Sólo en revolución es posible transformar e ir contra el orden antinatural de las cosas; sólo en revolución es posible ir contra la ruptura del viejo orden establecido… No es posible esperar cambios ni transformaciones cuando se vive bajo el yugo dictatorial de las viejas estructuras capitalistas; no es posible esperar cambios cuando se está bajo el control de viejos y férreos paradigmas que solo ven como primer y último fin, la dominación del hombre por el hombre, la dominación y control de la mente y la prevalencia del individualismo sobre la masa colectiva de los muchos.
Sólo en revolución, bien sea a través de fines pacíficos o violentos y con la participación de amplios sectores de la población, es posible conseguir cambios políticos y sociales en profundidad. Fines que fueron alcanzados normalmente de forma violenta o pacífica, tal como la Revolución francesa, mexicana o rusa, o la revolución pacífica de Gandhi en India.
Dicen que Chávez y su revolución es “populista”, pues, sí, Chávez es populista y nosotros sus seguidores somos también populistas y por demás pacifistas, y a mucha honra… Porque desde ese populismo que nos endilga la canalla, hemos logrado pacíficamente en apenas una década y sin llegar a los extremos de transformaciones bruscas y violentas, un cambio y transformación de las estructuras del viejo estado represor, violento y servil; por un estado de origen popular en el que brilla la participación, el protagonismo, la dignificación del pueblo y el socialismo transformado en comunas. No hay miedo ni temor, porque en ésta, nuestra revolución, ese síndrome o cultura del miedo ha sido gradualmente arrinconada y derrotada.
En esta revolución bolivariana, se busca (parafraseando a Jeremías Bentham -1789 o al uso que le dio Bolívar en su época) que, “el sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”.
Mientras persista en la humanidad el temor y el miedo, que de paso es la sutil arma con que nos han dominado por muchos siglos… no nos liberaremos del yugo esclavista a que nos han sometido. Y en ello, Simón Bolívar, El Libertador de conciencia y de naciones, no se equivocó…, pues, con asertiva premonición dijo: “nos han dominado más por la ignorancia que por las armas…”
Todas las señales de movimientos estelares apuntan, a pesar de las fricciones que se operan sobre las conciencias en conflicto, que habrá grandes cambios en las estructuras mundiales. Habrá una extrema tensión y presión, donde los supuestos líderes mundiales, valga decir EEUU, UE, Japón…, querrán tomar decisiones para seguir sosteniendo el viejo orden mundial. En tal sentido, lo lamentamos por ellos y por todos los que quedarán sometidos a estas decisiones, porque los que propugnamos el nacimiento de una nueva tierra no queremos saber nada más con la civilización en decadencia, ya que son ellos son los que están detrás de los desastres naturales y las crisis financieras, políticas y sociales…
Estamos ingresando definitivamente en un campo de luz eterna que activa nuestras estructuras moleculares, acelerando procesos de trasmutación y transformación. Al aumentar la luz fotónica en nuestro mundo, se descarga la densidad. Todo se ve, todo sale a la luz (caso Assange-Wikileat). Los secretos guardados durante generaciones están siendo develados y liberando a muchos seres de pesadas cargas. Las memorias genéticas o patrones de enfermedades de vidas pasadas y de esta vida comenzaron a liberarse también. El ser humano en conciencia toma su poder personal para dirigir su vida.
Cada uno elegirá según sus posibilidades evolutivas, seguir en la supervivencia, el miedo, y el sufrimiento, o se decide a experimentar lo que significa vivir en la luz. El cuerpo físico sentirá los impactos de la llegada de la luz: habrá sensaciones físicas bastante intensas, que producirán mucha actividad o dolor en áreas de la cabeza, cuello, hombros, garganta y tiroides, como así también serios problemas de salud, tumores o accidentes cerebro vasculares. Se intensificarán los estados de cansancio excesivo, necesidad de dormir más horas, el cuerpo necesita asimilar las nuevas energías a través del descanso. La presión energética que recibiremos afectará directamente las emocionales. Tendencia a los estallidos incontenibles, depresiones imprevistas, síntomas de pánico. Las relaciones y vínculos personales también se verán muy comprometidos en estos meses, como así también los movimientos sociales buscando un nuevo espacio de libertad. La clave está en el corazón.
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