En varias publicaciones en Internet se puede registrar una preocupación seria sobre el futuro de la Revolución Bolivariana y el socialismo a escala mundial. A continuación nos permitimos resumir nuestras opiniones en relación con la emancipación humana expresadas a través de la última década.
Comencemos con lo filosófico, lo emancipatorio, lo sublime. Dos milenios y medio atrás el antiguo filósofo materialista Heráclito de Éfeso (que el presidente Chávez le gusta citar) ya sabía que 'Panta Rhei', que "todo fluye", que no se puede entrar dos veces en el mismo río. Hasta el día de hoy este río “furioso” es un ataque práctico y concreto a todas las 'verdades absolutas' estáticas, dogmáticas, reformistas, ideológicas y religiosas, que a través de las edades habían venido perpetuando y defendiendo la explotación, dominación y discriminación del status quo productivo a escala mundial.
La contraparte filosófica de Heráclito, Parménides de Elea postuló el eterno y absoluto 'hen kai pan’, el uno y el todo, que más tarde se convertirá en el summum bonum, la idea platónica de la Idea, el Bien Supremo, el dios monoteísta patriarcal, la quintaesencia divina del Estado dominante, de todos los amos terrenales.
En la cuna de la filosofía y la ideología occidental y europea también nacieron los parámetros de la lógica formal y de la dialéctica, es decir, nació la contradicción ‘sociedad y naturaleza’, que políticamente se expresó más tarde como ‘reforma y revolución’, hoy día incluso como paz y guerra, como barbarie o socialismo. Los reformistas muy a menudo y en total sintonía con el lema del ‘Hermano Mayor’, “libertad es esclavitud”, gritan: “capitalismo es socialismo” o “El Estalinismo es Socialismo real existente”.
Intentemos simplificar un poco esa lógica.
Esa lógica y con ella la manera de cómo la mayoría de nosotros “pensamos” inconscientemente, se basa en un principio filosófico único, en ‘A’. Afirmando que ‘A’ es absoluto y eterno, porque no hay nada que lo trasciende, caemos en el Moloch del control mental, el arma principal de Adolfo Hitler para su dominación de la población alemana, de la cual dijo: “Controlar un pueblo es controlar su educación”. Esto por supuesto va de la mano con la convicción de que “los gobernantes tienen suerte que la gente no piensa”. Camaradas, en Venezuela al igual que en todo el mundo tenemos que estar claros que sin pensar, sin teoría nunca saldremos de la cueva platónica de la ‘felicidad’ comprensible y de la ignorancia visionaria. Sin filosofía emancipatoria nunca sabremos qué hacer.
En la educación capitalista, en la educación para la barbarie, la postulación de un "B", que no sea ni 'A' ni 'no-A', simplemente está prohibido. Ahora, la Revolución y la No-Revolución (la Reforma) existen, sin embargo, se declara categóricamente la Emancipación (B) como "crimen del pensamiento" y "terrorismo". Así que ‘A’ siempre es igual a ‘A’ (A = A), como lo expresa la tercera ley de la lógica formal. Tenemos que tener bien claro, que esta es la base lógica de la superestructura reinante, del nuevo lenguaje orwelliano y del Holocausto Mental que destruye la Diferencia Específica de los seres humanos, es decir su posibilidad y capacidad de pensar.
En esto se basa la falacia de que cualquier cambio sólo puede venir desde dentro, desde "A", que es el status quo, lo establecido, el orden mundial, el Estado, el partido político unido, la familia. Cualquier otra cosa, más allá de este credo, más allá de este Padre Nuestro, se clasifica como blasfemia, ateísmo, traición, extremismo y terrorismo.
¿En qué medida afecta esto a la Revolución Bolivariana, el socialismo y la globalización?
El secreto anticipatorio para aventurarse más allá de Parménides (descanso eterno) y Heráclito (cambio permanente), más allá de los dos lados del mismo proceso lógico formal y dialéctico - de un sistema único, universal cerrado, que sólo acepta "A" como su único postulado - nos fue dado por Kratylos, el discípulo de Heráclito.
Simplemente llevaba a 'A' y a su derivado ‘no-A’ a su conclusión lógica, al advertir a su amo que "uno no puede entrar en el mismo río ni siquiera una vez", porque mientras uno está haciendo esto, el agua dulce sigue fluyendo de bajo de los pies.
Sí, mientras tenemos un solo postulado único, un solo "A", todo va a escapar fluyendo, todo va a cambiar en Venezuela y el mundo, excepto el cambio perpetuo mismo. De esta manera volvemos a caer en el ‘uno y todo’.
¿Cómo se sale de ese dilema?
Por todas partes, los Estados capitalistas por consecuencia del tráfico de ganancias, de la producción, la tecnología y la industrialización están convirtiendo la naturaleza en cenizas, en derrames petroleros, radioactividad y chemtrails; están cambiando valores de uso en valores de intercambio, trabajadores en conejillos de indias, en carne de cañón electoral, están convirtiendo el oro, uranio y petróleo en capital, en dinero falsificado de la Reserva Federal estadounidense, y están transformando a pueblos autóctonos en mendigos sin tierra.
En el "Manifiesto del Partido Comunista" (1848) Marx y Engels predijeron este proceso capitalista, esta revolución, esta globalización del capital, este modo de destrucción. La revolución (Panta Rhei), rivoluzione, rivoltura, en todos los ámbitos sociales, políticos, económicos y militares, fue inventada, conceptualizada, materializada y puesto en marcha como la más formidable arma transhistórica del capitalismo burgués democrático. Durante siglos estamos tratando de transformar la revolución burguesa en la "revolución proletaria", todo en vano, porque seguro que no se construyó el mercado mundial para que después se ponga en jaque mate. Más bien tenemos que crear nuestra propia súper arma: la Emancipación.
La revolución es la globalización del capital, del capitalismo. Tenemos que crear no su negación sino su trascendencia proletaria. Necesitamos una salida, un éxodo, una exvolución de esta megalomanía imperialista global.
La revolución como materialismo mecánico se lanzó originalmente como Renacimiento, Reforma, Ilustración y Ciencia Natural contra el oscurantismo religioso e idealista, contra los enemigos de clase de la burguesía, que eran la nobleza y el clero corrupto y decrépito. Estos últimos se defendieron con su status quo feudal, con sus 'verdades absolutas' dogmáticas y religiosas, con la Inquisición y la quema en la hoguera, con el hen kai pan de Parménides, con el descanso eterno, con el descanso en paz.
Históricamente el feudalismo no tuvo chance de detener la burguesía emergente y su marcha inexorable hacia la globalización, ni en los campos de la filosofía, ni de la ciencia, ni de la lógica ni de la guerra. No hubo ningún salvador en el Cielo ni ningún Mesías para rescatar a los inventores de la alienación humana extrema, que era el cristianismo. Ahora, la burguesía introduce su arma, la revolución, en contra de los 'condenados de la tierra’, así que no es de extrañar que al final ya no sabemos ni lo qué es la revolución ni qué es el socialismo.
En Venezuela, los revolucionarios deben conocer la causa por la cual Francisco de Miranda luchó en la Revolución Francesa. Sin duda, no era por la negación del capitalismo, que sería el socialismo, porque este aún no estaba en el orden del día. Por el contrario, la burguesía estaba celebrando la victoria de sus tres revoluciones capitalistas.
En el pasado he preguntado: ¿Cómo es posible envenenar la serpiente con su propio veneno?
¿Cómo podemos esperar liberarnos en el marco estático del Estado político capitalista, con su esencia explotadora, su dominación terrorista y su racismo inherente? ¿Qué pasó con toda nuestra resistencia intra-sistémica durante los últimos siglos, con nuestras organizaciones democráticas, huelgas de hambre pacíficas y marchas, con nuestro reformismo y nuestras peticiones de misericordia y socorro?
¿Cuál fue la respuesta del Panta Rhei sistémico en contra de la "revolución" de los trabajadores? ¿Cuántos de nuestros compañeros, que trataron de evitar el 'punto fijismo' hace un siglo están "descansando en paz"? ¿Por qué estamos de nuevo en el dilema: Qué se debe hacer en Venezuela, aquí y ahora?
¿Qué lograron las "revoluciones" en Cuba, Venezuela y otros lugares?
¿Por qué todas las revoluciones del siglo 20 fracasaron en alcanzar sus objetivos de emancipación del proletariado?
1. Tenemos que aprender a identificar práxicamente lo qué es una revolución y lo que no es: lo que es el socialismo y lo qué no es. En otras palabras, para empezar, necesitamos un nuevo modo de pensar, conceptos nuevos, una nueva lógica, una nueva ciencia y filosofía.
2. Después de más de dos milenios de acumulación de capital en el proceso de trabajo, después de más de dos milenios de revolución, ya es hora para entender lo que es la revolución y a cuales intereses de clase siempre ha estado sirviendo.
3. Por cierto, en el orden mundial cerrado es la reforma la que preserva el status quo y es la revolución, el Leviatán orwelliano, la que cuida los tres tesoros del negocio universal, la libertad, la igualdad y la fraternidad de todos los capitalistas. De la misma manera como la religión siempre sirvió a los intereses de las clases dominantes, la revolución hasta ahora servía a los intereses de la globalización corporativa.
4. El mismo presidente Hugo Chávez Frías ha confirmado que Venezuela sigue siendo un Estado capitalista, y lo ridículo que es para él como presidente de un Estado capitalista rico en petróleo, convocar a la fundación de una Quinta Internacional.
5. Venezuela debe comenzar a comprender que los grandes dioses, los hombres-dioses y dioses-hombres no son los que hacen la historia. La historia moderna se genera por violentas luchas de clase, por la acumulación inexorable y brutal, y por la destrucción terrorista de capital y trabajo.
6. Del mismo modo, no se puede hacer historia o construir el socialismo en una comuna aislada, en un partido político o sindicato único, en una sola isla o en un bloque capitalista. También vale considerar el hecho de que los grandes hombres, sin un cocinero, sin una esposa o un caballo, tampoco pueden hacer ni deshacer la historia. En la actualidad estamos presenciando como los imperialistas corporativos hacen su revolución, están monopolizando el poder de clase, están fundando una mafia internacional del crimen organizado de mayores proporciones, un gobierno único mundial, para globalizar el terror capitalista. Además ningún Santo divino o Papa ha contribuido algo para la historia humana; y tampoco nunca habrá ningún ‘pueblo elegido’ de ninguna 'tierra prometida' haciendo historia.
7. En resumen, más allá de Heráclito y Parménides, ¿qué fue lo que Kratylos nos recordó que debiéramos reflexionar a profundidad?
Lógico-formalmente hablando, en Venezuela es: identificar el feudalismo y la oligarquía religiosa como una realidad global, diferenciarlos como capitalismo e imperialismo continental y superar tanto el feudalismo y el capitalismo como socialismo global.
Como dije en mi libro hace cinco años "Venezuela: De la Revolución Bolivariana a la Emancipación Humana", dedicado a nuestro Presidente Chávez, hoy más que nunca, es pertinente trascender la reforma y la revolución intra-sistémicas y superarlas hacia el ámbito interno-externo de la creación y la emancipación creativa.
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