El rostro del Libertador que nos presentó el presidente en cadena nacional, me hizo sentir más venezolano que nunca. Me hizo querer y amar con más fervor patrio a este extraordinario hombre en cuyos ojos se nota la tristeza con la que se dirigió a nosotros en su última proclama con palabras llenas de amargura, y dolor como las siguientes: "Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que es más sagrado para mí, mi reputación y mi amor por la libertad. He sido victima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro, yo los perdono” Ese rostro contagiado de males por la mala praxis medica del Dr. Reverend, tiene su mirada puesta en el infinito futuro de su patria americana buscando poner como dijo él, "Un pie en el Orinoco y otro en el Plata"

Ese rostro bolivariano me contagió de esperanza como yo jamás la había sentido. Ya me estoy sintiendo nuevo como el rostro de Bolívar. Me siento africano, indio y mestizo como él. Me siento lleno de una fuerza Homérica como la que él sintió en Angostura. Siento ganas de emprender una Campaña Admirable con mi familia y con mis amigos por todos los pueblos que recorrió el Libertador, para llevar la buena nueva de su resurrección y de la resurrección revolucionaria que emprenderá el presidente Chávez con su espada y con su amor.

Por que de aquí en adelante todos debemos de resucitar como Bolívar y Cristo en revolución. Ese rostro agotado por la ingratitud pero no vencido por espada alguna, nos dice el camino a tomar, que no es otro que culminar la independencia que como dijo él, fue lo único que consiguió a costa de todo lo demás. Si no culminamos pronto la total independencia (no la hemos logrado aún) caerán sobre nosotros los Páez, los Montillas, los Azueros, los Peñas, los Gómez, y todos los males de la cuarta república y Chávez estará bebiendo la amarga copa del desengaño. Todos sabemos que sin Chávez, toda la obra de trece años de lucha política se viene abajo. Por eso debemos continuar la lucha de Bolívar para completar todo lo que dejo incompleto.

Pero para que esto se pueda dar el presidente tiene que colocar nuevos rostros en gabinete ministerial y algunos otros entes del estado. Ya que muchos de ellos lucen cansados y otros no son bien vistos en la opinión pública. Cosa que el mismo presidente debería de tomar en cuenta para evitar males mayores a la revolución y a la república. Bolívar a cada rato cambiaba los funcionarios del gobierno, bien sea por corruptos, traidores o incompetentes, a muchos de ellos ordenó su encarcelamientos y a otros ordenó fusilarlos. Yo no creo que a estas alturas del proceso, haya quien piense que el gobierno este lleno de abnegados, probos e inmaculados funcionarios. Todo lo contrario, es bien sabido que mucho pero muchos de ellos, se han servido de su cargo para enriquecerse, incluyendo a muchos de los que se han ido.

Bolívar es el ejemplo es el ejemplo a seguir y Chávez lo está haciendo. Para que la revolución sobreviva estos próximos seis años, tenemos que ver nuevos rostros, nuevos y útiles patriotas. Hombres y mujeres que se desprendan del amor por el dinero y las comodidades materiales. Hombres y mujeres que tomen como guía al Libertador y a Sucre. Hombres y mujeres que se entreguen por completo a conseguir el bienestar del pueblo. Que su consigna sea, guerra a la burocracia, a la corrupción, a la flojera y a la ineficiencia.
Que unan la palabra con los hechos. Que sean celosos guardianes de los de los bienes públicos, que se dediquen como Bolívar a la creación para que puedan ser recordados con el tiempo.

Yo vi a Bolívar en el pequeño patio de mi casa, lo vi caminando entre las matas de Plátanos de Puma Laca, de Limones, de Zabila y de Malojillo. Vi su verdadero rostro, era tal como Chávez nos los mostro. Su cuerpo era delgado y pequeño. Su piel llevaba el sol de todos los siglos y la voz con la que me habló era suave y magnética, con razón la mayoría de los venezolanos lo dejaron todo para irse tras de él a liberar pueblos. "Sabes me dijo, mi gran sueño fue la gran Colombia, la cual se desmoronó en parte por las traiciones y ambiciones de quienes creí eran mis amigos y leales compañeros, y la impunidad que fue producto de mi debilidad. Todo eso me condujo a santa Marta. Ahora, he regresado para guiarlos a concretar mis sueños" No termine de escucharlo ya que mi hijo menor terminó aquel encuentro cuando me dijo, Papá ¿que haces?, ¿Con quien conversas? Con quien sino con mi imaginación hijo mío.

Si, yo vi a Bolívar, aunque de forma imaginaria en la tranquilidad de mi hogar y me sentí feliz porque yo era como él.