¿Qué se necesita para
asegurar qué nuestra querida Revolución humanista no fracase?
En
la vida practica de nuestra Revolución, me parece que además de
constancia, trabajo y mas trabajo, y de continuamente hacer revisión,
rectificación, y re-impulso, de incrementar nuestra la educación y
el estudio, también se necesita lo siguiente:
La
Dialéctica – Aunque he practicado la dialéctica desde mi
juventud, no sabia que eso era lo que estaba haciendo. Solo lo
entendí cuando mi amigo Franz Lee, me lo explicó. A veces me
pregunto si sabemos lo que significa la dialéctica. La manera que
finalmente lo entendí es que la dialéctica es la confrontación de
ideas habladas en la búsqueda de la verdad. Es decir, es de
participar en una discusión sobre algún tema, compartiendo ideas,
aunque sean completamente opuestas o especulativas, sin que uno se
sienta ofendido. Para tener este tipo de discusión, hay que confiar
en que cada persona involucrada tiene buenas intenciones y busca la
verdad, aunque la verdad no le convenga a uno u otro. Para que un
ejercicio en dialéctica sea eficaz, hay que confiar en que las otras
personas que participan el la discusión estén dando su punto de
vista real. Sin esa confianza, el ejercicio no vale nada, porque al
final, la conclusión contiene demasiadas falsedades. Sin la
dialéctica quedaríamos en la ignorancia, porque nunca conoceríamos
la verdadera verdad.
La Lealtad – Sin lealtad, la
Revolución fracasará. La lealtad es el cemento del concreto de
nuestra Revolución. Aquí hay que entender que, por ejemplo en el
caso donde Chávez recientemente sugerió que se considere a
Fransisco Ameliach para la gobernación de Carabobo, Chávez tiene en
su posesión mucha información la cual no se puede divulgar de
manera publica. Es decir, dentro de las entrañas de nuestra
Revolución existe mucha información y muchas realidades de las
cuales posiblemente nunca nos enteraremos. Se podría comparar al
caso de un divorcio. Las únicas personas que conocen la verdadera
realidad son los que se están divorciando. Uno podría especular y
especular hasta el fin del mundo, pero nunca se sabrá la verdadera
realidad – es información que nunca se divulgará por completo.
Hay que simplemente confiar en que el divorcio tuvo sus razones. Al
igual, en nuestra Revolución, hay que confiar en que existen razones
detrás de lo que nuestro líder Chávez hace y decide, y hay que
confiar que actúa en buena fe y por el bien de la Revolución, es
decir, por el bien del Pueblo. Además, cuando un camarada comete un
error, así como a veces le ocurre a Chávez, tenemos que hacer todo
lo posible para apoyar a este camarada para corregir la situación,
siempre confiando en que este camarada actúa en buena fe. Sin
lealtad, no se puede rectificar ni avanzar. La lealtad equivale a la
fe.
El Amor – Sin amor, no hay una verdadera
Revolución. Cuando uno ama, cuida. Cuando uno ama, se ocupa. Cuando
uno ama, hace el mas grande esfuerzo posible para que una situación
se resuelva. Cuando amamos, somos honestos y humanistas. Sin amor,
existe la indiferencia y la ineficiencia, lo que a veces equivale al
saboteo, porque uno no le pone el corazón, y esto es clave para
nuestra Revolución. Sin amor, nunca resolveremos los problemas de la
ineficiencia, del robo y la corrupción. El amor es la consciencia, y
es nuestro deber practicarlo a diario, en cada momento, en cada
instancia.
En Corinios I: 13, se dice que de la esperanza, la
fe y el amor, el mayor es el amor, pero aquí remplazo los términos
por la dialéctica, la lealtad y el amor, y el mayor es el amor. Sin
amor, la dialéctica es puro aire, sin amor, la lealtad seria falsa,
sin amor, nuestra querida Revolución fracasará.
oscarheck111@yahoo.com