¿Cuál es el contexto internacional, en el que se debe debatir una nueva Ley de
Educación Universitaria en Venezuela?
Bueno, el contexto es claro, vivimos en la época de la globalización, del
colapso total del sistema capitalista. Venezuela es un estado capitalista que se
ve directamente afectado e infectado por la inexorable desaparición de un orden
mundial decadente y en descomposición.
Con todos esos ruidos ensordecedores y ostentosos de su complejo industrial y
militar estrellándose; todos esos destellos cegadores de sus grandes negocios;
todo ese aire contaminado, lleno del olor moribundo de una cultura decadente; y
todos esos miles de billones de dólares sin valor, aquellos billetes
falsificados, con que les rellenan las gargantas abiertas a sus voraces
banqueros de la especulación internacional; hic et nunc, aquí y ahora, el
capitalismo se ha condenado a sí mismo, a través del planeta entero, y ahora, en
su agonía prolongada está cavando su propia tumba.
En los últimos tres milenios, durante las épocas de la inmensa acumulación
brutal de capital, todos los imperios esclavistas, feudales o capitalistas
cayeron inexorablemente uno después del otro. El actual "Cuarto Reich” de los
Estados Unidos no es una excepción de esta regla dialéctica.
Sin embargo, esta vez, como resultado de haber cruzado el Rubicón de cualquier
posible superexplotación, dominación, discriminación, militarización y
alienación, es decir, por haber destruido el propio sustrato concreto de
cualquier posible futuro modo de producción en la tierra, a saber, por haber
introducido la globalización, la barbarie fascista global, ahora el modo de
producción capitalista, de hecho, de sobre producción capitalista, en su
conjunto se está derrumbando.
La "pregunta del billón de dólares" sigue siendo:
Hasta ahora, ¿qué fue lo que los miles de millones de trabajadores, los
'condenados de la tierra’ aún no hicieron, aún no pensaron y aún no superaron?
La respuesta a esta pregunta trascendente forma la puerta de acceso y la salida
hacia la ‘Undécima Tesis de Marx sobre Feuerbach’ - "para cambiar el mundo" - y
hacia Bertolt Brecht – “para dejar un mundo mejor” para las futuras
generaciones. La respectiva respuesta práxico-teórica sería el camino
transhistórico de la revolución burguesa (1789, 1830) a la "emancipación humana"
proletaria (Marx).
En todas partes del mundo, pero sobre todo en Europa los trabajadores, que en su
mayoría ya se encuentran reducidos a meras mercancías vivientes de la vida
infrahumana, presienten en estos momentos casi como 'por instinto' la llegada de
sus propios carniceros, irónicamente elegidos por ellos mismos en su función de
"carne electoral” que representan para estos.
Lo que está en el orden del día a escala mundial al cambio de milenio es una
portentosa implosión del modo de autodestrucción capitalista global y una
explosión mundial de la pobreza, la miseria, el horror y el terror.
¿Qué nos espera en este futuro ‘Bravo Nuevo Mundo’ con el ‘Hermano Mayor’ como
Leviatán al frente?
En nuestra ‘bola de cristal’ transhistórica, inter alia, para el siglo 21,
podríamos observar lo siguiente: rascacielos derrumbándose, la caída de estatuas
gigantes, enormes explosiones de gas metano procedente de los fondos marinos
perforados en los siete mares, estelas químicas (chemtrails), bombas de fósforo
blanco, aviones asesinos no tripulados, peces, aves y plantas en extinción,
vacunas mortales, pandemias, pulsos electro-magnéticos incontrolables,
sindicatos locos de criminales de guerra internacionales, inundaciones, sequías
y terremotos desastrosos, control mental y físico total, millones de cámaras de
vigilancia, implantes de chips, explosión geométrica de la pauperización,
escasez de alimentos, escasez de agua potable y oxígeno, muros y cercas
alrededor de Grecia e Israel,
mucha hambre... un sinnúmero de africanos pobres, hambrientos y desempleados en
migración y muriéndose como moscas. ...
Es hora de despertar y abandonar a tiempo el Titanic capitalista que se hunde. Y
es hora de debatir con urgencia todo lo anterior en nuestras escuelas, misiones
y universidades venezolanas.
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