A Primera Vista

Geometría del Poder (I)

Hacia finales del año 2007, se introduce un término para entender la geopolítica venezolana en el marco del Proyecto Nacional Simón Bolívar: Nueva Geometría del Poder. Dice el Presidente Chávez: “El cuarto motor del proyecto socialista revolucionario tiene que ver con la nueva geometría del poder. La geometría mide, sobre todo, tres elementos: la distancia, la extensión y el volumen o el contenido. Debemos hacer análisis sobre el territorio, ¿cómo está distribuido el poder político, social, económico, militar y cómo debería estar? Éste es un tema en el que pido especial atención… Hago hincapié en la importancia del estudio de la geografía para entenderla y aplicarla a la realidad social del país. Nos enseñaron una geografía muerta y fastidiosa... La geografía es mucho más que las montañas, que los ríos. La geografía somos nosotros, incidimos sobre ella y ella incide sobre nosotros; tiene un peso muy grande en las relaciones económicas y políticas…”. La expresión Nueva Geometría del Poder captura tres conceptos: la geografía humana relacionada con el poder; el poder desplegado y desarrollado en una geografía; y, finalmente, la urgencia de replantear esa relación en la Venezuela Revolucionaria.

En el campo de la geografía humana, desde una perspectiva crítica althusseriana, ha sido nuestra querida amiga Doreen Massey (1938), quien acuñó la potente categoría de Geometría del Poder, y quien mediante un tesonero trabajo académico en la Open University de Londres, fue honrada con el Premio Nobel de Geografía y el Premio Vautrin Lud, con su libro “Por el Espacio”, en el año 1998. Doreen no ha sido sólo una académica tenaz, sino una militante de aquello que su pensamiento ha logrado consolidar. Durante los 80 acompañó en Nicaragua a los sandinistas, y en la época de la llamada “Dama de Hierro”, Margaret Thatcher, se opuso desde el campo de la izquierda a las políticas de ajuste neoconservador y neoliberales aplicadas por ésta en el Reino Unido.

La Geometría del Poder es una parte, un elemento dentro de un tema más amplio: el de la (re)conceptualización del espacio en general, del espacio como producto de las relaciones de poder. Las guerras y luchas que precedieron el nacimiento de los Estados y que forjaron los límites territoriales, desarrollaron los mecanismos de poder y constituyeron las instituciones. Es la historia viva que, ayer y hoy, va moldeando un tipo den Estado, un tipo de sociedad.

Puntualicemos un poco: 1. El espacio es producto de relaciones. Es una complejidad de redes, una malla de vínculos, prácticas e intercambios, tanto a escala individual, como de la ciudad, el país o lo global. 2. Sin la dimensión del espacio, no podría existir multiplicidad (en el sentido sencillo de más de una cosa). Pero sin la multiplicidad no podría existir tampoco el espacio. El espacio y la multiplicidad se producen, uno y otro, mutuamente. Es un argumento filosófico con implicaciones políticas. 3. El espacio está siempre “bajo construcción”, nunca es cosa acabada, siempre hay relaciones que quedan por hacerse (o no hacerse) y/o que se pueden modificar. El espacio (las geometrías del poder que lo constituyen) está siempre en vías de producción y -por eso- siempre abierto al futuro. Y -por eso a su vez- abierto también a la política. El “hacer” del espacio es una tarea política. Si lo conceptualizamos de este modo, el espacio plantea un verdadero desafío a la política. Por esta razón, el espacio es la dimensión de lo social. Es el espacio lo que plantea la cuestión política más fundamental: ¿cómo vamos a vivir juntos; a convivir, co-existir? El espacio nos ofrece el desafío (y el placer y la responsabilidad) de la existencia de “otros”…

Continuará…


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Juan Barreto

Periodista. Ex-Alcalde Metropolitano de Caracas. Fundador y dirigente de REDES.

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