Seguro social, en trance de liquidación, y con el Ipasme. No tenías nada más, a no ser los hospitales públicos, donde además de los malos tratos, tenías que comprar las medicinas y otros insumos que se necesitaran para tu curación, como placas, jeringas, gasa, yeso, etc.
Un sueldo;
remuneración que generalmente estaba por debajo de la inflación y
unos aguinaldos simples.
Prestaciones Sociales: gozaste de esta reivindicación hasta el gobierno neo-liberal de Caldera, quien junto con los partidos AD y Copey, Fedecámaras y la CTV, las eliminaron. Por otra parte, hay que puntualizar que mientras esta reivindicación permaneció vigente, casi nunca se pagaba y, cuando se quería hacer, ya la persona había fallecido. También hay que reseñar el macabro proyecto de privatizar la educación. Lo que hubiera dejado sin trabajo al 70 u 80 por ciento de los maestros. ¿Y sabes por qué? Sencillamente, porque la inmensa mayoría de los niños hubieran carecido de recursos para costearse sus estudios.
Esos eran todos
los beneficios con los que podías contar durante los gobiernos anteriores,
con el agravante de que debido a un aumento indetenible del Índice
General de Precios, tu situación hacia un proceso de empobrecimiento
era cada vez mayor.
AHORA. CON CHÁVEZ
Seguro Social: completamente recuperado, lo que permitió evitar la eliminación de las jubilaciones y pensiones.
Aumentos de sueldos: todos los años y por encima de la inflación. Esto permite que los aumentos sean realmente efectivos y no nominales, como sucedía antes. Antes, después de llevar muchos rolazos y tragar el gas lacrimógeno parejo, se aumentaban los salarios, pero con el inconveniente de que simultáneamente con ese aumento de los sueldos y salarios aumentaban también los precios.
Seguro Médico: Hospitalización, Cirugía y Maternidad. HCM
Asistencia médica domiciliaria.
Servicio de ambulancia,
Cesta Ticket
Homologación de las pensiones con el salario mínimo, en contraste con las miserables limosnas que antes se les reconocían.
Pago de dos meses de aguinaldos
a los pensionados, beneficio que jamás se les reconocía a esta personas,
que de una manera ingrata, hoy les regatean el apoyo a su benefactor.
Otros beneficios:
Centros de Diagnósticos Integrales (CDI).
Misión Barrio Adentro.
Aguinaldos triples, y pare
usted de contar.
Después de haber analizado lo anteriormente dicho, dime:
¿cuándo habías estado mejor,
antes, en la cuarta República, o ahora? Una persona sensata, que no
tenga un falso concepto de la lealtad, no tendría problemas en reconocer
que ahora vive mucho mejor, gracias a los beneficios alcanzados durante
el actual gobierno. Pero, además, otra pregunta: ¿qué sucedería
si este gobierno fuera sustituido por uno de la oposición, que ya ha
reconocido que aplicaría desde el gobierno una política neo-liberal?
¿Conservarías estos mismos beneficios? Lo más seguro es que no sólo
los perderías sino, además, que hasta podrías quedarte sin trabajo.
Recuerda que Carmona, apoyado por la oposición, en su corto reinado
lo primero que eliminó fue el aumento de sueldos y salarios decretado
por Chávez pocos días antes del golpe. ¿Estás seguro o segura
de querer arriesgar estos beneficios apoyando a quienes ya habían
descuartizado a este país? ¿Es sensata tu posición contraria a un
proceso político que, como el actual, te ha dado tanto?
Ahora permíteme que te cuente
una anécdota: un día una maestra jubilada descubrió que padecía
una enfermedad muy seria para cuya curación requería ser
intervenida quirúrgicamente. La operación, debido a lo compleja de
la misma, demandaba una alta inversión de dinero -40 millones de bolívares
que ella, por supuesto, no tenía-. Por esa razón no hubo puerta que
no tocara en solicitud de auxilio. Fue a la gobernación de Rosales,
fue a un Nuevo Tiempo, Acudió al Consejo Legislativo, controlado por
sus compañeros, acudió a otros partidos de la oposición, y en todas
partes le tiraron las puertas en las narices.
Hasta que un día alguien le sugirió que fuera a PDVSA. Al principio se resistió, pero como la cuestión era de vida o muerte, finalmente acudió a la empresa en solicitud de ayuda. Allí no le tiraron las puertas en las narices como lo habían hecho sus compañeros. Por el contrario, fue atendida con la amabilidad con la que requiere ser atendido un enfermo, y de inmediato fue remitida al Hospital Coromoto. Allí fue operada exitosamente y hoy goza de perfecta salud.