Querido presidente Chávez, amigo, líder, ejemplo, sabio. Me disculpará, aquí abajo repito un articulo que escribí el 28 de febrero de este año y que Aporrea me publicó. Espero que tenga el tiempo, el interés y la energía para leerlo. Tiene que ver con nuestras “Pequeñas Personas,” las cuales, siendo seres vivos, sensibles e inteligentes, le podrán ayudar a superar su condición actual.
Aquí va:
Hace tiempo que he querido escribir sobre este tema, y espero poder expresarme de manera clara y concisa.
Aunque esta carta está dirigida a nuestro querido presidente, también es dirigida a toda persona a quien le interese conocer un punto de vista distinto en lo que tiene que ver con el cuerpo humano y la salud.
Durante mi vida he desarrollado una manera de entender la existencia y el funcionamiento del cuerpo humano de una manera particular, es decir, he desarrollado un concepto diferente al cual nos hemos acostumbrado. Mucha gente se reía de mi, de este concepto … peor ya no se ríen, porque han sido testigos de algunos resultados concretos.
Desde joven me di cuenta que el cuerpo humano esta compuesto de miles de millones de células vivientes que ejercen, como miembros de diferentes "equipos," varios "trabajos." Existen células que crean la piel del cuerpo, que transportan oxigeno en la sangre, que absorben oxigeno en los pulmones, otras que se ocupan de controlar las señales que son transmitidas por las neuronas, y otras que se ocupan de transformar lo que comemos en unidades mas pequeñas de nutrientes que serán transportadas a diferentes partes del cuerpo por otras células. Cada célula es un ser viviente, pensante, y sensible, con sentimientos parecidos a los que nosotros experimentamos a diario. Existe una lógica por decir esto, pero no entrare en los detalles aquí.
Cuando mi esposa tenia 5 años, le dijo a su mamá, "Yo tengo un cuerpo, ¿verdad?" y su mamá le respondió que sí. Enseguida dijo, "Y tengo corazón, y alma, ¿verdad? Y también tengo inteligencia y talentos y sentimientos, ¿verdad?" La mamá le respondió, "Sí." Mi esposa se quedo pensando en esto y le preguntó a su mamá, "Entonces si yo tengo todo esto, ¿quien soy yo? La mamá no pudo responder.
Mi respuesta es la siguiente. El "yo" es el conjunto de comunas y comunidades de miles de millones de células vivientes y conscientes que hacen, día y noche, el trabajo comunitario de reproducción, mantenimiento, construcción, creación, protección, y control, del"sistema,"y el almacenamiento, distribución, transformación y recuperación de las materias que entran y salen de esa gran comunidad de comunas que comprenden lo que llamamos el cuerpo humano.
Desde lo 15 años de edad he hablado de manera diaria con estas comunidades, como si fueran (y lo son) mis amigos, colaboradores y acompañantes en este viaje que llamamos la vida.
Yo no soy yo.
Yo soy la vulgarización de la consciencia común de esta gran comunidad de comunidades, cuales también están conscientes. Es decir, por ejemplo, si "yo"estoy borracho, también se emborrachan varias de las comunidades que viven en mi cuerpo, resultando en que ande caminando chueco, riéndome como un bobo y hablando paja, etc. Lo que le hago a mi cuerpo, le hago a mis Pequeñas Personas (así las llamo). Si les falto respeto, ellas también reaccionaran con falta de respeto. Si las trato bien, también me trataran bien.
Todos los días les doy las gracias a mis Pequeñas Personas y les pido perdón por las cosas que hago que puedan ser nocivo para su salud (como, por ejemplo, cuando tomo Coca-Cola o fumo demasiado o no duermo lo suficiente). Hablo y converso con ellas de manera regular y cuando me encuentro en situación de enfermedad o con lesiones causadas por un accidente, hago un tour completo de mis comunidades para discutir con ellas las opciones para el mejoramiento del conjunto de todas las comunidades, es decir, mi cuerpo.
Así es que se cura mi cuerpo.
He estado muy cerca de la muerte 4 veces en mi vida, he sufrido un sinnúmero de accidentes, huesos quebrados e infecciones, dos atentados de asesinato, dengue (dos veces), malaria, bronquitis y neumonía, artritis muy avanzado, y el alcoholismo, entre otras condiciones, y en todas estas ocasiones, fueron mis Pequeñas Personas quienes se organizaron (después de varias reuniones y consultas publicas entre ellas y "yo") y restablecieron el buen funcionamiento del cuerpo. Casi nunca he consultado a médicos ni he tomado penicilina u otros medicamentos, excepto en algunas pocas ocasiones.
No es tan difícil hablar con sus Pequeñas Personas, es un asunto de fe, respeto mutuo, practica y persistencia, y poco a poco se convierte en una segunda naturaleza. Hay que hablar con ellas todos los días y durante el día y antes de dormir y al amanecer, como si fueran de verdad personas vivas y conscientes (y lo son) e importantes, dignas de su atención y reconocimiento, como si fueran pequeñas personas viviendo en el mundo de su cuerpo, como si su cuerpo fuera un globo terrestre con muchos países y comunidades distintas, con tradiciones y culturas diferentes, etc., con un máximo "líder" o "representante"al frente. Es decir, este "representante" es usted, y le toca a usted ser el mejor líder posible, estar siempre consciente de sus ciudadanos y estar siempre pendiente de sus necesidades y de asegurar la felicidad de todas sus Pequeñas Personas … para el bien vivir. Hay que amarlas como amamos a nuestros padres, a nuestros niños y a nuestra pareja.
Si las ignoramos, nos ignoraran. Si les hablamos todos los días como si fueran camaradas, con amor y respeto, para encontrar soluciones, para resolver y trabajar en conjunto, y si las cuidamos como cuidamos a nuestros familiares, nos ayudarán.
Mi querido presidente, a mi me funciona, espero que a usted también.
oscarheck111@yahoo.com