De Hugo Rafael Chávez Frías se ha dicho que ha dicho y hecho cualquier cosa en 20 años. Atrás ha quedado, tanto que parece una fábula, aquello de que Chávez iba a “freír en aceite las cabezas de adecos y copeyanos”. Y hasta ahora lo que ha habido es puro refritos, pero de los medios de comunicación privados para desprestigiarlo. Estrategas de la guerra sucia sacaron del baúl de los recuerdos propaganda anticomunista que ya mucha gente creía demodé. Chávez, al igual que Fidel, come niños en su salsa. Chávez, al igual que Fidel, arrancará a los niños y niñas de sus padres para “adoctrinarlos” con libros de Marx y Lenin, les lavará el cerebro con conceptos como materialismo histórico, lucha de clases y dictadura del proletariado. Le quitará los apartamentos de la playa a la clase media y hará un censo para ver si le quedan habitaciones desocupadas en sus viviendas principales y meter allí a vivir a las familias sin hogar. Chávez eliminará la propiedad privada. Con estos “argumentos” viejísimos sedujeron a buena parte de lo que hoy se conoce como el “pueblo opositor”. Gente que paradójicamente tiene el cerebro lavado, pero no por la propaganda comunista precisamente, sino por la de derecha. La mentira estaba mandando.
Con esas mentiras llegaron a abril de 2002, máxima expresión de una operación comunicacional fraguada como golpe de Estado. El mismo año intentaron, sin éxito, doblegar al Gobierno paralizando el corazón financiero del país. En ambos casos se encontraron con una muralla poderosa, la voluntad de una mayoría decidida a pensar por sí misma. La mentira siempre batallando.
Más acá, con la lamentable tragedia de Amuay, se puso a prueba el músculo del Sistema Nacional de Medios Públicos (SNMP). Se aprendió de errores y carencias anteriores y el manejo comunicacional de la tragedia fue tan sencillo como acertado: informar, informar e informar. Desde las primeras horas se difundió información sobre lo ocurrido, sobre la acción del Estado en su conjunto para atender la emergencia, lo cual dejó a los medios privados “bailando” en una danza macabra que la mayoría, otra vez la mayoría, vio con asombro y repugnancia. La mentira fue dominada por el conocimiento.
En época electoral el ataque contra Chávez arrecia. Y es que si algo no ha cambiado en 13 años es que la mayoría de los medios están contra Hugo Chávez. No hay tal ventajismo mil veces denunciado por la oposición. La cayapa “informativa” contra Chávez goza de buena salud. Goza de buena salud, pero no ha sido 100% efectiva. Es una batalla desigual en los números en la que Chávez sigue ramplando la farsa de los medios privados nacionales y extranjeros, alzado por la voluntad de la mayoría. No hay mucho que analizar allí. No hay mucho que nos puedan decir los expertos. Ganará el 7 de octubre porque trabaja por la justicia y la felicidad del pueblo. ¿Quién puede contra eso? La mentira será derrotada. Sigamos…
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