Intentando descifrar el código Chávez

Quien ha tenido la oportunidad de leer EL CÓDIGO Chávez, de la abogada Eva Golinger, no le parece extraño ninguna de las barbaridades que cada vocero de la MUD expone, con respecto a la revolución Bolivariana y más específicamente su líder, Hugo Chávez.

Nos referimos a ese trabajo tomando en cuenta que quizás sea el más difundido y que atañe directamente a nuestro país, ocurrido en tiempos recientes y que representó una conmoción no solo para Venezuela sino para buena parte del mundo. Aunado a lo que está ocurriendo en el medio oriente; lo ocurrido en Libia y lo que ocurre en Siria, nos debe significar a todos y todas, entender de lo que es capaz el imperio para acabar con gobiernos incómodos para sus intereses de seguir expoliando a nuestro continente, manteniéndonos como el patio trasero.

Ya no solo se trata de Cuba, ahora, cuan cuero seco, los pueblos comenzaron a despertar, y cada uno con sus peculiaridades construye un mundo distinto en donde se le da prioridad al pueblo y se diseña nuevas fórmulas de participación colectiva. Es en este marco donde Venezuela se convierte en un verdadero dolor de cabeza para el imperio, entre otras cosas porque no estamos hablando de cualquier cosa, hablamos del país con la reserva petrolera más grande del planeta, que la burguesía había negociado con el imperio como bitumen, es decir, a un precio quizás menor que el carbón. Como dijimos, para un país condenado a un perverso consumismo, inventando guerras en varios frentes, enajenando al mundo para que consuma más y más, cuando se trata de energía fósil, es capaz de hacer lo que sea para recuperar el dominio de los gobiernos que rigen a estos territorios poseedores de este tipo de riqueza, Venezuela no es la excepción. Los escrúpulos no forman parte del actuar imperial, así como invadieron a Iraq, intervinieron en Libia, asesinaron a sus presidentes, en el caso de Suramérica, y muy específicamente Venezuela, nuestro pueblo no puede pasar por alto las amenazas a que estamos sometidos y mucho menos cuando las expresan públicamente.

Para cualquier desprevenido, el libro de Golinger le puede confundir con algún guión de una película de ciencia ficción; solo el recuerdo tan fresco, los nombres recientes y los actores que aún vemos en Tv, nos recuerda que estamos en frente de una realidad que aunque parezca extraída de una historia figurada, es parte de la historia real que nos ha tocado enfrentar y derrotar. Podríamos decir que es la lucha perenne entre la historia y la anti-historia. La justicia y la razón de existir se expresan tal cual son, por un lado una burguesía entregada y cobarde, y por el otro un pueblo heredero de las gestas de la Independencia, heredero de la hazaña de Bolívar, un pueblo que lleva en sus genes la herencia de elevarse en las dificultades y salir airoso.

CUANDO EL MUNDO ESTABA TRANQUILO…

A finales de los 80, los capitalistas del planeta se regodeaban de haber derrumbado “el comunismo”, Venezuela se enfrentaba al torneo electorero de quinquenio, no había otra opción distinta al capitalismo, eran los días gloriosos de CAP II, quien recogía en los sectores pobres la esperanza del regreso del, “ta’ barato, dame dos”, de los fines de semana y vacaciones en Miami, de la Venezuela saudita, etcétera.

Las elecciones de 1998 enfrentaban a los creadores del pacto de punto fijo, precedido éste del pacto de Nueva York, con el padrinazgo de Nelson Rockefeller y de las altas esferas estadounidenses. Ya el imperio se había cansado de un Pérez Jiménez, útil en su momento, pero desgastado y además quizás un poco resabiado; el imperio avaló entonces el futuro pacto de punto fijo, acuerdo político de la burguesía venezolana que se llevó en los cachos cualquier vestigio de nacionalismo, por no ser radicales y hablar de socialismo. Las divisiones y las guerrillas afloraron, centenares de jóvenes fueron lanzados a la conquista de las estrellas, pero parte de los líderes  de esas guerrillas hoy son prominentes agentes del imperio y la mayoría de quienes si fueron de verdad creyentes de la revolución terminaron entregando sus vidas y otros en el marasmo del olvido.

Derrotadas las guerrillas, asesinados Fabricio Ojeda, Argimiro Gabaldón, Américo Silva y otros tantos; entregados al sistema un Teodoro Petkoff, Pompeyo Márquez, Puerta Aponte, el Flaco Prada y otros, los burgueses tenían razones para no esperar sorpresas en 1988, “entre el tigre y el gocho está la cosa”, pero el gocho despuntaba por la nostalgia de la Venezuela saudita y sus oferta de una Venezuela de progreso (¿Coincidencias con el actual discurso de la burguesía?). Termino, como sabemos, ganando Pérez, se habló de una Venezuela que obtendría el reconocimiento mundial y que cuan mago, Pérez convertiría en soluciones los grandes problemas de la patria. “El nacionalismo” de Pérez se derrumbó a escasos días con el abrazo del FMI, algunos lo advirtieron, pero ante el ruido del triunfo y la borrachera de la victoria nadie advirtió lo que ocurriría aquel 27 F de 1989. Un pueblo entero se volcó a las calles en lo que parecía manifestaciones “normales” a lo cual ya estábamos  acostumbrados, sin embargo, el desborde fue total. La burguesía reaccionó como normalmente lo hace en estos casos, con la represión más atroz. El pueblo no tuvo una vanguardia que lo orientara, solo la rabia y la frustración fue capaz de agrietar el apacible muro del poder en Venezuela, esto conmocionó al mundo burgués y la historia se encargará de demostrar el enorme peso histórico de aquella gesta popular en la transformación de muchas cosas en el planeta.

Luego de 1989 Venezuela ya no fue la misma y esto se corroboró el 4F con el surgimiento de los militares patriotas encabezados por Chávez. La historia después del 4F ya es conocida, pero quisimos irnos un poco atrás para tratar de hilvanar y dimensionar el peso histórico de los acontecimientos que estamos viviendo actualmente. Con la llegada de Chávez al poder la burguesía criolla e internacional sintieron que estaban compartiendo la mesa con un invitado incómodo… sobraron los halagos para ver si lo podían conquistar, no obstante, ante la imposibilidad de lograr tal cometido, los planes subversivos se hicieron el pan nuestro de cada día, tal como magistralmente nos los muestra el libro de Eva Golinger.

Lo ocurrido en 2002 nos hace reflexionar sobre el particular: si en aquel entonces el imperio fue capaz de desplegar tan inmensa guerra, aún cuando Chávez no había declarado el proyecto socialista, no hay que ser un adivino para entender que los planes de agresión en la actualidad deben ser mucho más intensos. El imperio logró imponer a sus pupilos en el control de la derecha opositora; los viejos partidos AD y COPEI solo quedaron como relleno; la creación del IRI (Instituto Republicano Internacional), cuajó, primero justicia se apoderó de la oposición venezolana y esa es sin duda una carta jugada con los naipes de la casa blanca.

No se requiere de mucha agudeza para concluir en que PJ se apoderó de la agenda opositora, ellos obtuvieron el candidato, cuya procedencia nos remonta a la Tradición Familia y Propiedad, aquella organización neo-fascista que captó a jóvenes de los sectores pudientes que decidieron luego explorar en la política más allá de las caminatas de boys scouts y los retiros de esta secta.

INJERENCIA HASTA EN LOS SITIOS MENOS PENSADOS…

La campaña de 2012 está plagada del lado de la derecha del simplismo más sublime; un candidato que no expone su programa, que lo oculta, que no muestra respeto por el CNE al presentar un programa falso, manteniendo en secreto su verdadero programa neoliberal, que plantea la entrega sistemática del país a los capitales foráneos, tema denunciado por connotados miembros de la oposición, además de lo que señalan algunos analistas como Marciano, quien plantea que la campaña de la oposición es un acto lleno de inmoralidad. Esto sin duda es absolutamente cierto, la burguesía pretendía meter a un político añejado en las barricas de lo más viejo y obtuso y presentarlo como lo nuevo, pretendieron que el pueblo se comiera esa coba de que Capriles es un candidato nuevo, pero la realidad es lacerante, está allí presente con sus huellas del pasado y el pueblo venezolano cada día se nutre más y más de revolución.

La burguesía sabe muy bien que en Venezuela no se repetirá la historia de Nicaragua, cuando unieron a los opositores y arrinconaron al pueblo a tal punto que en las elecciones de finales de los 80, el FSLN perdió las mismas. Allá tuvieron éxito e incluso dividieron al FSLN. En el caso venezolano las divisiones en vez de debilitar han fortalecido a la revolución y quienes se han ido del chavismo para la oposición de inmediato reciben el rechazo del pueblo. No podemos ser tan tontos y pensar que en todas estas jugadas los gringos se enteran por las noticias de los periódicos, ellos tienen las manos metidas hasta el fondo.

El financiamiento hacia los sectores opositores ha fluido cada vez con más fuerza, los mecanismos usados no son públicos, tienen muchas triangulaciones, se ocultan tras la máscara de cooperación entre distintas instituciones que a veces se les permite que de manera hasta grosera intervengan en la política venezolana y es vox populi que las mafias de delincuentes consiguen en la avaricia burguesa una jugosa oportunidad de lavar su dinero producto del crimen.

El liderazgo de Chávez se sobrepone a cualquier plan de la burguesía y el imperialismo, que actúan en coyunda; nuestro pueblo se sobrepone a dificultades propias del proceso, es por ello que las gestiones de alcaldes y gobernadores que no están tan bien parados en el público para nada afectan a Chávez, el pueblo sabe valorar a su comandante. Tampoco afecta en demasía las fallas orgánicas del PSUV, como principal motor de la estructura política del proceso, queda demostrado cada vez que se convoca a un acto en donde está en juego Chávez, que la participación del pueblo es casi automática y en un abrir y cerrar de ojos las calles y las plazas se llenan para respaldar al líder, muchas veces superando a las estructuras del propio partido, que por distintas razones no entienden el momento histórico y piensan que con solo la maquinaria electoral basta.

La intuición política del comandante le permite hacer los ajustes necesarios, pero lo que se siente en la calle es que la consciencia del pueblo desborda la burocracia partidista en muchas oportunidades y esto, aunque no es lo ideal, demuestra que hemos llegado a un punto de quiebre propio del cambio de una época y que seguramente incidirá en la cultura política venezolana de los próximos siglos. Lo cierto es que los think tank imperialistas no han podido, ni podrán, mientras el pueblo esté activo, dar con el talón de Aquiles del proceso bolivariano.

La derecha hace malabares para lograr imponer su estrategia, pero sabe muy bien que electoralmente no tiene vida y por eso entramos en una etapa en donde tratarán de reeditar los acontecimientos violentos de 2001-2004. Todo parece indicar que si la burguesía logra posicionar el tema del fraude, esa será el arma que utilizará. Desde ya viene preparando el escenario internacional en este sentido. No por casualidad sus voceros aseguran en cualquier parte del mundo que están ganando, cuando todas las encuestas muestran lo contrario, pero ellos dicen que ganan, que encabezan las encuestas, no sabemos cuales, no las muestran, pero ellos, devenidos en pitonisas dicen que ya ganaron.

La realidad es que Chávez debe estar por encima del 65% en las próximas elecciones, eso representará algo más de nueve millones de votos, quizás se acerque a los diez; la oposición a duras penas superará los 5.5 millones de votos, pero en sus cuentas, con una matemática rara, ellos dicen que ganan. Para desconsuelo del imperio, la revolución venezolana tiene un peso muy grande en el mundo, no solo por el petróleo que posee, sino por la historia y el pedigrí de ser un pueblo capaz de tomar el cielo por asalto, lo hicimos al lado de Bolívar con la independencia del imperio español, ya hemos probado lo que es derrotar a ejércitos infinitamente superiores a los nuestros. También sabemos como integrarnos para rescatar a un líder presidente de las garras de la muerte, sabemos también que nuestra fuerza armada es garantía para el avance revolucionario, aunque la burguesía criolla pretende burlarse de ello, pero es así, la FANB es hoy por hoy una fuerza revolucionaria que ya no cabe en los cánones de la burguesía, que la castra de toda lógica e iniciativa.

UN PROGRAMA DE COBIERNO CONTRARIO A LA CONSTITUCION.

La burguesía ha elaborado dos planes de gobierno, uno que mostró ante la institución, CNE, otro que lo oculta por que es impresentable e ilegal. LOS “LINEAMIENTOS PARA EL PROGRAMA DE GOBIERNO DE LA UNIDAD NACIONAL (2013-2019), firmado en medio de bombos y platillos por el actual candidato burgués, plantea desmantelar el estado y entregarlo bajo la tesis neoliberal al libre juego del mercado, por ello se proponen eliminar con toda la estructura que representa la base jurídica que garantiza la independencia nacional. Además esto impactaría los logros sociales de la revolución y crearía una inestabilidad e inseguridad insoportable para cualquier sistema que se mantenga dentro de los parámetros democráticos. Rememorando a CAP II, el mismo que pretendió con su liderazgo domar el país en medio de una política exclusionista, ahora, ya con la experiencia del caracazo, la burguesía sabe que dichas medidas drásticas son imposible aplicarlas si no es bajo una feroz dictadura fascista.

El presidente Chávez ha venido desde hace tiempo denunciando esta situación, los medios de la burguesía banalizan tal advertencia; el Gral Rangel Silva se atrevió a cuestionar con mucha altura y a exponer posibles escenarios al respecto y desde ese momento los medios lo han tildado hasta de capo del narcotráfico, ha sido la dictadura mediática puesta al servicio de un objetivo político del imperio.

Un programa de gobierno contrario a la constitución nos obligaría a los venezolanos a luchar por la restitución de la CRBV, que ya la burguesía nuestra la eliminó de un plumazo en el golpe de estado de 2002, esto significa que en un escenario hipotético de un triunfo burgués, el país se estremecería y se sumiría en un espiral diabólico de violencia que nos llevaría a una guerra civil.

¿QUE HACER?

En mi modesta opinión el pueblo venezolano triunfará el 7 O, no hay forma de que la burguesía gane las elecciones, pero ellos ya han mostrado su carta, dentro y fuera del país han esgrimido sus opiniones y todas están dirigidas hacia la desestabilización de las instituciones venezolanas, cantarán fraude, dirán que ganaron e intentarán salir a las calles y teñirlas de sangre. El pueblo y el gobierno deben estar desplegados y movilizados. La oportunidad es única para dar un salto cualitativo monumental en lo orgánico para la consolidación del poder popular. También estará sometido a prueba los distintos cuadros del PSUV, llegó la hora de los hornos y de demostrar quien es quien.

Ya sentimos que las ganas del pueblo surgen de un mar de fondo histórico que hoy hace erupción, toda la represión a que nos sometieron durante siglos nos permite la fuerza necesaria para hacer que la historia esta vez nos corresponda a quienes nos han borrado de ella. El pueblo de Bolívar esta hecho para grandes cosas y con la orientación de Chávez seguramente saldremos triunfantes, pero nunca olvidemos que el imperio no descansa para intentar descifrar el Código Chávez.

VIVIREMOS Y VENCEREMOS!!!

latojeda@gmail.com



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Luis Alberto Toro Ojeda

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

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