Como morder el polvo sin pasar por la vergüenza de aceptar que me equivoqué

Pedir perdón para mí es fácil, porque, como no tengo principios, ni compromisos con nadie, hago con mis escritos lo que se me venga en gana, es decir, como soy quien le pone el cascabel al gato, luego entonces ajustarme a cualquier cosa. ¿Me entendieron? Bueno; triste porque igualito comeremos porque yo tampoco entendí lo que quise decir, pero me parece que capté el mensaje de mi conciencia.

Dicen que los buenos perfumes vienen en frasco pequeño, bueno, mi cerebro vino en este pequeño estuche craneal y de bueno no tiene un carajo, porque lo único que sirve es para decir sandeces; sandeces que muchas veces me ponen en problemas ideológicos, debido a que, como no pienso las cosas que muchas veces digo, luego entonces me la paso pariendo para conseguir los favores de algunos empleados públicos, si, empleados, porque de servidores públicos no tienen nada y mucho más aun, y me disculpan el “pleonasmo”, pero es que debo dejar bien claro que no sé lo que digo y hago, pero que estoy muy seguro de ello.

Debido a mi postura doctrinaria de creer en principios religiosos pero no aplicar sus normas, me la paso buscando camino extraños para poder mencionar a DIOS, y en consecuencia, muchas veces debo asumir posturas sumisas ante algunas adversidades, sin tener que llegar a la humillación del ser o la persona (en este caso yo), pero cuando tenemos la obligación de aceptar algunas culpas, por absoluta convicción de la conciencia, no hay más que decir. Perdóname Señor.

El pasado día jueves 12 de agosto de 20010, muere en diputado a la Asamblea Nacional LUIS TASCON y luego el día sábado 14 de agosto de 2010 muere el general ALBERTO MÜLLER ROJAS quienes en su momento y en el tiempo preciso de Dios cumplieron un papel preponderante en los albores de nuestro proceso político de cambios profundos, pero que debido a ciertas posturas, no tan genuflexas, ante los desmanes y las desproporcionadas actitudes de algunos insignes mequetrefes de nuestra política actual que se hacen pasar por socialistas y revolucionarios, un día decidieron, no traicionar al proceso, sino montar tienda aparte, para no tener que llevar la carga de una denigrante degradación de nuestra revolución, que a mi modo de ver las cosas, pareciera que va en la ruta filosófica del cuarto republicanismo Petkofniano del: “Estamos mal pero vamos bien”

Yo no he venido a este espacio a tratar de lavarme las manos como Pilatos, no. He venido a esta instancia a tratar de dejar algún mensaje que nos pueda hacer entender algunas cosas, que no debemos hacer y que luego nos represente algún inconveniente para la posteridad, así, es el caso mío, es decir, en algún momento de efervescencia ideológica política, tuve que, por falta de una cultura política depurada, adoptar posiciones que para su momento fueron, de no reconciliación, ante alguna posturas de estos insignes camaradas, que solo nos estaban alertando de las cosas que estaríamos padeciendo en el futuro inmediato de nuestro proceso político, pero que, por el dogma de la solidaridad espontánea, nunca le presté atención a las cosas que en sus debido momento llegaron a decir estos dos compatriotas que hoy ya no están con nosotros.

Mi mas reciente postura desproporcionada, políticamente hablando la tuve con mi general ALBERTO MÜLLER ROJAS, la cual no voy a citar, ni voy a recomendar por razones más que obvias, pero viendo las cosas que actualmente están aconteciendo dentro del PSUV, no me resta más que, aceptar que un día más también me equivoqué, pero que por no ser futurista, no pude percibir lo que en su momento vio Alberto Müller Rojas, y las futuristas advertencias de las cuales nos alertaba Luis Tascón, cuando decidió adoptar con hidalguía la defensa de sus principios primordiales como Revolucionario y Socialista.

Hoy no sé cómo hacer para pedir disculpas a los que ya no están con nosotros, porque, como no me escucharán, es posible que al igual que muchas de mis palabras se pierdan en el aire, y como no soy dado a las condolencias es posible que el Señor, en su infinita misericordia, no le haga llegar mis palabras hipócritas a los camaradas, para no hacerles pasar un mal rato en su eterno descanso, pero para dejar a mi conciencia en un estado de tranquilidad y, esperando que en algún gameto del tiempo mis palabras puedan llegar a ustedes: “Pido perdón a dios y no a los hombres” y a ustedes camaradas que la paz del señor los cobije.

Hasta la victoria siempre

PATRIA O MUERTE

¡VENCEREMOS!

cabacote@gmail.com


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Jesús Chúa Espinoza


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