Cuando leemos declaraciones de algunos de los altos personeros de la Conferencia Episcopal, reflexionamos para preguntarnos sí esas frases incendiarias contra seres humanos por el simple hecho de pensar diferente no las podríamos calificar de fascistas. También en esas declaraciones que al leer su entrelineado podríamos concluir que buscan desarrollar una matriz de opinión con la finalidad de objetivos políticos concretos que podrían elevar las pasiones en ambos lados del actual espectro político venezolano con desarrollos sicológicos-sociales como aquellos que se desarrollaron en la época española previa a la “Guerra Civil” española (1936-1939) ¿están esas aseveraciones enmarcadas dentro de la Doctrina de la Iglesia como, por ejemplo, la doctrina contenida en la encíclica Rerum Novarum? (fíjense que escribimos Doctrina de la Iglesia y no la Doctrina contenida en las palabras de Jesús de Nazaret según Los Evangelios que aún hoy en día están en permanente discusión vaticana particularmente por el Cardenal Carlo María Martini, arzobispo de la diócesis de Milán, de reciente fallecimiento)
Permítasenos una referencia. Citemos: “…a mediados de septiembre [1934], “La Nación”, un importante diario de la burguesía en España, escribía ´que el creciente peligro de la situación de actividades huelguísticas sucesivas solo puede combatirse en este momento por medio de una abierta dictadura´…” (Brendel, Cajo. “La lucha de clases en España” en “Expectativas fallidas, (España 1934-1939). Madrid, 1999, pág. 13). ¿Qué tratamos de exponer citando? ¿Hay un movimiento fascista social en Venezuela que como en el Chile de Salvador Allende que le solicitó, formalmente, a Augusto Pinochet que “tumbara” (léase: golpe de Estado) a Salvador Allende porque en Chile se “…iba camino al comunismo…” cuando como expresan, directamente y/o en insinuaciones, en los presentes tiempos electorales, voceros de la Iglesia católica, del empresariado capitalista neoliberal (necesario es distinguir entre los diferentes grupos capitalistas venezolanos) y políticos tradicionales venezolanos, aún los que se consideran “pichones políticos y de la Política”, antes y durante la presente campaña electoral presidencial hacia el 07 de octubre (2012)?
Es curioso pero debemos exponer que el fascismo sustenta los contenidos de sus discursos políticos en la mentira y en el miedo según las propias tesis en praxis impuestas por Adolf Hitler y sus “Berlín´s boys”. Por ejemplo, Carlos Croes (Televen) en entrevista a Julio Borges (dirigente de Primero Justicia, partido político que dirige la campaña electoral presidencial del candidato Henrique Capriles Radonski) escuchaba, atentamente, como el dirigente de derechas, Julio Borges, repetía y reiteraba, indirectamente, la inexistencia de las Misiones sociales diseñadas e impulsadas en políticas concretas por el líder bolivariano y candidato presidencial de la Revolución Bolivariana y Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías. Primero, implícitamente, negaba, no aceptaba, ni durante la entrevista ni en anteriores oportunidades cuando se expresó sobre el desarrollo que las Misiones sociales han tenido desde su fundación en impacto directo y positivo en los sectores sociales menos favorecidos por el capitalismo venezolano; segundo, al proponer convertir las Misiones sociales, bolivarianas y socialistas, en Ley de la República estaba, implícitamente, negando la legalidad real y objetiva de las Misiones en sus praxis objetivas al tiempo que estaba proponiendo “…un camino…” para el control y, posterior, desmonte de las mismas bien vía presupuesto, bien limitando sus escenarios de responsabilidades, bien obligando a las Misiones sociales alcanzar acuerdos con las empresas privadas por las razones de déficit presupuestario y la necesaria incorporación de la “pequeña y mediana” (sic) empresas en los sectores económicos conexos con las Misiones sociales (habría que conocer el presupuesto en, por ejemplo, salud para aceptar la tesis del interés de las derechas venezolanas en “meterle la mano” a “Barrio Adentro”, como referencia).
Es decir, en última instancia, el paulatino desmonte de las políticas sociales propuestas por Capriles Radonski en sus discursos electorales se sustentan en el programa electoral que propuso Mariano Rajoy y el Partido Popular español con la finalidad de obtener el triunfo sobre Alfredo Pérez Rubalcaba del partido “adeco-español” –PSOE- y quien (Rajoy), una vez instalado en la Moncloa (el Miraflores español), ha venido ejecutando desde y como política de Estado del Gobierno del Reino de España el paulatino desmonte del Estado de Bienestar Social con lo cual se ha convertido (Rajoy) en el adalid de las políticas neoliberales comunitarias europeas cuales se vienen imponiendo buscando globalizarlas según el marco teórico de la reingeniería capitalista post-Crisis Wall Street.
Nos preguntamos ¿Qué propusieron Adolfo Hitler, Benito Mussolini y Francisco Franco a sus respectivas sociedades una vez instalados en el poder considerando las realidades capitalistas de aquellas épocas históricas y las realidades del movimiento comunista internacional como amenaza del sistema capitalista? ¿No fueron las tesis político-económicas y sociales las necesarias que propagaba e impulsaba la teoría socio-política del fascismo en el marco del capitalismo en crisis durante los años 1930´s? Al tiempo, nos inquirimos, obligatoriamente, sí ¿es la praxis socio-política del fascismo del siglo XXI similar y/o parecido a aquellas expresiones nazi-fascistas de la Europa entre Guerras Mundiales? Cabe la pregunta ¿no fue en Chile el primer escenario político donde se impuso el fascismo post-moderno? ¿Cuáles serían las diferencias entre los militarismos chileno, argentino y uruguayo durante y post de la implementación del “Plan Cóndor”? ¿Cómo se desarrollaba la política en Europa durante los años de la década de los 30? Y, por último ¿cómo se expresaron las ideologías capitalistas: socialdemocracia y democracia cristiana tanto el la Europa de los años 30 como ante los fascismos latinoamericanos impuestos, protegidos e impulsados por Richard Nixon y Henry Kissinger? Son preguntas obligadas para demostrar que las propuestas políticas de Henrique Capriles Radonski son de “vieja y represiva data fascista”.
Regresemos al gobierno de Mariano Rajoy. El Partido Popular español está consciente de las reglas de juego de la actual democracia representativa española post-Francisco Franco en el marco de la profunda crisis del capitalismo dependiente español. Esa democracia sería una contradicción en si misma con una expresión político-dictatorial abierta pero, en el escenario actual de crisis, la democracia española le ha permitido a Mariano Rajoy gobernar por decretos-reales que, por cierto, las derechas venezolanas no han expresado su oposición a esa forma de gobernar ¿Por qué? Al gobernar por decreto-real, permitido en la ley española, Mariano Rajoy ha obtenido las ventajas suficientes para “atacar” (literalmente) las políticas sociales que estaban impresas en el consciente-inconsciente colectivo de la sociedad española lo que le ha permitido “desmontar” el Estado de Bienestar Social (referido más arriba), diseño de los adecos españoles (léase: PSOE), que ha obligado a su actual líder (Pérez Rubalcaba) tratar de equilibrar la política ideológica-de-Estado-de las derechas pepistas con los intereses del Estado español centralizado con lo cual será inevitable un desarrollo de “caos social” que llevará a la sociedad española a huelgas, manifestaciones, indignados, represiones policiales y amenazas militares de intervención directa en la política nacional.
Volvamos a preguntarnos ¿es el fascismo una necesidad del sistema capitalista? ¿Es el fascismo la solución actual a la crisis profunda del capitalismo? si el fascismo es la solución a la actual crisis profunda del capitalismo ¿cómo se expresaría en su praxis y, por supuesto, cuales serían sus diferencias con los fascismo de los años 30 considerando la globalidad tanto de la economía como de lo militar mundiales?
Citemos. “…el fascismo se apropió [años 1930´s] de la economía para servir a sus fines ideológicos –expansión militar, limpieza racial y sociedad “sin clases”-…”; es decir, el fascismo venezolano se adapta a las tesis propuestas en los años 30 en Europa con respecto a lo militar (Plaza Altamira); limpieza racial (racismo expresado permanentemente por los medios privados de comunicación); sociedad “sin clases” (Capriles Radonski: todos somos iguales). Pero no todo quedó en esas ideas. Citemos. “…los regímenes fascistas solían coaccionar sin escrúpulos a sindicatos y empresarios…[para alcanzar]…el control económico sobre el comercio, la inversión, la agricultura y los bancos…[controles que también]…eran utilizados en las democracias [capitalistas]…” Esos escenarios del “…capitalismo regulado, lo que los economistas alemanes llamaron “economía dirigida”, [cual] vino a reemplazar al Estado no intervencionista pasivo y la libertad empresarial…[que] pondría fin al conflicto de clases…” Al leer lo anterior, nos proponemos la tesis de si el capitalismo global en crisis actual necesita del fascismo para su “rejuvenecimiento” obligado buscando su permanencia como sistema socio-económico mundial obligando a la “periferia” a adaptarse según sus realidades objetivas nacionales (léase: materias primas, posicionamiento geoestratégico); es decir, en la nueva división internacional del trabajo siglo XXI, Venezuela tiene una posición fundamental, importante e inevitable; en ese conjunto de ideas, es por lo que es necesario para el capitalismo global (léase: Washington-Berlín) en su reingeniería capitalista global el necesario y obligado triunfo de Henrique Capriles Radonski “…si porque si…” para poder imponer e impulsar políticas fascistas quizás con las objetivas diferencias vis a vis Grecia, España, Portugal, Italia, Francia e, inclusive, el Imperio.
Para finalizar citemos una vez más que “…no resulta difícil entender que la amenaza imaginaria de la revolución socialista a partir de 1917 y la realidad del desastre económico a partir de 1929 crearon un cóctel potente que alimentó fantasías sobre el fin del capitalismo…” (Richard J. Overy. El camino hacia la guerra. Espasa Forum. Madrid, 2009, pp. 92-94).