La juventud venezolana, en el poliedro, en acto junto a Chávez , está demostrando que la revolución llegó para quedarse, porque esta juventud que hoy estudia y trabaja, sustituirá a toda la gente que hoy está eligiendo a los bárbaros viudos de la cuarta república y que olvidan que los hijos de los pobres fueron destinados a alimentarse con perrarina o comida para perros y agua de arroz o de espaguetis azucarada como tetero, menos mal que estas gentes están a punto de hacer mutis por el foro.
Por si las dudas, tanto la juventud como Chávez se dieron su baño de amor, de patria, de progreso, de independencia y soberanía, forjada al calor de la fragua revolucionaria, que esparció por todo el escenario del poliedro un huracán, de creación virtuosa en todos los aspectos del progreso y desarrollo colectivo y personal de la nueva Venezuela, fiel al concepto original con el cual fue concebida por el libertador en el siglo 18 y que estuvo hibernando bajo el maleficio oligárquico y burgués, engendro de los imperios.
El virtuosismo comunicacional, el verbo suelto y cantarino de las voces juveniles encontraron armonía con los graves tonos del líder para constituirse en magnífica melodía de triunfo ante las falaces matrices de la derecha, que presagian, tragedias y fracasos para el pueblo venezolano. Ello, nos permitió, durante esos momentos sublimes, percibir la certeza que ya quedaron atrás los desmanes perpetrados por los bárbaros conquistadores y sus herederos barbaridades, esas que en su momento, fueron descritos y sancionados por nuestros padres Caribes con su conceptual grito de guerra ¡Anakarina Rote! (solo nosotros somos gentes).
Hoy, gracias a la revolución bolivariana y su líder. Como ave fénix, nuestra raza originaria, regresa de sus cenizas, trayendo consigo a la cosmogonía justiciera, para hacernos vivir nuestro tiempo de independencia, con la fuerza guerrera de nuestros Guaicaipuró, nuestros Atahualpa, nuestros Túpac Catari, todos hechos millones, que regresan a cobrar sus deudas y a retomar su liderazgo en sus heredades. Y a plenar de amor a su descendencia multiétnica y pluricultural.
Hoy, ante esa juventud, que encara su reto y asume con voluntad de acero forjado en los crisoles de Guayana, y en las gestas del 27 y 28 de febrero de 1998 (Caracazo), el 4 de febrero de 1992 (Rebelión militar), el 29 de noviembre de 1992 (rebelión militar), el 13 de abril de 2002 (Restitución del hilo democrático), el mes de diciembre del 2002 al mes de febrero de 2003 (Derrota del paro criminal contar la Patria y el Pueblo venezolano. Dice presente, con su arrojo, voluntad y entrega a las tareas de construcción de una patria nueva, codo a codo con su Líder el comandante Hugo Chávez. Afirmando con su actitud, que ya nunca más la sátrapa derecha volverá a maltratar y ofender la dignidad del pueblo venezolano: Juventud patriota y justiciera Habemus.
Hoy, nuestra gloriosa y triunfadora juventud, se despliega en batalla y lucha constante para lograr el sueño independentista con la misma consigna del General José Félix Rivas, en La Victoria: “No podemos optar: entre vencer o morir. Necesarios es vencer”. Con la Patria en sus fuertes hombros, y el amor por su pueblo en el corazón, marcha nuestra juventud; soberbia y soberana, decidida, gallarda, altanera e irreverente hacia la batalla perfecta del 7 de octubre del 2012 para coronar la victoria perfecta de la mano de presidente Hugo Chávez Frías.
¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOBERANA Y SOCIALISTA!
¡NO SOMOS CHANTAJEABLES!
¡AQUÍ NADIE SE RINDE!
¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
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