Las cadenas de equivalencias no ocurren en otros terrenos que no sean los reales: el barrio, la calle, la esquina, la fábrica, la escuela, el lugar de trabajo, las organizaciones sociales, el club deportivo.
Es en una vasta región dispersa de espacios que se cierran y abren en cada momento donde se producen campos de encuentro ideológico, tendencialmente relacionales en una formación discursiva. Pensar siempre en aquello que está ausente, que aún es opaco, es el camino a la unidad que siempre se retrae en la necesidad de una construcción social contingente.
La idea fuerza Multitud es un punto de partida para el resurgimiento de la potencia que se despliega como una relación dialéctica entre el pasado, el presente y el futuro. Se trata, en primer lugar, de una decisión teórica, o dicho de otro modo, de una categoría política conceptual y prácticamente posible que viene de la tradición que podamos tener de las luchas obreras proletarias y populares.
No es un grupo dado o una población territorial, es un acto de instauración constituyente de un actor, como demanda de la pluralidad concreta, formado de elementos heterogéneos cristalizados en memorias y prácticas sedimentadas que suponen de suyos lugares comunes y espacios de articulación ampliada. Su carga de memoria y tradición es el sostén de las luchas que hoy se desatan, sería necio pensar a este nuevo sujeto como muchedumbre solitaria, masa solitaria, como si fuera el individuo sin espacio, sin lugares, sin tiempos.
Todo lo contrario, la Multitud es realmente una nueva forma de existencia política y, en algunos sentidos, hasta antropológica. Por eso es un sujeto con suficiente potencia como para incorporar muchos de los buenos recuerdos de las aspiraciones del pueblo. Puede hacerse cargo de la exigencia de libertad que se vive en las luchas de clases, en la que la clase obrera se expresaba, y sobre todo, se comportaba como pueblo, dando lugar a una extensión del llamado sujeto histórico. Es la Multitud un conjunto de memorias y un gusto sensual. La lucha del pueblo, por las historias que estos terrenos nos cuentan.
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