Para que al Reformismo se le comience a “acabar la cabuya”, se requiere: 1.- de mucha astucia y convencimiento de que es posible hacer frente a las posiciones mas retrógradas dentro de las filas del "chavismo", 2.- ganar espacios para revindicar construcciones colectivas más democráticas y éticas, 3.- lograr sortear las artimañas que, basadas en la manipulación y el desprestigio, buscan frenar las propuestas más progresistas y radicales para avanzar en la construcción del Proyecto Bolivariano rumbo al socialismo.
En el combate por ganar los corazones y las mentes de la gente, la ventaja la tiene, no sólo el que tenga la razón, si no el que tenga la fuerza para imponer la razón. Por lo tanto, en el caso que nos ocupa, la acumulación de fuerza se basa en ganar espacios, contar con recursos, incrementar la organización popular y contar con una vanguardia consecuente. Los trabajadores y miembros de las comunidades tendrán mayores posibilidades de romper las resistencias de la cultura burguesa 4to republicana, en tanto que, la razón de esa fuerza tenga como pilares la conducta ética y revolucionaria, la contraloría social, la gestión eficaz, eficiente y sustentable.
Se debe advertir que en iniciativas como las 3R's y 3R's2 poco debemos esperar de las estructuras del Estado burgués aun existente donde predomina la lógica del burocratismo enraizado que entorpece el fortalecimiento de la transición socialista.
Una acción injerencista o desestabilizadora por parte del imperialismo o de algún alfil en la región (Colombia) puede incidir en cambiar radicalmente el estado de cosas y movilizar a las grandes mayorías para superar las adversidades (como sucedió entre los años 2002 al 2004). Inclusive, en caso de enfrentar alguno de esos supuestos, tampoco es garantía de grandes saltos organizativos, o de conciencia, porque dependerá de la influencia de las corrientes (reformistas o revolucionarias) en el mando político para el desarrollo de las estrategias de la revolución.
Por lo tanto, si las corrientes quienes exhiben el control del Partido y del Estado persisten en la idea de consolidar o profundizar sus cuotas de poder como prioridad, los efectos en la revolución serán devastadores en el tiempo.
El presidente Chávez es expresión y consecuencia de fuerzas acumuladas; de tendencias en conflicto dentro y fuera del Proyecto Bolivariano. En este escenario, entonces ¿cómo consolidar poder realmente popular desde el movimiento revolucionario?
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