Gracias autoridades de esta digna universidad por concederme el honor de dirigirme a ustedes en este momento estelar cuando se inaugura la cátedra libre del pensamiento crítico en tiempos de revolución. Cátedra oportuna para empezar a desentrañar concepciones ancladas en el lenguaje academicista que ha interpretado la realidad social (a veces, muchas veces…) sin tocarla. Tal desentrañamiento ha de conducir a yuxtaponer en un proceso dialéctico, teorías con conceptos embebidos del fango y el fragor de la vivencia diaria de nuestro pueblo…de los pueblos latinoamericanos y del mundo.
Es además oportuno este día para tal apertura. Día en el cual hace diez años, la conciencia colectiva venezolana pareciera haber recorrido la historia de exclusión social a la que había sido sometida por centenares de décadas, para iracunda levantarse y salir a las calles a decir: ¡suelten a mi presidente! ¡Queremos a nuestro presidente! ¡Esto es un golpe! Esa reflexión y acción colectiva silente del pueblo caraqueño junto a la fuerza armada, posibilitó recobrar el hilo constitucional e impidió la consumación de un Estado de facto, con lo que se hubiera reeditado una vez más, la historia de imposición de presidentes por parte del imperialismo yanqui. Tal gesta bien puede llamársele, la primera revuelta contemporáneo impulsada por el pensamiento crítico emancipador popular.
Este marco del abril victorioso y esperanzador, debo reiterar, es pertinente la apertura de esta cátedra. Vaya mi reconocimiento a quienes con atino escogieron esta fecha.
Con lo antes dicho, he prefigurado la perspectiva desde la cual pienso ha de considerarse el pensamiento crítico tendiente al enriquecimiento de la epistemología social. Pero tal visión reconoce otras que han coexistido durante el siglo pasado y lo que va de éste. Por ejemplo, los planteamientos de la neurociencia que propende al desarrollo de un nivel de conciencia en los individuos para la toma de decisiones y triunfar en la vida, así como concepciones que lo definen como una actitud intelectual que se propone analizar o evaluar la estructura y consistencia de los razonamientos. En ambos casos, se proponen el desarrollo del potencial cognitivo del individuo. Tal perspectiva per se, interesante, se torna extremadamente academicista enmarcada en premisas del positivismo en ciertas casas de estudios, deja de lado la consideración del individuo como un ser integral que no se desarrolla en estancos, puesto que es un zoon politikon como diría Aristóteles, embebido de las circunstancias de su entorno. En este sentido, la academia debe dar un paso más allá, lo cual implica soslayar la concepción de claustro y asumir la de su necesaria vinculación social para generar la discusión y producción intelectual urgente; entendiendo que la formación del hombre nuevo pasa por comprender que los males que aquejan a la humanidad, y entre ellos el precario desarrollo cognitivo de las jóvenes generaciones del mundo, obedece a un alto nivel de desnutrición debido a la desigual distribución de los recursos (el 20% de la naciones más poderosas consumen el 80 de la producción mundial), lo que trae como consecuencias fatales que anualmente, según cifras del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) mueran 5,6 millones de niños en todo el planeta.
¿A qué…mejor, a quiénes obedece tanta desigualdad? ¿Qué hacer ante ello? Se trata pues de un problema estructural al cual hay que dar respuestas desde la nueva visión de la educación universitaria en Venezuela, de tal suerte que surjan propuestas y acciones que trasciendan los muros institucionales. Tal es la misión que debe asumir una cátedra de pensamiento crítico en tiempos de revolución.
En consecuencia, la perspectiva del pensamiento crítico que ha de propugnarse, en esta predilecta casa de estudios de la Patria, Final del formulario
su desarrollo y potenciación, no puede verse como la contemplación de una realidad teórica abstracta, sino como la inmersión del sujeto en su entorno para indagarlo profusa y profundamente consustanciándose con él para transformarlo. Es la manera cómo a partir de confrontar la realidad se enuncian formas para mejorarla, modificarla. Además, ha de mirarse como un compromiso histórico que tenemos con nuestras hermanas y nuestros hermanos de ahora y del futuro.
Precisamente de ese compromiso histórico nos están dado fe persistentemente, entre otros tantos, Ignacio Ramonet con sus reflexiones sobre el mundo y Sudamérica; Enrique Dussel, galardonado con el premio libertador al pensamiento crítico en 2009; Álvaro García Linera quien explayó desde su praxis como Vicepresidente de Bolivia, su concepción revolucionaria de Estado en el VI Foro Filosofía “Estado, Revolución y construcción de Hegemonía”, celebrado en esta ciudad el año pasado; y por su puesto, el Presidente Chávez, nuestro primer pensador crítico, quien sostiene que estamos en crisis de las ideas y a su vez solicita luces a los intelectuales. A él debemos leerlo con mucho detenimiento (hasta sus adversarios políticos deben hacerlo) porque a veces pueden pasar desapercibidas sus ráfagas de contenidos doctrinarios, por ejemplo cuando nos habla de la igualdad de condiciones opuestas a la igualdad de oportunidades, o bien cuando desdice de la meritocracia, con lo cual alude la negación de la división social del trabajo intelectual y material que tanto daño ha causado. Su discurso diagnostica y muestra el porvenir, como pocos lo saben hacer.
Para efectos de seguir aproximándonos al concepto de pensamiento crítico como fuente del conocimiento y transformación de la sociedad, en la Venezuela de hoy, propongo mirarlo desde dos ángulos: uno, el pensamiento crítico impulsor, y el otro, pensamiento crítico contraresistencia. Para ilustrar tal apreciación me acojo a Gramsci, quien sostiene que: “estamos en un proceso donde lo nuevo viejo no termina de nacer y lo viejo no termina de morir”. Cabalgando en esa premisa gramsciana, el pensamiento crítico impulsor, es aquel que sirve como catalizador para que nazcan procesos libertarios, para parir lo nuevo, implica ello la reflexión a partir de la crítica y la autocrítica en colectivo para avanzar, dando luces e impulsando los cambios. En tanto que el pensamiento crítico contraresistencia, es el que lucha por descubrir y divulgar la cultura del mal que se resiste a morir, el que descubre lo oculto maligno en las estructuras burocráticas del Estado; el que señala también lo no oculto presente en la propaganda y en la cultura del comercio capitalista que cosifica al sujeto además de impedirle ver la realidad; y que en definitiva se niegan a morir. Es el hacedor del discurso y la práctica desveladora de la nefasta conducción del mundo, de la repartición desigual de la riqueza. El que a nivel planetario hay que acrecentar con más vehemencia, porque pese a la gran crisis económica global, pareciera paradójicamente, que el poder hegemónico de las grandes potencias, se fortalece.
En suma, el pensamiento crítico como uno solo, como herramienta libertaria, debemos fomentarlo cada vez más ante las diversas situaciones que nos circundan, tanto aquí como allende de nuestro continente. Situaciones que en este contexto no puedo dejar de abordar debido a su contemporaneidad, vigencia e importancia.
Quiero aludir inicialmente una situación mundial, concomitante con la latinoamericana y venezolana, sobre la cual hay que tomar posiciones como universitarios, como pensadores críticos, se trata de la situación Palestina. Un pueblo prácticamente desalojado de su territorio después de la segunda guerra mundial para entronizar en sus tierras a un nuevo Estado, el de Israel. En la actualidad, a los palestinos sólo les han dejado 6.335 km² en tanto que el Estado de Israel ocupa 20.700 km²; y la distribución población es de un 80% israelita y un 20% palestina en toda la extensión de la tierra prometida. El ingreso per cápita anual de los palestinos es 1600 dólares y el los israelitas de 19.000 dólares, ello gracias a la industria armamentista desarrollada allí con auspicio de Estados Unidos. Por añadidura, Jerusalén está bajo el dominio de la ONU. El Estado judío, está ubicada estratégicamente para ser el guardián y gran aliado de los intereses gringos en Medio Oriente (entre Siria, el Líbano y el Mediterráneo) de lo cual tiene plena conciencia el mundo entero, por ello, a modo de desenmascarar la hipocresía de la “alta diplomacia” mundial, el intelectual palestino Edward Said al ser citado por el Presidente Chávez en la carta enviada al Secretario General de la ONU Ban-Ki-Moon en noviembre pasado, expresa: “…lo que aconteció y sigue aconteciendo en Palestina (…) no es un conflicto religioso: es un conflicto político, de cuño colonial e imperialista; no es un conflicto milenario, sino contemporáneo; no es un conflicto que nació en el Medio Oriente, sino en Europa”, a lo que habría que agregar: que la solución o agudización del problemas a corto plazo, solo estaría en las manos gringas, lamentablemente.
Pero a propósito de la alianza EEUU e Israel, en coalición con la potencias europeas, el comandante Fidel Castro ha hecho una severa advertencia sobre los planes de atacar Irán, lo que según él originaría una conflagración nuclear de grandes magnitudes puesto que el poder del arsenal nuclear acumulado en la actualidad por las potencias es 450.000 veces superior al de las bombas que destruyeron las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
La situación palestina-israelita descrita es pertinente por cuanto ha habido muchas señales de que se nos pretenda instalar un Israel en Latinoamérica. Es muy revelador que en un texto de geografía de 6to. grado en E.E.U.U. se señala, que ellos tomarán el control del Amazonas, una extensión de tierra con más de 3.000 millas cuadradas al norte de América del Sur, para salvaguardar el agua y el oxígeno del planeta. Muestran en tal texto el mapa del Brasil amputado, sin el Amazonas, indicando que esta área es internacional, lo cual da a entender entre otras cosas, que están preparando a la opinión pública norteamericana, para apropiarse de ese territorio. Se menciona literalmente que esta región “…está localizada en América del Sur, una de las regiones más pobres del mundo, es parte de ocho países diferentes y extraños, irresponsables, crueles y autoritarios, pueblos crueles, de tráfico de drogas y además, son, pueblos incultos e ignorantes, pudiendo causar la muerte de todo el mundo dentro de pocos años.”
¿Analogía? O ¿estrategias imperialistas que se yuxtaponen hasta confundirse y ser una sola?
En fin, podríamos seguir nombrando situaciones mundiales como el irrespeto al tratado de Kioto por parte de las grandes potencias, la hambruna y sus causantes, por qué Estados Unidos es el único país que siembra con bases militares el planeta, y tantos otros enunciados para estimular el desarrollo y potenciación del pensamiento crítico en esta época que algunos pensadores al meta-teorizar la denominan postmodernidad o postmodernismo atribuyéndoles cargas semánticas distintas a la sufijación según hagan referencia a la historia o a las artes, entre otros significados. Categorías que sin duda alguna ayudan a ampliar el espectro discursivo, pero paradójicamente pareciera devolvernos sutilmente a lo moderno; y por añadidura, nos aleja de los cimientos de donde nacen en primera instancia las ideas.
Ante la realidad mundial desesperanzadora, el pensamiento crítico tiene los ojos puestos en Venezuela, pues ella es el vórtice y a su vez la luz de los cambios a generarse en el planeta.
En nuestra Patria se están dando las condiciones, para construir un camino de redención, pues hemos avizorado ya la utopía. Si, aquella idea enterrada por los críticos en la década de los 80´s y 90´s al ver caer el muro de Berlín, la Unión Soviética, al ver cómo los gobiernos derechistas hipotecaron al FMI y el BID nuestra economías, al ver también el posicionamiento de los medios de comunicación como señores ductores de la cultura. Las esperanzas de cambio estaban agotadas. Pero tras bastidores, estaba en ebullición la reflexión crítica generadora de organización popular y militar. Por tanto, a este avizorar antecedió un pensar y hacer para vislumbrar la utopía, que bien la define el cineasta Fernando Birri al ser citado por Eduardo Galeano:
"Ella (la utopía) está en el horizonte.
Yo sé muy bien que nunca la alcanzaré.
Que si yo camino dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Que si yo me acerco diez, ella se aleja otros diez.
Cuanto más la busque menos la encontraré porque ella se va alejando en la medida que yo me acerco.
¿Para que sirve la utopía?
La utopía sirve para eso: para caminar."
Por ello es que digo que la estamos avizorando y tenemos que apretar la marcha para empezar a caminarla, para verla delante de nosotros permanentemente. Porque son decisivos los tiempos que vienen para asumir posiciones serias, recias e ir concretando una mejor sociedad. Se trata ahora de construir el discurso y las acciones necesarias, que deberían ser impulsadas permanentemente por pensadores críticos.
En consecuencia, urge que el pensamiento crítico cabalgue junto a las líneas estratégicas del primer plan socialista, y especialmente en lo atinente al Modelo de Producción Social y a la Nueva Ética Socialista; a fin de desentrañar con profundas reflexiones lo relacionado con la división social del trabajo (del trabajo intelectual y el material) con lo ético (revisión existencial) que ha de conducir a la formación de un nuevo ciudadano y ciudadana. Pero a la par abordar el nivel pragmático para ver de qué manera los sujetos de las instituciones y de las organizaciones sociales asumen con plena conciencia esta propuesta transformadora. Hay que luchar mucho contra el discurso de la contracultura que se niega a morir.
Grande es el reto de esta cátedra en esta casa de estudios, la cual deberá convertirse en referencia importante de la reflexión y producción intelectual en nuestro estado, lo que obliga a debatir situaciones que toquen la médula de nuestro entramado social. Por lo tanto, me atrevo a proponer, estimados profesores, estudiantes, ciudadano decano, a continuación algunos temas:
Poder Popular y su construcción. Este es urgente para que la Patria termine de parir. Pero para que tal construcción se de como debiera, es necesario que empecemos a transitarla inicialmente con una sólida formación en el haciendo de nosotros y de los que están allá afuera, en la calle. Porque entender que en el Estado Comunal que ha formarse, las asambleas populares, los consejos de trabajadores son los que decidirán el destinos de los recursos y la solución de sus problemáticas según sus visiones, ya tiene resistencia. Hay que desmontar las estructuras burocráticas vigentes que aún responden a la los esquemas de la democracia representativa; todas: las estructuras ejecutivas, legislativas y judiciales en sus diferentes ámbitos. Y esto se logrará plenamente cuando, parafraseando a Dussel: el pueblo debe crea en sí mismo. Y de eso tenemos que encargarnos también.
Construcción del Hombre Nuevo. Una temática que debe ser abordada desde la visión de las Comunidades Cristianas de Base, las que existen en la actualidad y la experiencia recogida desde los 70´. La participación de la iglesia del pueblo encabezada por Hélder Cámara, Ernesto Cardenal, Pedro Casáldaliga en las Conferencias episcopales y sus propuestas los cambios que originaron en ellas.
Educación liberadora. Hurgar aquí sobre el pensamiento pedagógico venezolano, así como la Educación Bolivariana y las Perspectivas del cambio en la educación universitaria. Y sobre todo, que hay que hacer para consumar un gran proyecto educativo nacional, que no permita la autoexclusión de muchas universidades nacionales que so pretexto de la autonomía, no se pliegan a la necesaria transformación del sistema en general.
El indígena y la emancipación. Por primera vez en la historia venezolana se ha hablado con respeto de los pueblos aborígenes. En esta última década los indígenas han ocupado el lugar que se merecen, reconociéndosele sus derechos ancestrales, lo cual se expresa ampliamente en diferentes artículos nuestra carta magna. Pero hay que seguir abriendo el camino de forma crítica porque aún falta. Por ejemplo, hay que hablar sobre el papel heroico muchas mujeres y hombres de la cuenca del lago. Es de casi conocimiento popular reciente las hazañas del cacique Añú Nigale, el estratega de la salida del lago, quien hábilmente al percatarse de la ambición materialista del colonizador, diseñó sus ataques a los barcos comerciales desde el Moján, islas de Toas, Zapara, Maraca… muere ahorcado a manos de los españoles en 1607, para ese entonces su pueblo había sido reducido a 15.000 habitantes.
Con estas últimas propuestas pretendo ir cerrando esta disertación, en procura de que la misma sea parte del abono que debe impulsar esta iniciativa que ya es de toda la comunidad unefista. Ahora sí, para finalizar me voy a permitir leer un fragmento del texto Odio a los indiferentes, publicada por Antonio Gramsci en la revista cultural “Ciudad Futura”, en 1917.
Odio a los indiferentes. Creo que vivir es tomar partido. Quien verdaderamente vive no puede dejar de ser ciudadano ni de tomar posición. La indiferencia es abulia, es parasitismo, es cobardía, no es vida. Por eso, odio a los indiferentes. La indiferencia es el peso muerto de la historia.
Es la bola de plomo para el innovador y la materia inerte en la cual frecuentemente se ahogan los entusiasmos más esplendorosos.
¡Adelante compañeros…adelante el entusiasmo necesario…!
Muchas gracias…muy buenas noches.
aquileonarvaez@hotmail.com