En estos tiempos de nuestro inédito proceso donde se han planteado cambios, unos ya efectuados, otros en ciernes y unos muy difíciles de realizar y sobre todo practicar, emergió una clase media propia de este periodo producto de las políticas socioeconómicas incluyentes del Gobierno Bolivariano. Esta clase media emergente dentro del espectro y espacio revolucionario, se sumó a la casi famélica y muy golpeada clase media sobreviviente de los traspiés cuartorepublicanos y que fue recuperando su nicho clasista ambiguo, al irse favoreciendo gracias al reconocimiento que se le ha dado en los años de Gobierno Popular, en especial con la protección legislada que ponía fin a los perversos e impagables créditos para vivienda y vehículos, entre otras cosas.
Pero esta clase media reconocida y revindicada por nuestro gobierno y el Camarada Chávez, es el segmento socioeconómico mas ambivalente y hasta malagradecido de nuestra población. Y lo mas lamentable, es que la clase media surgida en revolución, que al “juntarse” con la veterana clase media sobreviviente, ha tomado de esta su actuar ingrato y olvidadizo.
Los que integran o se consideran clase media (ahora dicen que es alta, media y baja) por lo general son el grueso de los denominados “ni ni” políticos y su comportamiento es muy acomodaticio, pero siempre dirigiendo su mirada hacia los letrados, cultos, adornados y elegantes vecinos del penthouse que está sobre su modesto pero “arreglado” apartamento. Son los que se quejan por no cambiar de BlackBerry cada dos meses, por tener dos carros pequeños que “ya” tienen 3 años; porque no puedan renovar la decoración de su residencia o cambiarla por una mas grande y en “mejor” sitio o que sus vacaciones sean una “piche” semana alquilada de un “Resort” que han pagado anticipadamente en el año y en baja temporada y no poder tener un apartamento propio en la playa o un chalet en la montaña o porque viajan solo una vez a Miami y Panamá para “hacer mercado”. Son los que se lamentan y lastiman su psiquis porque sus aspiraciones y sus “aparentes apariencias” van juntas pero no revueltas y sus ingresos no las acompañan porque van para otros lados. Son los que enseñan el valor del dinero a sus hijos y cuando estos aprenden, no tienen tanto valor para seguir enseñándoles que el valor del dinero que no tienen, es lo que les puede comprar otros Levi´s, otro Wrangler, unos Naik o Nike, un iPad, un 42 pulgadas y esa “nimiedades” que los chamos ven en otras casas y en otros hijos de otra familia, que también anda con la clase a medias.
La clase media “revolucionaria” es la que ahora piensa que el Camarada Chávez tiene mucho tiempo mandando y que es muy “folklórico” al hablar. Es la que ahora tuvo oportunidad de graduarse y pretende irse del país. Es la que dice que el socialismo es bueno (sin tener la mas mínima idea de que coño es) pero opinan que le estamos regalando la plata a la gente y no se acuerdan cuando eran cifras anónimas de pobreza. Es la que se abochorna cuando la tildan de “chavistas” en una “reunión social” y son las que se ponen las gorras, sombreros y bandanas rojas, hasta las cejas y unos grandes lentes oscuros incluso de noche, para que no los reconozcan en nuestras marchas o eventos políticos; a no ser que en estos esté Calle 13 o Dudamel, por aquello, de que a esos espectáculos va todo el mundo. Es la que está mas mediatizada y la que no está de acuerdo como tratan al “presi” Chávez pero extrañan a RCTV y critican la multa a Globovisión porque es el canal que les “informa” que FEDECAMARAS, CONSECOMERCIO Y FEDENAGA dicen que la Ley de Costos y Precios Justos traerá escasez al país y esa “noticia” los agobia: Son los que critican a Mari Cori, pero por lo que viste al “pasear” por los barrios y creen que en verdad la “sacaron” a tiros del 23 de enero los desadaptados chavistas, a los cuales ella no pertenece, “ of course ”.
Es lamentable que nuestras lumbreras ideológicas no hayan tenido como prioridad inicial la formación de cuadros en este segmento socioeconómico denominado clase media, nacido dentro del espacio revolucionario, porque era el mas proclive de alguna manera (por algunas circunstancias ya descritas) para el establecimiento de una estructura política fortalecida, que pudiera hilvanar los lineamiento de nuestros mandos políticos e ideológicos dentro de las diferentes organizaciones sociales y comunales. Con esto no evitaríamos en gran medida el stress electoral cíclico que mantenemos, porque nuestra principal organización política está dirigida actualmente por un elistesco grupo de “cooptogados y cooptogadas” (estoy jodiendo la semántica) cuyo mérito es haber sido elegidos de esa manera, para preservar sus latifundios y minifundios de poder, como pasa aquí en el Zulia y creo que en gran parte del país.
¿Cuál es nuestra única garantía de triunfo? El Camarada Chávez indiscutiblemente, ya que el es un caso único o atípico en el mundo debido a que el pueblo lo mantiene después de 13 años como un buen mandatario que no ha perdido su conexión con su gente y que no se ha desgastado, como era el natural devenir de los presidentes aquí y en otras latitudes, a pesar de que la aprobación del gobierno nacional y los regionales o locales ligados a el, no pasan el examen público.
Y recordando al ingenioso charrúa Benedetti, extraemos el inicio y el colofón de su “Poema a la Clase Media”
Clase media
medio rica
medio culta
entre lo que cree ser y lo que es
media una distancia medio grande
Así, medio rabiosa
se lamenta
(a medias)
de ser el medio del que comen otros
a quienes no alcanza
a entender
ni medio
Sin Chávez no hay revolución, porque Chávez es la Revolución
Ingeniero