Con alta verosimilitud de Reelección, 7 de octubre, 2012, está erigiendo un Nuevo Hito en la Historia Universal Cumplida a la Fecha
El mundo entero deberá algún, con lejanía o cercanía, celebrar con júbilo desbordante el acontecimiento social más relevante cumplido a la fecha en la Historia de la Humanidad conocida hasta ahora: la solución definitiva del Problemón de la vivienda propia para todas las familias sin distingo de caracterizaciones clasistas de ninguna índole.
Ha ocurrido que los fenómenos más importantes acaecidos cerquita de nuestros ojos solemos pasarlos inadvertidos porque, ciertamente, la percepción del bosque esconde los árboles que le dan existencia, así como como cada uno de estos en particular impide la visión del bosque que los agrupa.
Las promisiones electorales, las obligaciones constitucionales prexistentes sobre esta materia formuladas hasta el pasado año, desde los remotísimos tiempos iniciales a través de las primeras manifestaciones de organización social, con sus matriarcados, patriarcados, tribus, aldeas, ciudades, Estados y naciones modernas, no han pasado de ser saludos a la bandera y publicidad rentable para gobernantes inescrupulosos atados de manos y de pies al servicio de los dueños de tierras, edificios y demás medios de producción complementarios.
Es que jamás antes las familias humanas habían tenido casa propia libre de desahucios[1], una carencia inzanjable para la mayor parte de las personas del proletariado imperante en todo tipo de sociedades clasistas conocidas, carencia que todavía sigue vigente en el resto del mundo, salvo en la República Bolivariana de Venezuela, gerenciada[2] con máxima y envidiable eficiencia y eficacia durante más de 10 (diez) años y sin solución de continuidad por el Presidente y candidato referido en el capítulo de esta entrega.
Hemos vendido afirmando que la envergadura de este servicio público estatal no termina de ser asimilado en sus justas dimensiones, ni siquiera por los mismos beneficiarios, máxime cuando en su mayoría siguen obnubilados ante el “milagro” de saltar súbitamente del huecote de la pobreza[3], del sucio, peligroso e inhóspito barranco al cobijo de una vivienda digna en los mejores términos del concepto.
El problema de la vivienda en el mundo siempre fue hasta el año pasado una forzosa condición sine qua non para que los trabajadores se vieran obligados a trabajar para vivir como sirvientes de sus patriarcas, como esclavos de sus amos, como siervos de sus feudales y hoy por hoy como asalariados del voraz e insaciable capitalista de la construcción, por su ventajista condición de haberse adueñado, lícita o ilícitamente, de los terrenos, los numerosos medios de trabajo, instrumentos, materias, primas, ciencia y técnica involucrados [4].
Cuando culmine exitosamente el presente, ambiciosos, humanista y dinámico programa de dotación de viviendas propias a quienes carecen de ellas, el mundo venezolano habrá cambiado radicalmente. Sus habitantes vivirán con menos estrés y menos estrecheces económicas: ellos sentirán el expropiado placer de dormir a “patas sueltas” como la han hecho hasta ahora y sin el menor remordimiento los oligopolistas dueños de una, dos, tres y mil y más viviendas.
Por esa y otras razones que no cabrían en los estrechos límites de esta página Web, la nueva Historia Universal reservará un importante y especial capítulo para el autor y ejecutor de una de las obras públicas más colmadoras de felicidad, más enriquecedoras de alegría familiar y de más orgullo para unos inquilinos que ahora sí podrán jactarse sin presión de terceros que al fin tienen patria[5].
[1] Quedan salvas también las cuevas viviendas del cavernícola.
[2] No mencionamos expresamente a los excelentes coprotagonistas que acompañan al Presidente en la encriptación de este hito porque ellos quedan subsumidos en la gestión gerencial.
[4] En estadísticas escritas con mala letra y con números de dudosa confiabilidad, se recoge el pesado dato de 1/3 del salario, aprox, que el trabajador se ve obligado a pagar para honrar los cánones del inquilinato o las amortizaciones de una vivienda. Es más: por increíble que parezca, aun los dueños de una vivienda propia siguen con la pesada carga de impuestos varios para alimentar, las más de las veces los apetitos burocráticos de Alcaldes y gobernantes afines, tan inescrupulosos como los capitalistas en funciones. En el México prebenitojuarista, los dueños de las casas y los pequeños comercios pagaban hasta por el aire que respiraban: lo hacían en función del número y tamaño de sus puertas y ventanas.
[5] Quien esto les escribe conoció dentro de su propia pelleja y la de sus esposa e hijo el tormento amenazador de un desalojo judicial, por eso y más, por haber deambulado nómadamente por nueve viviendas durante sus primera y segunda infancias, cosas así. Por eso y más, él puede hablar con propiedad y afirmarle al mundo que el Presidente Hugo Rafael Chávez Frías está erigiendo el hito que lo sembrará desparramadamente y para siempre en la Historia Universal que en Venezuela estamos escribiendo.
marmac@cantv.net