CIRUGIA URGENTE O SE NOS MUERE EL PACIENTE
No sólo en el campo de la medicina, se requiere realizar cirugías de emergencia, cuando surge un peligro inminente para la vida y la solución es cortar de raíz, cuando se necesite el órgano que pueda afectar el resto del sistema, así sucede con la llamada apendicitis, amigdalitis, y hasta con el corazón y los riñones que se pueden reemplazar por otros y así se preserva la vida del paciente, pues cuando se requiere de ellos para actividades normales o especiales no responden como es debido; generalmente se llega a esos extremos por malas prácticas, en su desempeño vital, excesos y hasta abusos.
Esta práctica se puede y a veces se debe extrapolar al campo de la política y por ende a la gestión de gobierno.
El cirujano en este caso tiene en sus manos la solución y la ha expuesto, es una intervención a través de una técnica llamada 3R y que ahora se requiere repotenciar y ha dado por llamarse 3R al cuadrado.
En ella se requiere utilizar el bisturí para corregir los desajustes funcionales, y por ende desterrar resultados que han afectado, ojala y no irreversiblemente, el cuerpo de un Proceso que tiene en sus manos la conducción de las funciones generales del sistema, y que está fallando.
El problema hay que resolverlo de raíz y hay que extirpar, el problema ha sido diagnosticado y focalizado y no se puede dejar avanzar, porque si se lo deja el desenlace puede ser fatal.
Esta Revolución tiene que salvarse y levantarse con más bríos porque de ello depende la vida y el futuro casi que de la humanidad, su fracaso sería la eternización de la perversidad, de la exclusión y las desigualdades de los seres humanos creados por Dios con los mismos derechos.
La enfermedad se ha hecho evidente y visible, a raíz de la prueba que el Proceso tuvo que pasar hace apenas unos días, y a estas alturas ya se debería estar aplicando la solución quirúrgica.
Las opiniones en este sentido, de especialistas o no, ha coincidido en que hay que tomar medidas drásticas en sitios como el Táchira, Zulia y Anzoátegui porque allí están focalizados con mayor énfasis los problemas que pueden afectar al resto.
En lo que respecta al Táchira han surgido voces autorizadas como la de Iris Valera que tal vez, aceptando que es parte del problema, prefiere dar un paso al lado y dejar en libertad al cirujano mayor para que disponga de la manera más acorde con los principios y prácticas democráticas, sin dilación, a aplicar los correctivos, lo mismo deberían hacer los demás que no pasaron la prueba y colocaron al paciente entre la vida y la muerte.-
Quienes tenían a su cargo los cuidados del Proceso, fallaron estrepitosamente permitiendo que un virus de color verde que durante 40 años hizo estragos al cuerpo social y que se suponía exterminado, regresara con fuerza a contaminar a una mayoría.
Viene, muy pronto, pues dos años pasan volando, una nueva prueba para la cual se debe estar en perfectas condiciones. Ese tiempo es más que suficiente para prepararse pero hay que replantearse la forma en que de la manera más rápida se van a atacar tres problemas o enfermedades que a mi modo de ver, afectaron el rendimiento en la última prueba en la que se llegó a la meta pero no con la suficiente ventaja como para decir que la victoria fue holgada, son la llamada corrupción, el burocratismo y la acción perversa de los infiltrados.
Pareciera como si se le estuviesen dando facilidades a los virus verdes, blancos y amarillos, entre otros para que se apoderen poco a poco del cuerpo del paciente que no es otro que el pueblo venezolano.
De ello hay responsables y se sabe dónde están y los que no se hayan detectado hay que buscarlos porque en esta guerra contra la perversidad que representa la otra opción no se puede dar cuartel.
El proceso cuenta con recursos, sobre todo intelectuales formados académicamente, brillantes en su áreas, dispuestos a trabajar políticamente a favor del mismo, sin ataduras burocráticas, pero lamentablemente son gente marginada a la que se le coloca una barrera como para que no pasen más allá de una línea.
La revolución tiene el elemento humano necesario como para que no se esté improvisando con gente sin la preparación suficiente para enfrentarse a situaciones de presión y no ser capaz de resolver, este es un problema evidente y que debería resolverse pues de otra manera estamos cayendo en la práctica cuarto republicana de repartir posiciones burocráticas entre gente que no va a cumplir cabalmente los objetivos que requiere una buena gestión.
Hay denuncias, de funcionarios con el rango de viceministros, por ejemplo en el Ministerio del Poder Popular para el Sector Universitario que aun no se han graduado, así no se puede jugar con éxito, con esta práctica se sirven al enemigo en bandeja argumentos para la maledicencia y nos quedamos sin moral, por ejemplo para criticar sujetos de la contrarevolución como el famoso enano siniestro, Ricardo Sánchez, quien sin graduarse de nada dice que ha estudiado de todo.
Son muchas las cosas que se podían enumerar como causa del descenso sufrido en los resultados del último evento electoral, traducido en derrotas parciales y dolorosas; muchos dirán que es muy fácil criticar, pero son hechos reales que se ven con mayor claridad desde fuera por quienes sin aspirar, ni necesitar prebendas de ningún tipo, hemos cerrado filas con esta revolución e intentamos aportar algo en su favor, porque vivimos en el vientre del monstruo y conocimos los estragos causados por él, que aun a estas alturas después de 11 años de revolución persisten y no ha habido manera de acabar con ellos.
La meta es hacerlo y pronto, hay que aplicar una cirugía a fondo para extirpar los tumores del burocratismo, la corrupción y la infiltración que desde dentro están matando al paciente, si no se hace, preparémonos para las honras fúnebres del futuro de las nuevas generaciones no solo en esta Patria sino en otras de nuestra América y para que nuestro líder tenga que repetir la dolorosa frase del Padre Libertador cuando moría en Santa Marta: “He arado en el mar”.
yuviliz40@hotmail.com