroelectricidad. El trabajo importante del gigantesco movimiento de tierra y llenar la presa de agua ya había sido concluido. El presidente precisaba como era lógico, que le dijeran el tiempo que consumiría construir o adquirir las maquinarias y equipos, hacer las fundaciones y las bases para instalar las turbinas.

El viceministro de Energía y Petróleo del momento, Nervis Villalobos, presente en el acto, con precisión de reloj suizo respondió que en julio de 2006, La Vueltosa estaría generando hidroelectricidad.

Como un dramático contraste, 3 años después de no haberse inaugurado La Vueltosa, hace unos meses las nuevas autoridades energéticas anunciaron que se iniciará el recorte eléctrico en los estados andinos Táchira, Trujillo y Mérida, el cual habría sido innecesario si las autoridades gubernamentales hubieran cumplido su palabra de instalar las turbinas previstas, desde mediados del 2006, que es la punta del sistema interconectado.

A estas alturas La Vueltosa estaría supliendo 514 megavatios de hidroelectricidad a los Andes, adicionales a su demanda de 1.180 megavatios (incluidos Barinas y Portuguesa) antes de la emergencia eléctrica vitoreada por el gobierno en el 2007.

El despacho periodístico registraba que Alston instalaría dos turbinas de 257 megavatios cada una, de la serie MW Francis, incluyendo todos los sistemas, unidades electromecánicas, sistemas de control Alspa, líneas de transmisión y algunos trabajos civiles conexos, algo así como dicen los maestros de obras, el “trabajo de carpintería”.

Dos años más tarde, el 25 de abril de 2005, Cadafe advirtió ostentosamente con su acostumbrada parafernalia futurista, “dentro de dos años aproximadamente, los apagones y racionamientos de electricidad en el Táchira y la zona andina serán historia”.

Ahora trasciende oficialmente a la opinión pública el misterio mal guardado, de los apagones y racionamientos, y es obligatorio que el pueblo pague con sacrificios sus corrupciones.

¿QUÉ PASÓ? No se ha explicado aún qué sucedió con la firma internacional Alston y los bancos franceses y brasileños, que dieron marcha atrás en su financiamiento, y florece otro bien guardado misterio de estado, de que en los dos primeros años de la administración del presidente Chávez, estuvieron negociando con grupos chinos que iban a acometer la obra y aportar el financiamiento, y nunca se conocieron los resultados.

Haciendo un histórico y rápido vuelo rasante, vale la pena recordar que después que Chávez dio luz verde en el 2003, para instalar la casa de máquinas en La Vueltosa, han pasado 6 años, y ese período de tiempo demoró construir la monumental obra del Guri.

Otras irregularidades rodean que no haya un servicio eléctrico confiable. Con las sumas considerables invertidas, el 43% de la electricidad que se genera en el país no se cobra, en eso que llaman “cuentas negras” que son las pérdidas por ineficiencia gerencial y robos clandestinos. Conversando hoy con el doctor Galvis, no titubeo para decirme: “Camarada la corrupción nos corto otra vez la luz”

El presidente si estaba informado de lo que se le venia encima a la nación, debe asumir esta responsabilidad, no puede lavarse las manos como Pilatos y de no intervenir con justicia y como revolucionario, en septiembre que no este maldiciendo al pueblo que lo tiene en el poder.

Hay que luchar contra los oportunistas y corruptos, eliminarles la etapa de bonanza y repartición del botín energético, por culpa de estos la energía está hipotecada, en quiebra, es cierto, lo nuevo no se incrementa fácilmente, es un proceso histórico objetivo de fuerzas y personalidades limpias, donde lo fundamental es la independencia, la conciencia nueva de la verdadera revolución. No es posible que un país tan rico en energía, como el nuestro, tenga estos problemas tan graves hoy y lo mas critico, que se sacrifique al pueblo y se le diga que el es el culpable por el derroche de luz.


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Víctor J. Rodríguez Calderón


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