Tercera versión [1], 15-4-2013. Las palabras resaltadas en amarillo, representan contenido adicional añadido desde la publicación de la 1ra y 2da versión de este documento.
¿Qué hacer? A esta pregunta, Lenin en 1918 contestó: "Soviets y electrificación." Nuestra respuesta, en las actuales circunstancias, es similar: Comunas y Producción.
La pregunta ¿Qué hacer? refleja que estamos ante una situación inusual y grave, que requiere una respuesta distinta a la que hemos usado, pues si persistimos podemos incluso agravar el problema. Evidentemente el problema es lo económico, pues en lo social y lo político hemos avanzado como nunca. Pero antes de tratar de responder a la pregunta, veamos con claridad qué es lo que la motiva. Luego debemos tratar de explicar sus causas, para proponer entonces las medidas para corregirlas con la respuesta apropiada, que afortunadamente, como veremos, y paradójicamente para algunos, consiste en profundizar la revolución socialista.
En este sentido, y a manera de diagnóstico de la situación actual, alertamos sobre una bomba atómica económica que prácticamente ya ha estallado, debido a las políticas económicas inadecuadas de nuestro equipo económico. Se necesita una reformulación de las mismas, para un urgente control de daños, por un lado, y un relanzamiento de la economía, por el otro. Estamos a tiempo, y en vez de dejarnos llevar por el pánico y la inercia fatal, aprovechemos la situación como una gran oportunidad para afianzar el rumbo socialista sobre bases sólidas, aplicando la consigna de Revisión, Rectificación y Reimpulso (R³) que propuso el Comandante Chávez. La situación está caracterizada por lo siguiente:
- Inusualmente altos niveles de desabastecimiento interno, con un porcentaje de escasez general de más de 20% en las cifras del BCV, y que llega al 50% en varios rubros vitales, como harina pan, aceite y azúcar. El porcentaje es aún mayor en algunas encuestas privadas, y representa la cifra más elevada desde Mayo de 2008, justo antes de la recesión del 2009.
- A pesar de que las predicciones de inflación del gobierno eran de 16% para este año, las cifras de enero, de 3,3%, de Febrero, de 1,6%, y de Marzo, de 2,8%, hacen pensar, si se hace una proyección simple, teniendo en cuenta variaciones estacionales, si las políticas y la situación no cambian, en una inflación para este año de entre 30% a 33%.
- Esta cifra de inflación, de por sí bastante elevada, puede llegar a niveles muy superiores si se tienen en cuenta los fenómenos de la devaluación, ya en marcha, y sin un final previsible; la contracción del producto para este año, que ya es obvia si no se cambian las políticas; la disminución de las importaciones por los problemas en el mercado de divisas; el financiamiento monetario de un incremento de deuda pública para poder hacer frente a gastos ordinarios; y los incrementos salariales en puerta. Si no se corrige el rumbo a tiempo, se cometen errores de incrementos desmesurados en los salarios (como ya se han anunciado), y hay una baja, perfectamente posible, en los precios petroleros, vemos signos claros de una posible hiper-inflación, que puede fácilmente llegar a un 50% este año, con contracción de la economía y un posible estallido social. Todo esto es totalmente innecesario, y podemos evitarlo, incluso con una baja del precio petrolero.
- Hay signos claros ya de una contracción de la producción interna, el Producto Interno Bruto (PIB)2. Un claro indicador temprano de esto es la declinación del gasto público desde Octubre hasta enero, que se situó en 6,9%. De Octubre a Diciembre la declinación fue de 11,2%, aunque en Enero creció debido a las transferencias, que son puntuales, del situado constitucional a las regiones. La escasez de divisas para el sector privado, la disminución del gasto en el Fondo Chino desde Octubre, la falta de reposición en los fondos del FONDEN, y la baja en el ritmo de importaciones del Estado desde los países amigos, son claros signos en este sentido, y explican en parte el desabastecimiento. Nuestra percepción es que el PIB puede bajar en un 4% o más este año, si las cosas siguen así3. Esto, con las predicciones de inflación mencionadas, significa una estanflación, el peor de los escenarios para una economía4, sobre todo en presencia de precios altos del petróleo, con consecuencias graves para el poder de compra de las clases pobres y medias.
- Quejas generalizadas, por parte de amplios sectores de la clase media y baja, incluyendo importantes pensadores, articulistas y componentes del pueblo revolucionario, en relación a su disminución de nivel de vida debido al alto costo de la cesta básica y a la escasez de alimentos vitales. Algunos sectores revolucionarios culpan de esto a la reciente devaluación, sin darse cuenta de que esto es solo una señal de un problema mucho más amplio. No nos cabe duda de que esto incidiódeterminantemente sobre el resultado electoral tan cerrado.
- Déficit alarmante del sector público consolidado en los últimos años, de alrededor de 11%-15% del PIB, incluyendo PDVSA, las empresas básicas, y las empresas nacionalizadas, excepto CANTV y Banco de Venezuela, a pesar de que el déficit del gobierno central, de entre 4% y 5% del PIB, puede dar la falsa apariencia de que la situación es manejable. Para dar una idea de la gravedad de esto, el caso de España, con un déficit de alrededor de 7%, ha desencadenado una situación de ajuste neoliberal histórico, con consecuencias notables en lo social y lo político. Y en el caso nuestro es peor, pues el déficit, muy por encima del de ese país, ocurre en presencia de precios petroleros por encima de 100 dólares por barril, una cifra históricamente bastante alta. Todo esto apunta a una situación fiscal francamente insostenible, en particular para financiar los logros en materia de bienestar social que la revolución bolivariana ha alcanzado. Lamentablemente esta realidad se ha edificado sobre pies de barro en materia económica. Pero la solución no es la neoliberal, por supuesto, sino el reimpulso de la revolución, como veremos, y medidas de política económica adecuadas.
- Financiamiento monetario, mediante créditos del BCV, de parte del déficit de PDVSA y FONDEN, en montos superiores a los 20 mil millones de dólares, a dólar oficial con la tasa anterior. De los últimos déficits consolidados, ya elevados, alrededor del 70% ha sido financiamiento monetario, por parte del BCV. Esto ha generado que la liquidez monetaria ha estado creciendo en un 65% interanual, cifra astronómicamente alta, que genera mucha inflación, sin duda alguna, según una de las leyes más claras documentadas en la ciencia económica. Esto es como querer resolver el problema de falta de recursos reales, por una pobre gestión de política económica, mediante la máquina de hacer billetes, algo no solamente anatema en todas las corrientes del pensamiento económico5 (incluyendo la marxista), sino éticamente cuestionable, postulando que el fin justifica los medios, cuando estos medios implican un alto impuesto inflacionario que golpea principalmente a las mismas clases pobres, y medias, a quienes se pretende ayudar, e implican igualmente efectos perversos para la recuperación de largo plazo del aparato productivo interno, agrícola y manufacturero.
- Política fiscal pro-cíclica, que implica aumento de gasto cuando aumenta el ingreso, y baja del mismo cuando baja el ingreso. Esto último ha contraído innecesariamente la economía, al modo neoliberal más rancio (como en España en los actuales momentos), y lo primero ha recalentado a la economía de manera equivocada en los booms de ingreso6. Se ha desconocido así, errónea e innecesariamente en materia de política económica, el mandato constitucional del Fondo de Estabilización Macroeconómica, que es elementalmente necesario para una buena gestión fiscal. Esta clara oposición al marco constitucional tiene además consecuencias graves para el Estado de Derecho, por su precedente, y significa una desviación importante del legado del Comandante Chávez.
- Empeoramiento de la capacidad productiva manufacturera y agrícola en la estructura de la producción total. Los sectores transables, que deberían ser el motor de un desarrollo endógeno y autosostenido, han empeorado en términos relativos, en favor de los sectores no-transables, como la construcción, el comercio y los servicios financieros, mientras ha aumentado la dependencia productiva y fiscal sobre el petróleo.
- Aumento desmesurado de la fuerza laboral en el sector público, tanto administración pública, como empresas del Estado, sin que esto se haya traducido en un aumento proporcional de la provisión de productos y/o servicios. Este agrandamiento, y baja notable en la productividad del Estado, en conjunto con la percepción de los crecientes niveles de desvío de recursos y otras formas de corrupción apunta a que, aunque no por intención, se ha agrandado y fortalecido el Estado centralizado-corporativo-representativo que heredamos de la cuarta república, en vez de haberse transformado para dar paso al Poder Popular, que es lo que está planteado ahora en como solución urgente en ese sentido.
- El compromiso de gasto que este crecimiento del sector público ha implicado, ha evidenciado cada vez más su incapacidad creciente de hacer frente a las obligaciones adquiridas, no solo de gastos sociales, sino de gasto ordinario, llegando incluso al de carácter laboral. Son sabidos los atrasos en los convenios de contratación colectiva en el sector público, y las quejas crecientes en este sentido. Lo preocupante es la incapacidad de hacer frente a estos compromisos en un contexto en que los ingresos fiscales petroleros están a cifras históricas muy altas, con un precio por encima de los 100 $/b, y que, dada la dinámica de caminata aleatoria de esta variable, es perfectamente posible que baje.
- Medida de apertura cambiaria insuficiente, inflexible, mal diseñada, y altamente discrecional. La política de control de cambios, aunque debió ser temporal en el 2003, mientras se recuperaba la producción petrolera después del paro petrolero, ha sido un desastre, por decir lo menos. En particular, el objetivo original de control de fuga de capitales no se ha conseguido. Antes bien, se ha propiciado desde el gobierno, y la fuga ha aumentado de manera escandalosa7, por lo cual es falso lo que se ha dicho de viva voz como una verdad justificativa de la medida: que el control de cambios evita que gente inescrupulosa saque su riqueza del país. En segundo lugar, el pretendido subsidio a los bienes alimenticios básicos se ha esfumado, pues el sector privado asigna los precios de sus productos suponiendo los costos del mercado negro, y no los del mercado controlado de divisas, por lo cual el régimen no ha abaratado los precios, sino que los ha encarecido. En último lugar, las ganancias cambiarias, directa o indirectamente, han ido a parar al sector privado, sobre todo bancario, con corruptelas muy conocidas en el ínterin, perdiendo el gobierno por esta vía la ganancia que le da su posición petrolera en el sector externo, que pertenece al pueblo. Además de lo dicho, el diseño de la subasta del SICAD (mal llamada de Vickrey) establece incentivos equivocados, al premiar no a las empresas más productivas, que valoran más el dólar, sino a las que menos. Además, no se optimizan las ganancias cambiarias del gobierno, por errores de diseño, y no por objetivos de política económica.
- Este escenario empeora la ya precaria situación de las empresas productivas, industriales y agrícolas, no solo capitalistas, sino también socialistas, por supuesto. Sumando la inflexibilidad a la importación privada de alimentos, con respuestas tardías, selectivas, impredecibles y rígidas en importación pública de los mismos, se ve claro porqué la oferta se ha contraído, mientras la demanda nominal sigue su ritmo de crecimiento, y la base monetaria espúrea (endeudamiento monetario no productivo, para consumo, gastos sociales) se expande.
- Lamentable fracaso de la política de promoción de cooperativas y de empresas de producción social. Las honrosas excepciones, como Fama de América, han aprovechado la política de cooperativas, pero han prosperado frente a un clima macroeconómico muy adverso. Esto es realmente grave, pues es la bandera real del socialismo, que está en el suelo, entre el barro, sin poder izarse orgullosamente. Tampoco está izada la del modo de producción capitalista, realmente, sino que la única que flamea es la del fracaso económico productivo. No se trata de un problema de diseño de las cooperativas, pues ha habido esfuerzos muy acertados en este sentido, si bien es cierto que ha habido problemas de implementación. Tampoco se trata de un problema de falta de créditos, que han abundado. Se trata de lo mismo que ha ocurrido con la inefectividad de los créditos para las pequeñas y medianas empresas agrícolas, e industriales. El hecho de que el incremento masivo, con las mejores intenciones, de los créditos agrícolas, por ejemplo, no se haya traducido en un incremento notable de la producción, no se debe tanto a la falta de gerencia pública en este sentido, realmente. Se trata del mismo problema que ha afectado a las empresas capitalistas tradicionales, grandes y pequeñas: la falta de condiciones macroeconómicas para la inversión de mediano y largo plazo.
- No hay que creer que las empresas socialistas se comportan de manera diferente a las capitalistas, como erróneamente cree alguna gente que apoya la revolución, cuando compiten en el mercado por sus cuotas de producción y sus precios. Se comportan exactamente igual. Y no puede ser de otra manera. Así, si las condiciones macroeconómicas son deficientes para las empresas capitalistas, lo son también para las socialistas. De hecho, esas condiciones afectan más a estas, pues están etapas iniciales, como los niños, que necesitan un entorno favorable y estable para desarrollarse8. ¿Cómo va a producir una empresa nacional caraotas, por ejemplo, si hay una importación errática, descoordinada, por parte del gobierno de ese rubro? ¿Cómo van a producir textiles las empresas nacionales, si el tipo de cambio del régimen cambiario favorece la importación? ¿Cómo van a prosperar las empresas si saben que de un momento a otro se decide cerrarlas, por expropiación, o por cierre debido a un diagnóstico parcial y apresurado (como ocurrió con los casos de las empresas de producción social que promovieron PDVSA y la CVG), sin tener en cuenta el análisis de las condiciones macroeconómicas y el desarrollo de las fuerzas productivas? La volatilidad de la economía, la insostenibilidad fiscal, la incertidumbre sobre las políticas económicas, la falta de reglas de operación claras, la inflación, las restricciones erráticas y burocráticas de divisas, la inseguridad jurídica y personal afectan a todas las empresas, y con más razón a las cooperativas incipientes. Así que no se trata de que el socialismo no funcione en lo productivo.
- De hecho, entre las empresas líderes mundiales en su ramo, están las cooperativas, o las empresas de producción social. Por ejemplo Mondragón, una empresa cooperativa española, es la más reputada en el mundo en una de sus ramas productivas, la producción de autobuses de lujo, Irizar. Por otro lado, Haier, una empresa china cuya propiedad pertenece en su gran mayoría a sus propios trabajadores, y en un porcentaje pequeño al Estado, es la líder mundial en producción de electrodomésticos de alta calidad a bajos precios. El socialismo productivo (y el político, claro), es el futuro, sin duda alguna, como se argumentará más abajo. Lo que no funciona en el caso nuestro es la política económica que impide que las fuerzas productivas se desarrollen adecuadamente, y triunfe, en el terreno de juego, el modo de producción solidario por sobre el egoísta.
- Es cierto que el desabastecimiento se debe en parte al acaparamiento de alimentos por parte de un sector privado enguerrillado contra el gobierno. Pero esta no es la principal causa, de acuerdo a nuestra apreciación, pues los Mercales y Pdvales han sufrido también la escasez, lo que apunta a un problema más fundamental, como venimos diciendo. Además, el poder para controlar la oferta que muchas empresas privadas tienen, coordinadas entre sípor motivos políticos, se ha debido en mucho a una deficiente gestión económica del gobierno, que ha implicado la escasez de una oferta competitiva alternativa para romper, en el terreno, las roscas en las redes de producción y comercialización. Esas redes, de hecho, han aumentado su capacidad de formar carteles monopólicos con poder de mercado y de coordinación para el acaparamiento efectivo, sea con fines especulativos, y/o políticos. Desafortunadamente, ha sido en parte el propio gobierno, con sus políticas económicas, quien las ha estimulado a organizarse políticamente contra él, usando armas económicas equivocadas para ello. Esto se debe en mucho, además, a la falta de una efectiva política de apertura de canales de conversación para viabilizar soluciones mutuamente satisfactorias, que son perfectamente posibles, e imprescindibles, como diremos abajo.
Este cuadro hace pensar a amplios sectores de la población, además de los economistas conscientes de las cifras de la economía nacional, que la situación es insostenible: altos gastos sociales, con ingresos públicos en merma, con baja en la efectividad del gasto debido al aumento del empleo estatal y a la corrupción, con un sector privado industrial disminuido en número, y mayoritariamente enguerrillado con el gobierno, con disminución de la producción, con alta inflación y disminuido poder de compra por parte de amplios sectores populares y de clase media.
Hasta ahora, las clases bajas que apoyan el proceso revolucionario han sido muy pacientes, dados sus niveles de conciencia política y su alto nivel de organización de base, ganadas en este proceso gracias principalmente al liderazgo político y moral del Comandante Chávez. Pero se huele en el ambiente la posibilidad de un estallido social, como efecto posterior de reverberación de las ondas de choque de la bomba atómica económica que ya explotó, como hemos descrito someramente. Hasta ahora se ha culpado al sector privado por el problema. Pero un análisis más profundo y autocrítico arroja un diagnóstico claro de errores en el diseño en las políticas económicas necesarias para apalancar y afianzar el proceso revolucionario que ha tenido tantos logros en lo social y lo político. Y, como consecuencia de eso, crecientes niveles de desilusión y desesperanza pueden convertirse en un caldo de cultivo para que una ofensiva opositora pueda hacer mella para generar una desestabilización política y perjudicar gravemente los avances que se han logrado gracias al arduo trabajo que el pueblo ha conseguido.
Por lo dicho, el control de daños, y el relanzamiento de la base económica de la revolución son imperativos ya, por derecho propio, para construir sobre bases sólidas la pata económica de la revolución9. Además, si no se hace, un escenario de estallido social puede muy bien gestarse inmediatamente luego de que el compañero Nicolás asuma la Presidencia, si la situación persiste, o si se dan condiciones adicionales, como una baja del precio petrolero con una guerra mediática efectiva orquestada desde la derecha y el imperialismo. Estamos a tiempo y en condiciones de hacerlo. Pero hay que tomar medidas correctivas drásticas y rápidas, como las planteadas abajo.
Comunas y producción
Las medidas de corrección, que significarían, de hecho, la propuesta del Comandante Chávez de Revisión, Rectificación y Reimpulso, combinan la profundización de la revolución en lo político, con un enfoque económico sensato en lo Macroeconómico y en lo productivo.
I. En lo económico-productivo
Las propuestas en este sentido consisten en poner orden en la Macroeconomía, en lo fiscal y en lo cambiario-monetario, y reimpulsar la economía productiva endógena, con medios factibles e imprescindibles. Empezaremos con lo productivo, tanto del sector privado, como de las empresas del Estado y las solidarias.
1.- Acuerdos con el sector privado productivo
En primer lugar, se propone el anuncio de una política de apertura hacia la burguesía nacional, y continuar y pulir la apertura selectiva a la inversión extranjera, sobre todo dentro de los acuerdos geo-estratéticos emprendidos por la revolución bolivariana, aprovechando los esquemas de transferencia de tecnología. Esta apertura implica jornadas de conversaciones abiertas, sinceras, comprometidas y creíbles, con todo el sector privado productivo, incluyendo también a las asociaciones cooperativas nuevas y tradicionales, para establecer reglas claras de juego, metas comunes concretas, y medidas que faciliten e incentiven el proceso productivo interno, que reviertan la tendencia a la desindustrialización y a la dependencia monoproductora y monoexportadora. De lo que se trata es de que las empresas produzcan, en condiciones adecuadas para ello, con reglas de juego claras; no de que aumente su dependencia del Estado rentista petrolero, como en el pasado, y como en algunos casos durante este gobierno.
2.- Impulso de sectores estratégicos para el desarrollo
Por supuesto que el Estado debe impulsar sectores productivos estratégicos, y las pequeñas y medianas empresas y las cooperativas y empresas de producción social10, como parte de las política económica de desarrollo. Sin embargo, es necesario decir que el criterio del apoyo del Estado debe ser de estrategia productiva, de democratización del mercado y las redes de distribución, y de promoción del modo de producción socialista, y no usar esto para entrar a la estrategia de dividir al sector privado con fines político-electorales, pues esto tiene realmente el mismo significado teórico, extendido, de la práctica de algunos funcionarios públicos individuales con poder, o de mafias organizadas al efecto, de ganarse a algunas empresas, y no otras, para otorgarles crédito y proyectos a cambio de un porcentaje de la ganancia. En este documento no profundizamos en qué sectores estratégicos productivos debe centrarse la acción del gobierno como la parte nodal de la política económica de desarrollo de largo plazo, pues en este sentido se han hecho esfuerzos importantes y adecuados, aunque siempre se puede mejorar.
Solo mencionaremos aquí lo que, a pesar de ser obvio, no se ha logrado: desarrollo en ramas industriales y agrícolas que usen de manera sustancial nuestras ventajas comparativas, y las que están por lo menos inmediatamente aguas arriba: las que usen como insumos el petróleo (industria petroquímica, incluyendo plásticos); las que usen hierro y aluminio; las que requieran como insumo importante la energía, sea petrolera o eléctrica; las que usen los derivados de estas industrias, las metalmecánicas como la automotriz y de maquinaria agrícola, ferroviaria, aeronáutica, naviera, importando componentes no producidos nacionalmente en las primeras etapas; las que usen grandes extensiones de tierra fértil, haciendo énfasis en cultivos orgánico-ecológicos, entre otras. Es bueno hacer mención especial de la recuperación de la industria de software en que fuimos líderes una vez, y otras industrias que usen mano de obra altamente calificada en este rubro. Con este objetivo, proponemos que nuestro país sea convertido en un Paraíso de los Hackers (no de los Crackers, que es algo muy distinto11). Y en este sentido, no está de más recalcar que debemos impulsar lo más posible el desarrollo de los sectores mencionados basados en dos cosas: el conocimiento libre, y la participación del pueblo y de los trabajadores. Evitando el desarrollismo deshumanizante, consumista, y asesino de la naturaleza, son los poderes creadores del pueblo los que deben signar este proceso, en armonía con la naturaleza y el ser humano. Esta es una ventaja comparativa adicional, más allá de la tradicional relacionada con los aspectos técnico-económicos, facilitada por la revolución política y social que signa nuestro proceso.
3.- Condiciones del mercado y empresas socialistas y capitalistas
En relación a as empresas socialistas, promovidas o no desde el Estado, ellas deben jugar su papel, pero las condiciones del mercado son comunes básicamente a todas las empresas, incluyendo las privadas, como se dijo. Y el mercado, de acuerdo al desarrollo de las fuerzas productivas internas, en la dialéctica de lo concreto de su dinámica, favorecerá a las que hayan introducido mecanismos socialistas en su organización, en igualdad de condiciones. Quien sea socialista no debe dudar de esto, cuando la mayor parte de las empresas capitalistas exitosas hoy en día a nivel mundial, han introducido, de una forma u otra, en un grado mayor o menor, las relaciones socialistas de producción hacia su interior, mediante el otorgamiento de acciones a los trabajadores, disminuyendo la alienación explotadora de la plusvalía por parte del capital. Siguen con esto, en menor o mayor grado, el paradigma cooperativo-solidario, en que las acciones de los trabajadores son igualitarias. Y esto lo hacen no porque son éticamente revolucionarias, sino simplemente porque eso las coloca en una situación de mejor eficiencia productiva, y les permite competir mejor en el mercado, pues los trabajadores en este contexto mejoran sustancialmente su desempeño, ya que su interés está alineado con el de la empresa.
La idea, pues, es no seguir poniendo al sector productivo capitalista nacional en contra del proyecto bolivariano, y mermar en el proceso la capacidad productiva industrial y agrícola, incidiendo negativamente sobre el desabastecimiento y la inflación. Ni siquiera se trata de neutralizarlo, sino de ponerlo a favor del proceso, en la práctica, generando condiciones para la producción y la ganancia privada usando el mecanismo del mercado12, regulado y controlado, por supuesto, en particular a los monopolios productivos y de redes de comercialización, generando condiciones para que las empresas productivas socialistas entren al juego del mercado, ganando paulatinamente espacios, pero en el terreno, y no mediante medidas estatales difíciles de controlar, y con efectos adversos y contraproducentes. Esto se enmarca perfectamente dentro de los lineamientos del Plan Patria, que dan un importante espacio para el mercado y para la iniciativa privada productiva.
En las conversaciones con los sectores productivos, privados y socialistas, deben anunciarse jornadas para hacer una Revisión (dentro de las R³) de las leyes y medidas que más han afectado negativamente el ambiente que necesita la inversión privada y cooperativa para producirse, como el tema de las invasiones, las expropiaciones inesperadas, las rigideces innecesarias del mercado de trabajo, el régimen cambiario, las condiciones macroeconómicas. La política de protección de trabajo desde el Estado ha obedecido en exceso a una concepción en que se tiene las empresas privadas como si fueran capitalistas explotadoras del trabajo, todas ellas, desconociendo que la dinámica dialéctica ha determinado que el trabajo se ha estado protegiendo y ganando espacios endógenamente. La revolución debe favorecer este tipo de protección endógena, y debe establecer normas estándares para respetar las reglas del juego del mercado, entre ellas el control de los monopolios y oligopolios, dadas nuestras condiciones productivas.
No hacerlo es no aprovechar las fuerzas productivas existentes, y perjudicar al fin y al cabo a los trabajadores por exceso de celo. Esto es precisamente lo que hizo Lenin a los inicios de la Unión Soviética con su Nueva Política Económica (NEP), que tuvo efectos muy positivos, aunque los errores de estatización centralizada del poder político y económico produjo la debacle que conocemos. Hablando de la NEP, Lenin estuvo muy claro en esto: se trata de reglas de juego, no de acuerdos como el pacto de Punto Fijo, en que los dos partidos de gobierno se turnaban el poder político, y se repartían las prebendas que se derivan de ello, conservando siempre el interés de la burguesía parasitaria del Estado rentista.
4.- Fundamentos estratégicos de los acuerdos con el sector productivo
En esta parte es necesario hablar, aunque sea someramente, de de los fundamentos teóricos de la propuesta de conversaciones con el sector privado, que se basan en Teoría de Juegos y Teoría del Equilibrio General. En primer lugar, el gobierno debe hacerse más racional de lo que ha sido, y debe corregir los errores fundamentales que perjudican, no solo a los demás jugadores, sino a sí mismo (como el asunto de sostenibilidad fiscal y control de la volatilidad, y el asunto de la política cambiaria13). Es una cuestión de escoger la mejor estrategia para sí mismo, independientemente de la estrategia de los demás jugadores. En esto el gobierno no puede perder en el juego, y por lo tanto debe hacerlo. Pero además de eso, los otros jugadores (en particular el sector privado) debe saber que él lo sabe, y por tanto debe anunciárselo. Como los demás jugadores saben que eso es lo que más le conviene al gobierno, las medidas respectivas, con solo ser anunciadas por el gobierno, se hacen creíbles, y el anuncio tiene un efecto real de cambiar los equilibrios14 posibles, para mejoría de todos los jugadores, incluso antes de ponerlas en práctica.
En segundo lugar, y dado el paso anterior, el gobierno debe hablar con el sector privado, para tratar de coordinar un equilibrio bueno. Es sabido por Teoría del Equilibrio General que, dadas unas condiciones fundamentales (preferencias económicas de los ciudadanos, tecnología y recursos disponibles en la sociedad), y dado un gobierno y sus políticas, hay equilibrios múltiples15, que pueden ser ranqueados en el sentido de Pareto (unos son mejores que otros para todos los jugadores, y todos ganan si todos se mueven del peor al mejor). En un pequeño ejemplo de una economía muy simplificada, si el sector industrial supone que el agrícola va a invertir, y producir, entonces le conviene más invertir y producir, pues así va a poder vender lo producido a cambio de productos agrícolas. Si supone que no, no le conviene, pues incurriría en pérdidas. Lo mismo pasa con el sector agrícola. Evidentemente, hay dos equilibrios de Nash, uno bueno, en el que los dos producen, porque creen que el otro lo va a hacer, y uno malo para los dos, en que ambos creen que el otro no va a producir, y no producen. Lo que ocurra depende de la coordinación entre los dos jugadores. Claro que los resultados económicos de cada quien van a depender de si se tiene un gobierno malo, o uno bueno. Pero dado el gobierno, existen de todas maneras los dos equilibrios posibles, con ganancias distintas dependiendo del tipo de gobierno: los equilibrios del bueno serán ambos mejores, comparados uno a uno, que los del malo. Pero está claro que, dado un gobierno, a los dos productores les convendría que de alguna manera hubiera una coordinación para generar unas creencias optimistas en la economía. Y los sectores productivos tienen su propia responsabilidad: coordinarse para un equilibrio malo no es responsabilidad de un gobierno malo, por ejemplo. Se trata de sus creencias, y de cómo se coordinan.
Es de hacer notar que el paro petrolero fue un ejemplo de coordinación de un equilibrio catastrófico (peor que el malo, en el sentido de Pareto) por parte de Fedecámaras y la CTV, al paralizar las empresas productivas, con el fin de derrocar al gobierno, pues no lo aceptaron como dado. Esto, por supuesto, deberían haberlo hecho, pues fue un gobierno electo democráticamente, y las reglas del juego constitucional implican el acatamiento de la voluntad popular. Con esto esas organizaciones demostraron que no actuaron de acuerdo a creencias democráticas. No lograron su objetivo, y experimentaron pérdidas considerables, no solo en lo político, sino también en lo económico. En las actuales circunstancias, apenas el compañero Nicolás gane las elecciones, el gobierno debe conversar con el sector privado para convencerlo que le conviene coordinar un equilibrio bueno esta vez, aceptando al gobierno como dado, producto de las elecciones. Si el sector privado y las fuerzas políticas que los apoyan se aventuran a otra situación como la del paro petrolero, puede irles mucho peor, pues puede ocurrir una insurrección popular que no va a ser reprimida por el gobierno y la Fuerza Armada, con posibles acciones de hecho, como expropiaciones generalizadas y pillaje de todo tipo, con consecuencias muy precarias para ellos, incluyendo una posible guerra civil si se rompe el hilo constitucional. A nadie sensato le conviene esto excepto quizá al imperialismo para justificar una intervención. Pero hay que poner a la burguesía de nuestra parte en esto, sabiendo que los dos ganamos, como lo hizo el Comandante Chávez cuando llegó a acuerdos con Colombia para no ir a la guerra, muy a pesar del imperialismo. La idea es no solo salir del equilibrio catastrófico, sino también del malo, y llegar a uno bueno para todos: el mejor posible, dado el respeto a la fuerza y los espacios que cada quien tiene, aceptada por los otros jugadores.
En tercer lugar, hay que hablar del juego del mercado, en que participan empresas de todo tipo: privadas, socialistas, y del gobierno, por agruparlas todas muy gruesamente. En este juego, cada quien compite con el otro. Es como en una guerra, básicamente, pues cada quien tiene intereses contrapuestos. Pero aquí el gobierno básicamente establece las reglas, y es bueno que llegue a acuerdos con los jugadores para que el arbitraje sea lo mejor posible para todos. Es claro que el gobierno, con sus políticas de desarrollo productivo de largo plazo, o con las de promoción de empresas cooperativas, va a privilegiar un tipo de jugadores sobre otros. Pero como todos lo saben, y no hay preferencias electorales, personales o grupales, sino una política que todos los jugadores toman como dada, entonces cada quien hace lo que más le conviene en el juego. Esto es perfectamente válido. Lo mismo ocurre cuando el gobierno establece políticas que defienden a los trabajadores y a los consumidores. Se trata de reglas para todos. Pero el gobierno debe pensar estratégicamente, y no poner normas demasiado restrictivas en relación al trabajo, por ejemplo, o a los precios para proteger a los consumidores, pues entonces termina perjudicándolos al final, en los equilibrios que de hecho se dan entre las empresas, en el mercado de productos y el de trabajo.
Lo que se propone para el mercado es, pues, si se quiere hablar en esos términos, reglas de combate, pues formalmente significa exactamente lo mismo que los acuerdos mínimos a los que se llega en una guerra entre enemigos mortales (como no matar a los heridos, no torturar ni violar a los soldados enemigos presos, y otras normas sobre prisioneros de guerra). La operación de empresas, privadas o no, que se enfrentan en un mercado requiere condiciones mínimas de juego. El respeto a la propiedad de cada empresa, sea privada gubernamental o colectiva, es uno de ellos, por ejemplo. El respeto a la propiedad intelectual es otro. Las condiciones de seguridad, jurídica y personal es otra. Y así sucesivamente. Aunque esto no guste a algunos revolucionarios, eso es un asunto elemental de reglas de juego en nuestras condiciones16. La operación del mercado, pues, tiene sus reglas de juego. Y no solo del mercado de bienes, sino también del de trabajo. Por supuesto, como hemos dicho ya varias veces, hay que controlar los precios de los monopolios, en favor de los consumidores. Pero esto lo hacen hasta en Inglaterra, amigos y amigas. Esto no es socialista en esencia, sino simplemente una forma de controlar las llamadas fallas del mercado. Son normas estándares, pero que deben ser puestas sobre la mesa, con gente que conozca de estas cosas de parte y parte.
Hemos usado la expresión reglas de combate porque de lo que se trata es de que en el mercado, que es realmente un campo de batalla, participen las empresas capitalistas, las socialistas y las gubernamentales, y pueda también competir el sistema solidario de producción y distribución de bienes públicos liberados. El surgimiento y el éxito real, con pies sólidos, del socialismo, no puede darse por la vía de una política de usufructo de una torta económica producida por el modo de producción capitalista: ni siquiera por la expropiación por la vía legal de los impuestos y/o los bienes a los ricos capitalistas, para dárselos a los pobres y asalariados. Ni por la vía de transferir la renta petrolera a los pobres, cuando antes se la quedaban los ricos, que es lo que se ha hecho hasta ahora por nuestro gobierno. Lo que está planteado, entonces, es el desarrollo real de las fuerzas productivas, para que sea el socialismo el que triunfe en el campo de batalla, en el terreno. Seguramente el bando contrario dirá que el socialismo no tiene futuro, y en la batalla triunfarán ellos. Perfectamente válido, y natural, que piensen así. Pero nosotros no podemos rehuir el combate si confiamos realmente en el socialismo. Si lo hacemos es que realmente no creemos en lo que decimos. Lo mismo para los defensores del capitalismo, como modelo exitoso: si no van al combate del mercado, sino que quieren seguir con el parasitismo rentista, y lo que quieren realmente es repartir la renta petrolera para que le quede a las empresas, sin ser exitosas en el mercado (frente a los competidores externos, en este caso), pues sencillamente no creen en el capitalismo, y lo que quieren es seguir la parte más nefasta del modelo de la cuarta república: el parasitismo rentista corrupto, la muerte económica de país por la enfermedad holandesa de la maldición del oro negro.
A nuestro entender, el reconcomio de mucha parte de nuestro sector privado y el imperialismo contra el Comandante Chávez se debe, no a que haya habido socialismo aquí (mucho menos comunismo, como lo han dicho engañosamente, aquí y en el exterior), sino a que les quitó la renta petrolera para seguir de parásitos, internos y externos. Por eso el llamado no es solo a los revolucionarios que creen realmente en el socialismo, sino a los empresarios que creen en el capitalismo y el liberalismo. Afortunadamente, el acuerdo a que se puede, y se debe, llegar, es entre verdaderos socialistas, y verdaderos capitalistas: levantemos la capacidad productiva del país sobre bases sólidas. ¡Y que triunfe el mejor modelo! ¡Honestamente hablando!
Esta estrategia eliminaría por completo la parte innecesaria del enguerrillamiento del sector productivo contra el gobierno. El enfrentamiento sería entre las empresas, y no con el gobierno, lo cual aumenta la gobernabilidad17 notablemente, pues deja las pugnas ideológicas, que siguen existiendo, por supuesto, en el terreno político-electoral, ya que el gobierno sirve como un aliado, antes que un enemigo, en materia de apoyo a la operación de las empresas productivas, sean del tipo que sean.
Concluiremos esta parte con una nota importante: Como hemos hablado de guerra y de combate, esta es una excelente oportunidad para establecer muy claramente, para que el sector privado productivo, la oposición política venezolana, y el imperialismo lo sepan, y lo crean realmente, que esta es una revolución pacífica. Por supuesto que este proceso ha dado muchas muestras en este sentido, empezando por la Constitución, pero hay que seguir insistiendo, y mejorando en este sentido donde sea posible, sobre todo en esta coyuntura, donde se puede avanzar en nuestra postura demostrándolo en el aspecto de la convivencia pacífica en lo económico con el sector privado. Así, pues, la razón de nuestra propuesta a la dirigencia política y gubernamental para dar este paso de conversar claramente con el sector privado, es para hacer un avance importante que haga creíble este postulado fundamental de una revolución pacífica y democrática: nos comprometemos a no usar medios extraeconómicos, no legales, para ganar la batalla económica y política. Estos medios serían por ejemplo las expropiaciones generalizadas, persistentes o arbitrarias, la dictadura del proletariado como recurso para no aceptar una decisión electoral adversa, por ejemplo, y recurrir a la Fuerza Armada para mantener el poder por medios no democráticos, etc. Creemos en la abolición de la lucha de clases, pero no por la vía violenta. Eso va a ocurrir a medida que organizaciones productivas solidarias vayan ganado terreno en el mercado. El juramento que ha estado haciendo el compañero Nicolás de respetar el resultado si el contrario gana, va en este sentido. Pero para ir más allá de las palabras, y para hacer ese juramento creíble, se plantean estas conversaciones y acuerdos, que son mutuamente beneficiosos, y por tanto, perfectamente factibles, además de que son imprescindibles en este momento sumamente peligroso para todos los que creemos en el interés nacional, de la patria de Bolívar, nuestra querida Venezuela.
2. En lo fiscal
Aquí mencionaremos solo dos asuntos gruesos, el de la sostenibilidad fiscal, y el de la volatilidad del sector externo exportador y la amortiguación de su impacto sobre la economía.
i - Reforma impositiva
Dentro de las conversaciones con el sector privado debe establecerse claramente que la recaudación interna de impuestos no petroleros está muy por debajo de los estándares de América Latina y el mundo. Mientras Colombia y Chile tienen una recaudación fiscal no rentística (no petrolera en el caso nuestro) de alrededor de 25% a 30% del PIB, nosotros tenemos una de unos 14% del PIB. De manera que tenemos que estar claros que esos países, tenidos por nosotros como el epítome del neoliberalismo en Latinoamérica, son más socialistas que nosotros en lo más importante, en términos del tamaño del Estado no-petrolero. Está claro que el sector privado debe renunciar a sus pretensiones de usar el ingreso petrolero del Estado para fines no sociales. Lo que ha hecho el gobierno del Comandante Chávez ha sido simplemente usar la renta petrolera para saldar algunas deudas sociales impostergables y explosivas. Pero no ha tocado al sector privado ni con el pétalo de una rosa en materia de recaudación fiscal, aparte de la mejora en la eficiencia recaudatoria, vista en el contexto latinoamericano y mundial. Esto, desde ese punto de vista, no ha sido revolución alguna. En eso hay que estar claros.
Para tener un gobierno sostenible, pues, hay que revisar las leyes y regulaciones sobre los ingresos fiscales no petroleros, y ponerlos a los niveles, por lo menos, y en forma progresiva, en un contexto político y macroeconómico que favorezca la inversión privada, de los países más atrasados en términos de revolución socialista, como lo son Colombia y Chile.
ii - Control de la volatilidad del ingreso fiscal petrolero
Por otro lado, es completamente irracional que el gobierno siga con la política fiscal pro-cíclica que ha mostrado en estos años, de manera peor que en la cuarta república, según lo muestran las cifras de la evolución de los ingresos y gastos del Estado. Es obvio que en períodos de vacas gordas hay que ahorrar, y en períodos de escasez hay que usar lo ahorrado para mantener estabilidad en el gasto. Eso lo saben hasta las hormigas, pero el equipo económico del gobierno revolucionario no lo ha entendido. En tiempos de más ingresos externos de la historia, no solo lo hemos gastado todo, sino que nos hemos endeudado. Por si fuera poco, cuando han bajado los ingresos, hemos bajado el gasto, contrayendo la economía, como lo está haciendo España en este momento. Esto tiene consecuencias terribles sobre la macroeconomía, como es bien sabido en la ciencia económica, en particular para la inversión privada y el mercado cambiario.
Por esto es absolutamente imprescindible poner en práctica el mandato constitucional para activar el Fondo de Estabilización Macroeconómica, sobre todo en una economía tan volátil como la nuestra, que depende del precio petrolero, que baja y sube sin ton ni concierto, lo cual implica que si los shocks externos se trasladan a la economía interna, sin un colchón amortiguador, las consecuencias de desestabilidad y caos son enormes en todos los sentidos: inflación, inversión, empleo, formalización, etc. Esto está muy claro en el pasado reciente en la cuarta república, luego de los años 70 cuando se abandonó el patrón oro, y los gobiernos no se adaptaron adecuadamente. Las consecuencias económicas y sociales fueron desastrosas, y produjeron la bomba atómica, en lo económico y político, que significó el fin de la cuarta república, que ya conocemos. En nuestro caso la bomba económica ya ocurrió, como estamos exponiendo, y necesitamos hacer un control de daños, y un relanzamiento para evitar consecuencias graves en lo socio-político.
iii - Otras medias fiscales-productivas y de financiamiento monetizante
El Estado no puede seguir subsidiando sin fin empresas del Estado que no son rentables y no estratégicas. Este asunto debe revisarse con urgencia, pues la experiencia histórica sobre los socialismos fracasados es muy clara en este sentido. Lo primero que debe hacerse con urgencia es entregar las empresas no estratégicas a los trabajadores, como empresas cooperativas, o empresas de producción social, de propiedad mixta entre los trabajadores, organizados cooperativamente, y el Estado, en sus distintas instancias territoriales. En relación a las estratégicas (como la del petróleo y comunicaciones), hay diseños institucionales muy conocidos y exitosos, que implican un control efectivo de segundo mejor, en ausencia de un desarrollo apropiado del poder popular para hacer gestión y contraloría. Es el esquema de incentivos por desempeños de la gerencia de la empresa y los trabajadores. Esto debe ponerse en marcha cuanto antes. En particular, los trabajadores de las empresas públicas de Guayana, si son copropietarios, deben asumir pérdidas si las empresas van mal y ganancias solo si van bien. Si no, no funcionan los esquemas de incentivos adecuados.
Finalmente, en lo fiscal, repetiremos lo que se ha mencionado: se debe renunciar al financiamiento del gasto público con créditos del Banco Central. La Ley en ese sentido debe volver a su redacción anterior. Seguir haciendo esto es una forma de seguir justificando que no se ha tenido éxito productivo, y no se cree en la capacidad propia de hacerlo, lo cual está muy equivocado.
iv - Precio de la gasolina
Un asunto de revisión urgente, luego de que se tomen las medidas de desactivación de la bomba social, y en que las cosas dejen su encrispamiento político y económico, es el de la necesaria subida del precio de la gasolina. La situación actual es completamente distorsionante en una economía de mercado como la nuestra, tanto en materia de decisiones de consumo de energía por parte de los hogares, como en materia de uso de insumos productivos y de transporte, y en materia de distribución del ingreso y la riqueza.
Debe hacerse un plan claro para no seguir subsidiando a las clases altas que acumulan riqueza en términos de automóviles, además de otros activos físicos. Una de las grandes distorsiones que esto crea son las tremendas colas en las ciudades venezolanas, que implican una pérdida inmensa de horas-hombre en nuestra economía, por un lado, y una correpondiente pérdida de bienestar de nuestra gente, que pasa horas de frustración y rabia, depresión y desesperanza. No nos extrañaría que esto haya jugado un papel en la pérdida de votos que el proceso revolucionario ha experimentado, sobre todo porque este fenómeno se concentra en las ciudades. Otro fenómeno perverso que proviene de esta distorsión es el contrabando imparable de gasolina para Colombia, Brasil y el Caribe, y todo lo que esto trae consigo en términos de mafias, paramilitares, corrupción militar y gubernamental, que aprovechan para delinquir en áreas conexas, complementarias desde el punto de vista económico, como sicariato, tráfico y consumo de drogas, prostitución, etc. Esto es completamente insostenible, y una vergüenza nacional.
En el plan debe haber medidas claras de aumento del transporte colectivo de manera sustancial: no solo trenes y metros. Autobuses como el metrobus debe ser el medio más extendido en las principales ciudades de Venezuela, por lo menos. Y esto es perfectamente posible, y practicado en países, como España, que en esto es mucho más socialista que nosotros, que pueden tomarse como ejemplo en esta materia. De hecho, la anarquía de los carritos debe cesar, y debe establecerse en las ciudades un sistema de monopolio natural, pues bajan los costos medios a medida que se incrementa el tamaño de la provisión del servicio, y evita la anarquía en rutas, paradas, horarios de servicios, etc., todo en beneficio de los usuarios. Esta empresa debe ser una sola, que sea hecha como empresa mixta de producción social, con participación de las comunas, el Consejo Local de Planificación Pública a nivel de cada ciudad, coordinando los consejos comunales de cada barrio, y los trabajadores, como cooperativistas de su parte de la propiedad.
Aunque el objetivo no es solo fiscal, el efecto en este sentido no es nada despreciable. El subsidio total, calculado a precios de la gasolina en los mercados internacionales, es del 6,1% del PIB, unos 24.000 millones de dólares, que es una cifra inmensamente alta, con un efecto no muy bueno. En el mismo sentido de lo dicho antes, la política de subsidio a los pobres por esta vía no es realmente efectiva. De nuevo, es cuestión de usar políticas específicas que focalizan apropiadamente el objetivo, y no medidas (o falta de ellas, como en este caso, por seguir una inercia inconducente basada en un falso tabú) que pierden sus efectos, al mismo tiempo que tienen efectos secundarios muy indeseables. Así, con los ingresos adicionales de un aumento apropiado de la gasolina, se puede tener más disponibilidad de recursos para el gasto en fines sociales y redistributivos más focalizado, y resguardando el subsidio al transporte público, suspendiendo, progresivamente, el subsidio al precio de la gasolina. Eso es urgente, necesario, y conveniente, sobre todo dadas las actuales circunstancias.
3. En lo cambiario
Con una política fiscal como la planteada, sostenible y anticíclica, y en un entorno como el planteado para la inversión privada, es perfectamente posible, e imprescindible, dejar de lado el control de cambios, e ir a un sistema como el que se impuso en 2002-2003, antes del paro petrolero, que fue muy exitoso: un sistema de flotación limpia con bandas. No solo para sustituir al SITME, sino para todo el sector externo. Lo que se ha propuesto es totalmente insuficiente, como se dijo. Y dejar los dos sistemas funcionando es ineficiente e innecesario. De hecho, los costos de las empresas importadoras se calculan, en la práctica, al dólar libre, y las transacciones a través de Cadivi son ineficientes, dan campo abierto a la corrupción pública y privada, y son innecesarias. Este sistema ni siquiera frenó lo que se diseñó para frenar: la fuga de capitales. Antes bien, la propició.
Por supuesto que un cambio súbito del régimen de control de cambios a uno de flotación limpia en las actuales circunstancias, es un suicidio: habría fugas incontrolables de capital, evidentemente. Se necesita un listado de requisitos mínimos para poder hacerlo, que incluyen implementar las medidas fiscales propuestas, y el entorno favorable en lo productivo. Claro que el desarrollo productivo va a requerir un cambio en el esquema cambiario, pero puede haber un sistema de transición apropiado, que refleje la competitividad interna frente a la externa, y flexibilice el flujo de divisas. En particular, se propone derogar desde ya la ley de ilícitos cambiarios, permitir la operación del mercado paralelo, en que las empresas puedan cotizar directamente la venta de sus dólares por exportación, o las personas puedan vender sus ingreso de dólares por remesas.
Suponiendo que se han hecho anuncios creíbles de medias fiscales y productivas, y monitoreando la situación económica resultante, cuanto antes mejor, debe anunciarse el cambio hacia el sistema de flotación limpia con bandas. Según hemos estimado, el tipo de cambio (único), se colocaría, en las condiciones descritas, en cifra que, según nuestros cálculos, implicaría una revaluación notable del bolívar, realmente, en promedio, tomando en cuenta las transacciones que se realizan hoy en el mercado libre, y las totales, y teniendo en cuenta el potencial de la nueva situación, en que los inversionistas y la población incrementarían notablemente su deseo de conservarse voluntariamente en bolívares (mantener su riqueza, y sus personas, en el país). Esto se demostró en el 2002, en que el esquema propuesto fue fuertemente robusto, y propició una repatriación de capitales, aguantando incluso la mayor parte del paro petrolero. Solo se cayó ante los rumores, inducidos políticamente, de una inminente cesación de pagos por parte de la banca, como una herramienta desesperada, ante el fallo del paro y el éxito del gobierno. No estamos en una situación como esa, y ahora el esquema se propone más robusto, por la adición del impuesto de Tobin en las bandas. El control de cambios, que ha debido ser una solución temporal, para volver y robustecer lo que se había logrado, se postergó innecesariamente, con consecuencias muy negativas.
Un detalle que preocupa a muchos revolucionarios, y con razón, es que no deben darse los mismos dólares a quienes quieren importar bienes de lujo, como perfumes Chanel, o carros Hummer, que a quienes quieren importar bienes de consumo masivo, como harina de trigo. Pero esto se puede corregir, perfectamente, imponiendo, dentro de la reforma fiscal, fuertes impuestos a los artículos de lujo importado. El ingreso proveniente de esta vía puede incluso usarse para subsidiar el consumo de bienes de primera necesidad. El asunto es que no debe mezclarse la política cambiaria con la política de distribución de ingreso, o de desarrollo productivo, o de política de comercio internacional. Cada una de estas áreas tiene sus políticas específicas, y pretender que la política cambiaria persiga exitosamente, mediante escalas de tasas de cambio diferente por grupos de rubros, todos los objetivos a la vez, es iluso, innecesario, y contraproducente. Usar cada política para cada objetivo limpia, por lo general, la situación, te da flexibilidad de acción y te permite focalizar esfuerzos, controlando efectos secundarios negativos.
Desde luego que el nuevo sistema cambiario implica que PDVSA debe volver al esquema anterior de proveer al BCV de los dólares para el mercado cambiario. FONDEN debe trabajar en bolívares, otorgados desde el Ministerio de Economía y Finanzas, para clarificar la acción de la política económica del Estado, tanto en sus gastos redistributivos como en su endeudamiento. Estos dólares son imprescindibles para el funcionamiento de la economía productiva privada, social y cooperativa, que representa en la actualidad alrededor del 70% de la economía productiva del país. Una medida de este tipo, en este contexto, va a bajar el nivel general precios (tasados la mayoría hoy a dólar libre), de hecho, paradójicamente, pues va a implicar una importante provisión de productos e insumos importados, aumentando la oferta interna, muy represada hasta ahora, y sobre todo, que provee de insumos ridículamente limitados por cálculos y procedimientos burocráticos totalmente innecesarios, que ponen, por ejemplo, a miles de ascensores a pararse por falta de un tornillo importado especial no incluido en las provisiones burocráticas.
Además, una sinceración de los precios del mercado externo propicia un clima claro y transparente en relación a la producción y la inversión privada interna. Así se sinceran los costos y la productividad interna, y se da competitividad a la producción manufacturera y agrícola frente a la importación. Se usan a favor de la revolución las fuerzas del mercado, y no en contra, como hasta ahora.
Por si fuera poco, esto implica un ingreso fiscal superior al que tenemos ahora, por el efecto del diferencial cambiario, que ha estado siendo ganado por los bancos y los especuladores del mercado controlado hasta ahora, sin razón alguna y con efectos perversos.
Finalmente, una medida de este tipo sincera la situación de la tenencia de activos, y propicia la repatriación de capitales, en vez de la fuga, como en este momento. Esto ocurrió en 2002, antes del paro petrolero, con el esquema propuesto, que sería esta vez reforzado con un impuesto de Tobin en las bandas de flotación, para hacerlo más robusto a shocks políticos, como explicamos en el documento justificativo de estas medias.
II. Comunas: expresión del Poder Popular en lo político y lo económico-social
Se propone usar la necesidad del impulso de las Comunas, con sus Consejos Comunales, para mejorar sustancialmente, al mismo tiempo, el problema de la gestión pública de los gastos económico-sociales, en particular, el relacionado con las misiones y los créditos productivos. Esto tiene un significado crucial para la gestión fiscal, al ahorrar significativamente recursos, e incrementar la eficiencia del gasto, aumentando el resultado en términos de obras económico-sociales del gasto público. Por otro lado, mejora sustancialmente el proceso productivo de las empresas socialistas y las de producción social.
Por eso, se propone traspasar íntegramente la gestión política, económica y social de las misiones, en particular la realizada por PDVSA a través del FONDEN, a los Consejos Comunales y las Comunas.
Es bien sabido, y está documentado econométricamente, que la gestión comunitaria mejora sustancialmente la gestión pública centralizada de los proyectos sociales. El Banco Mundial mismo, que no es ningún organismo de izquierda, ha documentado este hecho, y ha impulsado su desarrollo en países pobres, como lugares de la India y Bangladesh, por mencionar solo dos. Es claro que un Consejo Comunal está más consciente de quiénes son los vecinos que más necesitan una vivienda, y quiénes pueden trabajar con más efectividad en ello, y qué recursos se requieren, ahorrando en lo posible para otras necesidades, para mencionar solo un ejemplo18. Además de que abundan en nuestro proceso las experiencias de efectividad del gasto social planificado, gerenciado y controlado por la comunidad, en conjunto con el gobierno, otro ejemplo obligado, aunque no estrictamente económico, pero sí político, juzgado como el primer problema nacional en estos momentos en las encuestas, es el del control, inmejorable por vías tradicionales policíacas, de la inseguridad, que se deriva del empoderamiento comunal, como ha sido demostrado fehacientemente en Cuba y en Nicaragua con estos mecanismos.
1 - Las Comunas: células básicas del Poder Popular, la democracia participativa
Lo que se está proponiendo es ir más allá de lo que normalmente se denomina comunidad cuando se emprende una inversión social en alguna de las áreas de las misiones, por ejemplo. Se trata de dar todo el poder de decisión sobre todos los aspectos que atañen a lo público (lo político) en las comunidades, centralizando en un solo organismo de gobierno, de autogobierno, las decisiones, gerencia y control sobre la salud y sanidad, ambiente (incluyendo aguas y comités de aguas), vivienda, ordenamiento territorial (comités de tierras), vialidad y otras obras públicas, educación, ciencia y tecnología, información, comunicaciones, alimentación, atención de indigentes, créditos, empresas productivas solidarias, seguridad, etc. Esto haría incluso más efectivo, y más eficiente, el gasto social documentado econométricamente, y ejemplificado también por muchas experiencias en el proceso venezolano, y las de otros países.
Además, esto le da el poder que no se le ha dado a los Consejos Comunales, y promueve naturalmente un Sistema Nacional del Poder Popular basado en ellos, como en la intención original de la Unión Soviética, como realmente ha debido ser. La consignas de Todo el Poder para el Pueblo, y Solo el Pueblo Salva al Pueblo, que apuntan a la realización efectiva del proceso revolucionario, y que implican simplemente una profundización de la democracia participativa, significan a la vez la desaparición progresiva, por sustitución virtuosa, del Estado vertical, centralizado, burocrático, corporativo, corrupto-corruptor que tenemos hoy en día, en el largo plazo, con la desaparición de las Alcaldías, Gobernaciones, y todos los poderes actuales, ejecutivo, legislativo, judicial, contralor. Solo de esa manera estos organismos pueden ser saneados, con el pueblo en el poder, con todo el poder, y todos los poderes reunificados en el legítimo soberano. Lo que se propone hoy es solo un impulso en esa dirección, poniendo en práctica los lineamientos y objetivos del Programa de la Patria 2013-2019 (Plan Patria), y evita los errores en ciernes de centralización política y la estatización de la economía en empresas quebradas del Estado, que minaron y derrumbaron muchos intentos socialistas como el de la Unión Soviética.
La propuesta eliminaría la tendencia actual de usar una organización centralizada para administrar las misiones, que engrosa de hecho el aparato corrupto-corruptor del Estado centralizado que heredamos de la cuarta república. Además, permite a PDVSA concentrarse en su función de productor de petróleo, y mejorar la eficiencia de su gestión productiva, ya que la urgencia de la necesidad de múltiples gestiones del gasto social ha implicado que se ha tenido que ampliar institucionalmente de una manera enorme en recursos humanos. Esto, y el uso de sus recursos propios para realizar estos gastos, ha mermado abismalmente su productividad en circunstancias en que sus nuevos desafíos, como el de la Faja del Orinoco, necesitan su atención para dar sostenibilidad a la base económica del gasto social. La situación ha implicado que muchas de las responsabilidades de inversión para desarrollo de la faja ha caído en manos de empresas transnacionales, perdiendo por esa vía soberanía productiva petrolera.
Esto es un asunto de suma urgencia, y de vergüenza para los revolucionarios, que atestiguan las consabidas y evidentes corruptelas en la gestión social y productiva interna de las misiones, en particular la alimentaria. El nuevo gobierno debe decir ya basta a esta situación, y buscar una solución virtuosa, afianzando la revolución en el mecanismo que es el que al fin y al cabo la va a salvar, para llegar al punto de no retorno, como lo plantea el Plan Patria.
2 - La Comuna, y las empresas solidarias, como solución en lo político y lo económico
No tenemos espacio para abundar en el fundamento teórico de esta propuesta. Pero es necesario mencionarlo brevemente. El principio es el mismo que el de las cooperativas19 y empresas solidarias. En el caso de las empresas productivas, cuando la propiedad pasa a ser común, e igualitaria, su ganancia pasa a ser un bien público20 para los trabajadores: cuando alguien contribuye a su beneficio, todos ganan. Por esto es precisamente que la gestión mejora sustancialmente, pues, al eliminarse la lucha de clases al interior de la organización productiva, eliminarse la alienación explotadora de la plusvalía del trabajador, la alineación de intereses implica que los incentivos para los trabajadores los hace ser más productivos, más cuidadosos. Por si fuera poco, se puede demostrar, teórica y prácticamente, que la solidaridad entre los trabajadores aumenta: el egoísmo da paso al altruismo, que termina mejorando aún más la eficiencia productiva, y a los egoístas les conviene ser altruistas. Es el ejemplo básico que da la razón a Marx cuando decía que el cambio de estructura produce un cambio de cultura: la competencia, y la lucha de clases, produce egoísmo entre las partes contrincantes, la propiedad común produce altruismo y internaliza la ética.
En materia de gerencia política, el mismo principio opera, pues, cuando las comunidades toman posesión de la cosa pública (toman el poder político en su entorno), esta se transforma en un bien público para ellos21. Cuando alguien evita tirar basura en el vecindario, por ejemplo, no solo el individuo en cuestión se beneficia, sino que todos en la comunidad experimentan el bienestar que de ahí se deriva: cuando a todos les va bien en lo relativo a su entidad, como por ejemplo en la limpieza, a cada ciudadano le va bien. Lo mismo para la seguridad, la educación (que es un bien público), el conocimiento, y todas las actividades que normalmente realiza el Estado, pues el mercado no las produce eficientemente. La democracia representativa implica una disociación de la propiedad de lo público, y la gestión, entre el elector y el elegido, pues su control de este por aquel es muy poco efectivo, y solo se da mediante elecciones anodinas, en períodos demasiado espaciados en el tiempo. Por supuesto, lo mismo que en el caso de las empresas solidarias, la alineación de intereses entre la propiedad de lo público, y los ciudadanos mejora sustancialmente la eficiencia gerencial, pues hay incentivos a que todos, y cada uno, contribuya al bien de todos. La lucha de clases en lo político, entre representantes y representados, se elimina de esta manera. Esa mejora de la eficiencia viene de que, al estar alineados los intereses los miembros de la comunidad entre sí, se desarrollan plenamente las fuerzas productivas al interior del colectivo, que antes estaban limitadas por información asimétrica y riesgo moral entre representantes y representados. Por ejemplo, los miembros de la comunidad saben mejor que nadie qué necesitan, y con qué recursos propios cuentan (humanos, etc.). Por eso, la planificación, gestión, y control de gestión participativas son mucho mejores en este esquema, más eficientes. Es por esto que proponemos un traslado cuanto antes de toda la gerencia (desde planificación y diseño, hasta control, pasando por gestión) de los recursos que se destinan a las comunidades, a ellas mismas.
3 - Los errores: ¿de las Comunas, o de la dirección política?
Muchas personas, incluyendo revolucionarios, critican a los Consejos Comunales y las Comunas, y dicen que si se les dan recursos, los convierten en carros y gastos de restaurantes, en corrupción, y hasta en conformación de mafias armadas. Pero es que no saben que esas organizaciones, en particular donde han ocurrido irregularidades, de hecho no tienen el poder. No se les ha permitido hacer suya la propiedad de lo público local. En su entorno, cada ministerio viene con un proyecto, con una misión, y se organiza, por su propio lado, su pueblo, y se retrata con él para demostrar el cumplimiento de su misión. Por un lado las misiones, descoordinadas a nivel comunitario, por otro lado la gestión de la alcaldía, por otro el de la gobernación, en materia de obras sociales; por otro lado la policía, la Guardia Nacional, para temas de seguridad. Por otro lado el Partido, en cosas electorales, y de priorización de proyectos. Un desorden descomunal (y descomunalizante!). ¿Cómo se le va a pedir a un Consejo Comunal que sea exitoso, si no se le da poder, si se le sigue usurpando el poder, y hasta se le divide en grupos aislados y descoordinados, y hasta enfrentados por cuotas de poder, y se le sigue tratando como incompetente para resolver sus propios problemas? Un consejo comunal en estas condiciones es un grupo más. De hecho, al experimentar que no tienen poder, por ejemplo para cerrar una licorería que vende drogas, o a unos obreros que se roban los materiales de una acera, o controlar el ruido estridente de una música ballenata de un taller mecánico, los consejeros dejan de ir a las reuniones, los ciudadanos dejan de ir a las asambleas. Y, al no tener el control, la contraloría de toda la comunidad, algunos de ellos se dejan llevar por los vicios propios del sistema, y se rebuscan sus propias prebendas, y se generan los casos de corrupción que se han reportado.
Nada más fácil de explicar, como vemos. Si queremos realmente llamarnos revolucionarios, entonces, cuando somos testigos de estos casos de corrupción, desastre de la contraloría social e inefectividad en la gestión comunitaria, no podemos hacer como quien, al ver que el sol nace en el oriente y se pone en el occidente, concluimos que que da vueltas sobre la tierra, alegando que eso es la realidad. Debemos buscar la verdadera realidad, las causas más profundas, y no dejarnos llevar por los argumentos de la derecha, de que el comunismo no funciona. Esta es la falta de claridad política que nos ha hecho tanto daño, pues está claro que esa era la tarea más importante que ha debido asumirse desde hace catorce años, pues si no, seguimos en la democracia representativa, y no damos pasos firmes hacia la participativa más allá de la retórica vacía y engañosa.
4 - Los mecanismos de formación de la ética solidaria
Es por esto que es crucial que ellos sean los que manejen los recursos que les corresponden. Lo de los desvíos, y corruptelas, es asumido por el control social. Se da naturalmente un proceso de depuración de liderazgos, de control de las decisiones y la gestión. Si se le da importancia al Consejo Comunal, todo el mundo en la comunidad va a tener que participar en las asambleas, para poder defender su derecho, pues la corrupción, por ejemplo, o las mafias de ladrones armados, implican que ellos no disfrutan de los recursos respectivos, o de la seguridad respectiva. No se trata de procesos idílicos en muchos casos, sino que implican conflictos horizontales muy fuertes. Si en la zona de un Consejo Comunal funcionando con todo el poder, viene un maleante y se roba unos computadores que la comunidad había decidido asignar a escuela bolivariana controlada por ellos, lo primero que hacen es detectarlo, pues por ahí hay miles de ojos observando. Lo segundo, tratar de lincharlo, en muchos casos, por la furia con que reaccionarían, sabiendo que esto perjudica a sus hijos, y se están robando algo que ellos identifican como suyo, no como perteneciente a un gobierno central del que ellos no forman parte, y que incluso está en su contra. Si no, lo mandan a la justicia, con testigos oculares en su contra, educándolo de esta manera, y poniéndolo como ejemplo. Algo similar pasaría con un encargado de finanzas del Consejo que desvíe recursos para compararse una camioneta de lujo. No pasaría desapercibido, por supuesto, y la gente, en el poder, se enojaría mucho por lo que esto significa en términos de la disminución de los recursos a su disposición para hacer cosas que los benefician a ellos.
Esto de la contraloría funciona tan bien en estos casos que, aunque en la buena dirección, hasta cometen excesos, como históricamente se conoce en otros países en que se ha aplicado de manera efectiva. Dudar de esto es ceguera política total. Esta es precisamente la clase de conflictos que el gobierno central se evita para controlar la corrupción, el desvío de recursos, la contraloría de la gestión, el surgimiento de propuestas comunes luego de debates, dilucidación de lo que realmente se necesita, con sus priorizaciones. El pueblo mismo se educa a sí mismo, sin que tengan que venir iluminados ideológicos individuales a enseñarles a ser éticos y revolucionarios. Es el surgimiento de la ética como producto de la interacción social, la cultura solidaria que se deriva, interactivamente, de la estructura política solidaria.
5 - La transición hacia una República Popular Solidaria
Claro que, mientras se conforman Sistemas Citadinos, Regionales, Nacional, del Poder Popular, edificado desde la base, deben asignarse desde arriba los recursos de situado, y de asignaciones presupuestarias nacionales y locales, con la máxima coordinación posible en una democracia representativa como la nuestra, que tiene muchas fallas, incluso si está ejercida por gente que sin muy sólidos principios éticos individuales, caen en las tentaciones del Estado corrupto-corruptor que tenemos. La asignación puede hacerse, mientras tanto, a través de una figura que existe en la Constitución actual, pero que nunca ha funcionado realmente: el Consejo Federal de Gobierno. Este organismo, en el largo plazo, será un un medio de transición hacia un sistema que le de cada vez más poder a la base, al Poder Popular. Mientras tanto, pues, con solo el poder político, las comunidades hacen realmente milagros, como está documentado incluso desde instituciones internacionales de derecha, como decíamos. En particular, deben ser las Comunas y Consejos Comunales quienes sirvan de medio para otorgar créditos para micro empresas, y las PYMES, en general. Los créditos agrícolas, otorgados en el campo con solo la presentación de la cédula, es totalmente contraindicado. La experiencia de los bancos populares en el mundo (caso de Junus es un ejemplo notorio), demuestran que es crucial que haya corresponsabilidad en el otorgamiento del crédito. Esto es el secreto del éxito en esta materia, para no perder los créditos por falta de control, y además fortalece a los Consejos Comunales. Así tienen también conformarse las empresas de producción social, y hasta las cooperativas.
Finalmente, es bueno decir que, aunque se propone todo el poder para los Consejos Comunales, y las Comunas, hay que enfatizar de que se trata de solo lo que atañe exclusivamente a su jurisdicción político-territorial. Deben tener un poder vinculante, como lo establece la Constitución. Pero por supuesto que no puede ser desvinculado con las comunidades vecinas, los pueblos o ciudades, las regiones, y el país, en cosas que afectan a estos últimos. Si no, estaríamos hablando de la conformación de comunidades Estado soberanas e independientes entre sí, lo cual generaría una anarquía y una ingobernabilidad mayúscula a nivel nacional. Eso fue uno de los saldos de la llamada descentralización de la cuarta república. Para dar un ejemplo, si el trazado de un sistema de cloacas de una comuna afecta a una comunidad vecina, esa cloaca no se puede planificar, ni ejecutar, solo en la Comuna en cuestión. Y así sucesivamente. Es por eso que es urgente dar fortaleza a los Consejos Locales de Planificación y Gestión Pública a nivel de las aldeas, pueblos y ciudades, para evitar esto, y hacer lo propio a nivel regional y nacional. Por supuesto esto implica el paso de el sistema actual de planificación central y vertical a un sistema de Planificación Participativa, como se proponía en la Comisión de Transformación del Estado en 2002. Esto lo puede asumir, como decíamos, el Consejo Federal de Gobierno.
6. La Economía Solidaria del Conocimiento Libre
De hecho, y en consonancia con lo dicho, la era de una nueva economía, solidaria, está a nuestras puertas, y muchos no nos hemos dado cuenta. Un ejemplo es el fenómeno del Software Libre, que produce y distribuye de manera solidaria, sin que medie el mercado, un bien público: el software, que es tecnología. Cada bien económico, sea privado o público, tiene como componente principal de valor, alrededor de un 97%, un bien público: la tecnología. La materia prima no tratada es lo que menos vale, de lejos. Por ejemplo, si una gorra cuesta 100 bolívares, el componente tecnológico tiene un valor de 97 bolívares, y el petróleo crudo, del que se saca la fibra textil, solo 3 bolívares22.
El capitalismo se ha desarrollado a base de privatizar, por la vía política, mediante leyes y regulaciones, el componente principal, y motor, del desarrollo económico: la tecnología. Lo ha hecho mediantes leyes de patentes, licencias, y derechos de autor, bajo pretexto de que el mercado no produce los bienes públicos, porque no hay incentivos para hacerlo. Pero estamos a las puertas de un modelo productivo, solidario, que protege el carácter público de la tecnología, y es mucho más eficiente23 que la manera capitalista de hacerlo.
Si las organizaciones del poder popular, sea en lo político, o en lo económico, se organizan en redes, a la manera del movimiento de Software Libre, para compartir información, decisiones económicas, y hasta políticas, la productividad económica, y el nivel de vida, crecería y mejoraría de manera inmensa. No tenemos espacio aquí para abundar más, pero esto es precisamente lo que estaba diseñando como propuesta la Comisión de Transformación del Estado instituida por el Presidente Chávez en 2002, pero lamentablemente se descontinuó. Es el momento de retomar esto, con mucha fuerza. En este entorno, todo el sistema educativo, en particular las universidades, los institutos de investigación, jugarían un papel fundamental, con un rediseño, por supuesto, de su modo tradicional de enseñanza de aula. La Cultura Popular, sería, al fin y al cabo, el motor de la economía y del bienestar, pues la ciencia, los saberes ancestrales, y el arte son los componentes principales de la economía, como dijimos, y compartidos de manera solidaria, liberados de la privatización antinatural, potencian a grados, inverosímiles para el sistema capitalista, la oferta de bienes y servicios, produciendo una sociedad de la abundancia, y no de la escasez como la que tenemos.
Hagamos un ejercicio de presentación teórica esquemática de la eficiencia de la nueva economía solidaria. Para eso, partamos de imaginar lo que ocurre si dos personas hacen intercambio de bienes entre ellas: una produce guayabas y la otra mangos, que son bienes privados. Al intercambiar, cada quien queda con una unidad. Pero si intercambian información, que es un bien público, cada quien queda con dos bienes, pues al darlo no lo pierden. Simplificadamente, si un productor de guayabas quiere obtener 30 millones de bienes privados, tiene que producir 30 millones de guayabas, una para cada venezolano. Pero el modo de producción solidario con bienes púbicos funcionaría así: un productor de información obtiene 30 millones de informaciones, solidariamente, ¡a cambio de un solo esfuerzo productivo -que ni siquiera pierde en el proceso-! El único requisito que necesitamos ya lo tenemos: el bajísimo costo de transporte de la información, y la tecnología, que los convierte realmente en bienes públicos globales: la Internet, y sus redes conexas (telefonía celular y otros medios alternativos, entre ellos el tradicional boca a boca, interconectados). Si hay un portal de Internet común, en que cada quien comparta su bien público de conocimiento, cada persona obtiene 30 millones de bienes, ¡a cambio de uno solo! La diferencia en eficiencia productiva y social entre este mecanismo solidario, y el de intercambio de bienes privados o privatizados es abismal, como vemos muy esquemáticamente.
Por si fuera poco, la mejora en eficiencia no se queda ahí. En realidad, cuando contrastamos el intercambio de guayabas por mangos con el de dos ideas, nos quedamos cortos: no solo en el segundo caso no se pierde lo que se da, y se obtiene otra cosa como resultado, lo cual es ya milagroso, y asemeja al cuento y el canto popular de con real y medio. La ganancia va más allá, simplemente porque en el intercambio ocurre lo que en economía se llama una externalidad positiva. Al recibir cada quien la idea, empieza un proceso de creación mental en que se contrastan las dos ideas, y se integran de manera coherente, ganando en el proceso cada una de ellas, para transformarse, si se trata del mismo tema, en una sola idea, más robusta, más general, más real (pues la mente contrasta también la idea con su experiencia, y discierne su capacidad de reflejar la experiencia vivida), más valedera a la hora de ser aplicada. El resultado de este proceso de creación implica que ahora se tiene algo más que la suma de las dos ideas: cada quien ha ganado ¡más de dos bienes!. Hay que tener en cuenta también que normalmente ocurre más de un intercambio en el proceso de creación de ideas: hay muchas idas y venidas entre los dos cocreadores, hasta que están contentos cada uno de ellos con el resultado, sobre todo porque en la práctica, esto tiene un valor de supervivencia para ellos, de vida o muerte, y no es simplemente un ejercicio de lujo (o despilfarro) en el uso del tiempo. Todo esto, como vemos, agrega aún más valor al resultado del simple intercambio de dos bienes públicos.
Hay que resaltar que el resultado de que el agregado resultante es más valioso que la suma de las partes viene de un esfuerzo adicional, el mental, que hay que imputar al valor de lo producido.
No entraremos a los detalles del ahorro productivo con respecto a procesos convencionales, pero solo diremos que la creación mental generalmente lleva consigo satisfacción, y hasta entusiasmo, por lo logrado. No se trata, pues, de que el trabajador incurre en sacrificios, en desutilidades, renunciando al ocio para trabajar, sino en en satisfacciones adicionales por la actividad que se realiza: ¡se producen bienes a cambio de esfuerzos que representan bienes en sí mismos! Esto en economía es un milagro, claro, pues se obtiene algo a cambio de nada: el dar mismo produce satisfacción. El dar no es perder, sino ganar. Como se podrá apreciar, esto es muy distinto a lo que normalmente vemos, y a lo que normalmente estudiamos en economía. Es una base completamente distinta, opuesta, y mil veces mejor a lo que vemos normalmente y a lo que estudiamos en economía. En particular, si extendemos lo que pasa entre dos personas a lo que pasa entre los 30 millones, y si tenemos en cuenta que el intercambio pues nos hacemos una idea de lo milagroso que puede ser esto: la ganancia rápidamente va al infinito: es la economía de la abundancia, que proviene de liberar el conocimiento y compartirlo solidariamente.
Adicionalmente a esto, que ya es mucho, hay una tercera dimensión en que se gana, conectada con la palabras solidaridad, altruismo, amor. Hasta ahora los intercambios han ocurrido entre egoístas: cada quien actúa solo para su propio bien. Comparemos esto con lo que ocurre si intercambian bienes públicos dos altruistas entre sí. Un ejemplo ilustra mejor el punto: imaginemos una pareja que no se ama entre sí, que tiene un hijo, que los dos disfrutan (en realidad pueden amarlo también! ;-) ). El niño, y su educación, es un bien público local (pues, lamentablemente, por ahora, solo lo es para ellos, y no para la sociedad como un todo )-: ) pues no necesitan tener dos hijos para que cada uno de ellos disfrute uno. Como cada miembro de la pareja disfruta si el niño está educado, va a pasar un tiempo en atenderlo para lograrlo, y el niño alcanzará un nivel dado de formación. Ahora bien, si los miembros de la pareja se aman entre sí, además de al niño, y saben que cada uno de ellos se beneficia de la formación de este, entonces pasarán más tiempo en atenderlo: no solo porque el niño está mejor, no solo porque quien lo hace disfruta del resultado, sino también porque el otro miembro de la pareja lo disfruta. Sin entrar en todos los detalles de la interacción, es claro que en este segundo caso, el niño quedará más educado, pues cada miembro de la pareja le dedica más tiempo. Pero además, cada miembro de la pareja será más feliz, a pesar de que ha gastado más tiempo en el proceso (el tiempo de cada quien es un bien privado, que pudo haber sido usado en otro fin, también satisfactorio para el individuo en cuestión).
Aquí vemos, pues, que a los egoístas les conviene ser altruistas cuando interactúan para producir un mismo bien público: así serían más felices. Y están dadas las condiciones materiales para que, por procesos de aprendizaje cultural, incrementen sus niveles de amor mutuo: es porque les conviene, no porque tienen que hacerlo por sacrificados, por éticos individualistas. Indudablemente este proceso de formación del altruismo, de la ética, podríamos denominarla abusando un poco de los términos, lleva tiempo, y obedece a una interacción horizontal, no vertical de alguien, más ético, les enseña desde arriba, sobre todo si no hay condiciones que impliquen que el comportamiento ético va en su propio interés al fin y al cabo, pero que por miopía algunas veces, no lo ven. Pero, por un lado, están dadas las condiciones materiales para que se de, y por otro, una vez ocurrido, el resultado en términos del valor final del bien público es aún superior a los ya altos niveles alcanzados teniendo en cuenta las dos dimensiones anteriores. No analizaremos el impacto positivo de tener personas amorosas en la sociedad, pues es natural que estos sentimientos se extiendan fácilmente a otras actividades que la afectan, positivamente, claro.
Una vez dicho esto, podemos empezar a explicarnos porqué el SL, y la información libre, le gana cada vez más terreno a Microsoft y otras empresas de software privativo, a pesar de sus claras ventajas, ¡por ahora!, en las guerras mediáticas, legales, políticas, económico-comerciales y mafiosas. La idea es extender todo esto al conocimiento: liberar la naturaleza pública de este bien, que significa el 97% del valor de cada bien económico, pues están dadas las condiciones para esto. Son la expresión de un crecimiento exponencial de las condiciones productivas de la humanidad como un todo, hecha más humana en el proceso, que ameritan un nuevo modo de producción y distribución económica, acompañadas con una nueva manera de organizarse e intercambiar esfuerzos, en que dar significa recibir, no perder. Las implicaciones sociales y políticas (y espirituales, y éticas!) son asombrosas, pues implica simple y asombrosamente, un cambio de paradigma afectivo de un extremo al otro: del egoísmo, al altruismo. De la competencia a la cooperación, del ataque a la colaboración, de la guerra a la paz.
7 - La guerra de los modos de producción: privatización vs liberación del conocimiento
Finalmente, diremos que no por casualidad, los acuerdos imperialistas de comercio hacen especial esfuerzo en el tema de protección de propiedad intelectual. Lo bueno de todo esto es que el movimiento de SL ha estado ganando terreno, con sus propios productos, sin necesidad de piratear tecnología privada. No por casualidad los bancos a nivel mundial usan mayoritariamente Apache, una herramienta de SL, para el tráfico de redes de sus servidores de computación, incluyendo la Internet, que implican transacciones seguras de transferencias de fondos. Lo mismo puede decirse de Firefox, que es la herramienta de navegación más usada en el mundo. La gente no los usa solo porque sean baratos (gratis), sino porque son buenos. Un tercer ejemplo es Android, el software más usado en el mundo en teléfonos celulares. Su sistema operativo (su columna vertebral, diríamos), es Linux, el sistema operativo por excelencia del SL. Son solo tres ejemplos fehacientes de la nueva economía solidaria en ciernes, en que los bienes van a tener las tres B: Bueno, Bonito, y Barato. El poder popular puede alcanzar esto, confiemos sin duda alguna en ello, y pongamos al Estado con que contamos hoy, por la vía electoral, a servir a ese nuevo tipo de economía, y de poder político, que es el futuro, sin lugar a dudas, a pesar de la ardua guerra que en su contra hacen transnacionales como Microsoft, las farmacéuticas, los países imperialistas.
Otra manifestación de la guerra del nuevo modo de producción solidario de bienes públicos y el viejo, se escenifica en el terreno de la información. Las revoluciones políticas que estamos viendo en el mundo, en particular en los países desarrollados (como EEUU, España, Grecia, Islandia, etc.), son, en mucho, producto de un cambio de paradigma informativo: ahora la gente misma produce y transmite su propia información, sus análisis políticos. Es mucho más eficiente socialmente que una persona que está en una esquina cuando ocurre un accidente, le toma una foto con su celular, y lo reporta en la Internet, para que todo el mundo lo vea, que un periodista profesional que trabaja para CNN vaya al sitio, cuando el evento ya ocurrió, y le pregunte a los transeúntes, que no estaban ahí en el momento, qué fue lo que pasó. Además, por supuesto, el método de producción y distribución tradicional, que requiere inmensas riquezas de parte del dueño de la imprenta, o de la estación de radio o de televisión, implica que ese dueño va a transmitir las noticias o informaciones, o contenidos en general, de acuerdo a su óptica, que en todos los casos, sin excepción alguna, incluye el ideológico. Ahora la propia gente, a costos mínimos, puede producir y distribuir sus puntos de vista, con una interacción enriquecedora similar, o incluso superior, a la que ha permitido al SL, con sus millones de programadores y usuarios, derrotar a los 1000 ingenieros de Software de Microsoft, aunque sean los mejores, y mejor pagados del mundo.
Fue este mecanismo el que permitió desenmascarar las mentiras de las agencias noticiosas estadounidenses sobre los motivos mentirosos de la guerra de Irak, y las atrocidades cometidas en las guerras imperialistas, en particular sobre la población civil, y por los cuerpos represivos de los países imperialistas democráticos. También en relación al análisis de las causas de las crisis, de quiénes las producen, de quiénes las pagan (recordar el movimiento Okupa, en todo el mundo). La gente, usando sus cámaras, sus celulares, sus mensajes escritos, ha compartido la información de la cual ha sido testigo, y esto, convertido en bien público global gracias a la Internet y redes conexas, ha tenido inmensos efectos políticos. Por supuesto que esto tiene efectos políticos devastadores para el status quo, pues los votantes ya no son tan manipulables como antes por los medios tradicionales, a favor de las clases dominantes. Lo estamos viendo en la práctica, pero hay una razón muy básica de la teoría político-económica que lo explica: el teorema del votante mediano, que no expondremos aquí.
El imperialismo se ha dado cuenta de esto, por supuesto, y ha empezado ya su contraofensiva de guerra cibernética, que tiene el tema de la información (desinformación, en realidad) política como prioritario. Pero no tengamos miedo. Los éxitos demostrados hasta ahora por este nuevo modo de producción económico-social, aún sin estar organizado, sino muy de manera espontánea, muestran que se trata de algo imbatible, incluso con todo el presupuesto militar de EEUU y de todos los países de la OTAN juntos. La razón, repetimos, es que ni siquiera un millón de ingenieros informáticos calificados, con su modo de producción cerrado, sin que lo pueda ver todo el mundo, puede competir con miles de millones de ciudadanos entrelazados, interactuando constantemente en un proceso de feedbak, para identificar verdades y mentiras, viruses y gusanos desinformativos. Y la gente ya está realmente enojada, por decir lo menos, de los abusos de todo tipo que se han estado cometiendo en su contra. Y se están auto organizando cada vez más, y es posible que algunos gobiernos revolucionarios se sumen a apoyarlos (no a utilizarlos, que es muy distinto, y hay que tener sumo cuidado con esto: es el mismo principio que dice que el pueblo quiere, y puede, autogoernarse).
Otras manifestaciones de la misma revolución vienen en camino, en materia de hardware libre, de información académica libre, de medicinas libres, etc. Solo estos éxitos, sin ningún apoyo del Estado, frente a estos monstruosos enemigos, demuestran lo que estamos adelantando de la inmensa productividad e impacto social de este modo de producción y distribución solidaria. ¿Cómo sería si el Estado asume su defensa y su impulso? No ver esto es ceguera política, y estamos en condiciones, y en la obligación urgente, de revisar nuestros errores en este sentido, y retomar el liderazgo mundial que en esta materia asumimos en el año 2002 a través de la Comisión de Transformación del Estado24.
III - Fundamentos espirituales de la Revisión y Rectificación
Para finalizar, el compañero Nicolás ha hablado de la necesidad del perdón. Esto le da una perspectiva más profunda a la acción revolucionaria, más allá de estrategias normales como las descritas: la espiritual. Hay que partir de que todos somos iguales, y de que formamos parte de lo mismo. Y de que todos tenemos una inocencia primigenia. Y que por circunstancias, que incluyen creencias erróneas (como las del ego de que estamos separados frente a un mundo inhóspito, escaso, aterrante), atacamos a los demás y a la naturaleza como una forma de supervivencia. Son esas circunstancias las que tenemos que entender, para poder comprender, y perdonar, a las personas. Estos fundamentos espirituales tienen raíces históricas en nuestros indígenas de toda América, por cierto, que tenían un respeto profundo, que llegaba a la veneración, por los demás, por los animales, y por la naturaleza, pues los concebían como partes de una sola realidad viviente, la madre tierra. Esta perspectiva espiritual para resolver nuestros problemas, y dirimir las diferencias, tanto internas como entre todos los venezolanos, y lograr así la Unidad en una misma Buena Voluntad, es no solo necesaria, sino imprescindible en esta coyuntura.
- Perdonar y dar una nueva oportunidad al sector privado que nos ha agredido
Es cierto que ante las muchas iniciativas de apertura del Comandante Chávez, el sector privado respondió con agresiones políticas y económicas, como el golpe de Estado, el paro petrolero, el acaparamiento con fines políticos, los sabotajes económicos, las guarimbas. Pero así como debemos perdonarnos a nosotros mismos los grandes errores en materia de política económica, y las faltas de ética a todos los niveles, debemos perdonar al sector privado sus faltas, que son realmente errores, y llamarlos nuevamente, para darnos a todos una nueva oportunidad. Hay que perdonar de manera sincera, comprendiendo al otro, poniéndose en sus zapados, y culpar no tanto a las personas, sino criticar sana y positivamente las estructuras organizativas y de pensamiento, pero siendo tolerantes de las realidades del otro. En particular, hay que ser marxistas en esto, y no criticar o descalificar a la persona o a los grupos de personas, sino comprender que se obedece a una cultura y a una estructura social, histórica, determinada. Si el pánico es lo que ha generado toda esta suerte de ataques, ¡lo que hay que atacar, y derrotar, es al pánico, no a las personas, ni a los grupos de personas que han actuado poseídas por ese flagelo! Pero no podemos derrotar al pánico con más pánico, sino con Amor, con Sabiduría espiritual, que es lo mismo.
Jesús de Nazaret vino a curar a los enfermos y los desvalidos. Fue criticado porque frecuentaba publicanos25 y pecadores. La revolución, como lo decía el Comandante Chávez, vino para atender y empoderar a los menos favorecidos. Pero también debe ocuparse de los enfermos, que lo son no solo física, sino también mentalmente. Es claro que el querer acumular riqueza sin límite es una enfermedad, producida en gran parte por el miedo y la esclavitud de la ostentación, en un contexto del imperio de un mercado inclemente, como parte de la ideología superestructural. Tengamos en cuenta humildemente que esa enfermedad está presente no solo por muchas personas en el sector privado, sino en muchos de nosotros, que hemos caído en la corrupción por ello.
Parte importante del sector privado productivo también tiene mucho miedo por concepciones equivocadas sobre lo que la revolución bolivariana significa26. Todo esto hay que comprenderlo sinceramente, y propiciar las condiciones para que esa enfermedad pueda ser sanada, en particular, la parte del miedo que tiene que ver con lo que queremos hacer en el país desde el gobierno. Nosotros también hemos tenido miedo, esto hay que reconocerlo, pues la agresión a personas, y a grupos, aunque sea reactivo, también refleja ese sentimiento, que muestra una inseguridad de sí mismo, de la propia capacidad. Eso podemos mejorarlo sentándonos a conversar, y derrumbar mitos y mentiras sobre lo que realmente quiere cada quien. En esto nos daremos cuenta de que hay mucho lo que podemos hacer en común por el mutuo respeto y provecho, en favor del país como un todo inclusivo.
2 - El perdón a nosotros mismos, y darnos una nueva oportunidad
Es bueno puntualizar que el perdón mayor que debemos realizar no es el del sector privado opositor, sino el de nosotros mismos. Hemos perdido la guerra económica (no reconocerlo sería un error aún mayor). Muchos dirigentes culpan de esto a la oposición y al imperialismo. Esto es como si en una guerra, el derrotado dice, quejumbrosa y desconsoladamente, el culpable fue mi enemigo, ¡qué malo fue!. En el caso nuestro, hemos cometido errores en la política económica tan graves, que muestran que hemos podido evitar la derrota. De hecho, en nuestra opinión, hemos tenido todas las herramientas para hacer de nuestro proceso un ejemplo mundial de éxito productivo, como exponemos en este documento, y como se ha advertido, sin o con alguna bulla mediática, desde hace mucho tiempo, incluso por parte de grupos y personas a las que se ha excluido del proceso simplemente por sus críticas. Culpar al enemigo de la propia derrota es algo digno de una estatua a la insensatez, para escarnio de las futuras generaciones. Esa enfermedad, de la soberbia, requiere mucho perdón, mucha comprensión. Y, por si fuera poco, las oportunidades perdidas, que son inmensas, incalculables, realmente, requieren otra gran dosis de perdón. El pueblo venezolano todo ha sufrido, y demasiado, por nuestra responsabilidad. Y esto se ha reflejado en el resultado electoral que hemos tenido, que ha arrojado un resultado positivo para la revolución solo por una lealtad asombrosa del pueblo chavista, no porque no haya sufrido inclementemente en materia económica, sobre todo últimamente.
Además del tema de las fallas de política económica, antes de culpar al enemigo, veamos las fallas internas inmensas, como el de las personas y grupos de poder, no mencionados aquí, que tienen la revolución en la boca, para vivir de ella, y no en el corazón, para morir por ella, como lo decía el Che. Las pugnas palaciegas, los círculos impenetrables sobre el Comandante Chávez, los comadreos infamantes para quitar el piso a rivales personales o de grupo, las traiciones, los errores personales, etc., etc. Primero perdonémonos. Y luego perdonémonos si creemos que no necesitamos perdón, y que nuestra responsabilidad es menor que el que simplemente cumplió con sus objetivos: el de derrotar a un enemigo. Lo que la dignidad y la gallardía mandan, en cualquier juego, es reconocer humildemente el éxito del enemigo, no culparlo por habernos derrotado.
De hecho, no es el sector privado, ni siquiera la oposición política, la mayor responsable de nuestra situación. Si vemos esto como un partido de fútbol, el equipo de la oposición ha cometido errores estratégicos, y de jugadores individuales, que son garrafales27, tanto en ataque como en defensa, una y otra vez, en su juego contra la revolución. Nosotros hemos metido dos goles contundentes por parte de nuestra delantera, el político, y el social. Pero mientras el equipo económico debería estar haciendo el soporte del equipo revolucionario en la defensa, cerca de la portería, hasta ahora ha puesto la torta la gran mayoría de las veces. Mientas nuestros delanteros metían esos goles, el sector productivo privado se acercaba a nuestra portería, a nuestra defensa económica, pero no metía los goles. ¡Nos los metíamos nosotros mismos! ¡Llevamos tres autogoles, queridos amigos! ¡Vamos perdiendo dos goles a favor y tres en contra! No ha terminado el juego, afortunadamente, como lo demuestra el triunfo electoral del 14 de Abril, aunque precario. Este documento es una propuesta de enmienda: Revisión, para reconocer humildemente los errores de todos nosotros, sin excepciones, pues todos los hemos cometido, en mayor o menor medida; Rectificación para cambiar nuestras equivocaciones, de todo tipo, dándonos también a nosotros mismos otra oportunidad, que como se ven las cosas, es la última, por lo menos en esta coyuntura político-electoral (pues la sociedad solidaria, basada en el amor, que es lo que estamos en realidad tratando de impulsar, es imparable en el largo plazo, realmente).
Terminamos esta parte diciendo que estos autogoles económicos han sido involuntarios, como normalmente también ocurre en el fútbol. Y es por eso que no podemos culpar al Comandante Chávez, ni a su equipo económico de esto, pues de haberlo sabido, no hubieran actuado de esa manera. Una cosa es la responsabilidad, otra la culpa, que no existe aquí, por supuesto. Hay que comprender, y perdonar, como vamos diciendo: lo importante ahora es rectificar, no hacer retaliaciones inconducentes, que pueden significar una cacería de brujas y un enrarecimiento del clima interno entre las fuerzas revolucionarias, pues ahora es imperativa la unidad: revisión, pero con perdón y dando oportunidad a la rectificación, sobre todo corrigiendo las estructuras para que la nueva ética revolucionaria dependa de la base material, del rediseño institucional, y no tanto de la condición personal. Pero también hay que decir, como Simón Bolívar, que moral y luces son nuestras primeras necesidades en este proceso de Rectificación, para que pueda haber Reimpulso: se necesita gente no solo que tenga moral, sino también que tenga luces, que esté formada y preparada para hacer sus labores, pues de nada sirve en una batalla poner a un soldado entusiasta y recto, especialista en manejar tanques de guerra, a conducir un Suckoi, pues se estrellará, y meterá un autogol involuntario.
3 - El cuidado de la forma en las conversaciones, públicas (mediáticas) y privadas, tanto con el sector privado, como con nuestros críticos internos.
Concluimos esta parte de la necesidad de conversaciones, y acuerdos, con el sector privado productivo, y de revisión y rectificación de nuestros errores, diciendo que lo primero que necesita la sanación, pues, no es agresión, ataque e incomprensión, sino comprensión, inclusión, tolerancia, paciencia, persistencia. Esto ha hecho mucha falta, y es el momento de hacerlo, no solo por interés, sino por convicción: se trata de que todos los venezolanos, incluyéndonos en primer lugar, necesitan ser comprendidos, acogidos, incluidos, aceptados para darnos una nueva oportunidad. Y para esto es imprescindible que cambiemos de actitud, y en materia de política mediática, para no descalificar, ofender, burlarnos o irrespetar a las personas que no opinan de la misma manera, sino entrar al debate de ideas, pues si no, se cae en las espirales de odio personal en que hemos caído, comiendo casquillo por cada ofensa, incluso personal, que recibimos de gente a la que llamamos enferma, sin comprenderla y sin ir más allá, cayendo con ello, básicamente, en la misma enfermedad de pagar con la misma moneda, ojo por ojo, diente por diente. Recalcamos que esas actitudes hay que evitarlas no solo contra la oposición, sino con nosotros mismos, en particular frente a quienes hacen críticas, y cometen errores, y tienen algunas discapacidades para desempeñar un cargo dado. Pero no se trata de que debemos hacer esto para ser buenos, y ganarnos el cielo en la otra vida. Se trata de algo que absolutamente imprescindible para nuestro propio interés.
De hecho, el sector privado y algunos economistas opuestos al gobierno han estado diciendo muchas de las cosas que enumeramos en el diagnóstico, pero no les hemos creído, pues nos hemos estado guiando por quien lo dice, y no por qué es lo que dice, que es la actitud adecuada que debemos tener siempre, pues en este caso hubiera implicado corregir antes el rumbo, para nuestro propio beneficio. En particular, lo que dicen quienes apoyan a este proceso no siempre es adecuado, como venimos viendo: no porque sea opuesto es malo lo que dice, y no porque esté a favor es bueno lo que dice. Por eso necesitamos siempre un enfoque crítico y autocrítico, y no personalista o grupalista, o de descalificación a priori de los argumentos del contrario, que es lo que proponemos aquí. Curar a un enfermo, pues, requiere un esfuerzo de paciencia, tolerancia y, sobre todo, amor, al que no solo estamos obligados, sino que al final nos beneficia a todos, no solo al receptor, sino al emisor de este sentimiento. Por eso esa ley de atracción, tan milagrosa, por beneficiar no solo a quien se ama, sino a quien lo hace, es la consigna principal de los revolucionarios verdaderos, los que logran realmente transformar la realidad porque primero se han transformado a sí mismos, como pedía Gandhi.
Conclusión
Para concluir, con estas medidas no solo se desactiva la posible explosión social, sino que se afianza la revolución por un camino claro y robusto en lo económico, muy a la manera de Brasil y Ecuador, aunque con nuestras particularidades y fortalezas políticas, como la de la revolución socialista que confía y depende, para su evolución y afianzamiento, del Poder Popular como fuerza fundamental de gestión y transformación social, económica, y política. La sociedad solidaria basada en el amor, que produce abundancia y armonía entre los humanos y con la naturaleza es una necesidad histórica y humana, además de imprescindible e imparable.
¡Todo tendrá un desenlace feliz! ¡Amén!, que en realidad significa así será, pues es lo que queremos hacer; es la firme decisión, tanto de los venezolanos, imprescindiblemente unidos todos en una misma Buena Voluntad, como de la de Dios, Quien nos quiere ayudar en esta difícil coyuntura aparentemente aciaga. Así, como queremos hacerlo, nuestra fe nos conducirá inexorablemente al desenlace: nuestra fe unida así lo decreta. ¡Que Así Sea!
El equipo redactor de “¿Qué hacer?” puede ser contactado a través de uno de sus miembros, Felipe Pérez Martí: felipeperezmarti@gmail.com
Referencias:
- Informes económicos del Banco Central de Venezuela, de PDVSA, del Bank of America. Cálculos propios.
- Fronteras de la economía del desarrollo: El futuro en perspectiva, Editado por Gerald Meier y Joseph Stiglitz, Banco Mundial, 2002.
- Revisión, Rectificación y Reimpulso. Manuscrito no publicado. 2008. Felipe Pérez Martí.
- Sims, Ken (2006), Community: Open Scrutiny of Open Source Code Mar 18, 2006, http://www.linuxtoday.com/developer/2006031800826OSCYDV
Notas a pie de página:
[1] Este documento fue elaborado para la consideración del Presidente Nicolás Maduro y su equipo de gobierno, así como de la más alta dirigencia política de la revolución bolivariana. Sin embargo, la segunda versión, que fue circulada entre nuestras redes más cercanas de pensadores y dirigentes revolucionarios para recoger comentarios y llegar a consensos en la propuesta, fue filtrada, sin nosotros saber cómo ni por qué, al diario ABC de España, el día 10 de Abril. El 11 salió reseñado en El Mundo, el 12 en El Nacional. Ahora que el documento es de conocimiento público, queremos circularlo ampliamente entre los revolucionarios, y hasta entre la gente de oposición, incluyendo el sector privado productivo (no hay que olvidar que Engels, un empresario burgués, fue uno de los marxistas más acérrimos) para nutrir la propuesta al Presidente Maduro. La idea es que esto no tenga autor o autores conocidos, sino que sea una propuesta colectiva, que vaya sumando de manera coherente comentarios, adiciones, correcciones, cambios, buscando la verdad, para beneficio de todo el pueblo venezolano, de manera inclusiva. La circulación va a ser a través de redes, y por favor hagamos hacer llegar los comentarios a través de quien nos lo envió, para también así evitar “crackeos” maliciosos. La versión más reciente tendrá en fondo amarillo el producto de esos comentarios, como en un borrador en permanente evolución, con versiones sucesivas cada vez más pulidas y amplias, pero siempre conservando la coherencia interna de las ideas, para ir sumando cada vez más voluntades entusiastas, como coautores e impulsores, y así lograr una Venezuela y un mundo mejor para todos.
[2] Las cifras reales no se saben todavía, y hay que manejarse con “indicadores adelantados”, o “tempranos”, como el gasto público, consumo de electricidad, cuyo impacto sobre el PIB se conoce por estudios econométricos de lo que ha ocurrido en el pasado.
[3] Es de hacer notar que el Bank of America, que ha estado haciendo predicciones muy acertadas sobre nuestra economía en el pasado reciente, está estimando una baja del producto de un 3,6% para este año. Ese banco fue el que mejor acertó la variación del producto del año pasado, un crecimiento de más de 5%, y el único banco internacional que predijo una victoria del Comandante Chávez por más de 10%. Nosotros estimamos, por otras consideraciones que incluyen el tema político, que la contracción puede ser de más del 3,6%.
[4] En realidad tendríamos que acuñar una palabra nueva, contracflación, pues se trata, no de estancamiento, sino de contracción con inflación.
[5] Esto se debe a la misma regulación que prohíbe terminantemente a los bancos privados, que crean dinero por su propia naturaleza, darse crédito a sí mismos. En el caso del Estado es más grave aún, por si fuera poco, pues el costo lo pagan todos, no solo los clientes del banco, y las consecuencias indirectas para la economía son desastrosas, como muy bien se sabe por la teoría y por la experiencia. Tratar de resolver los problemas económicos reales, con “reales” ficticios, es como pretender apagar un fuego con gasolina (a menos que hubiera claras limitaciones de crédito al gobierno a la vez que el gasto es, como un todo, para inversión reproductiva, que no es el caso, en particular si tenemos en cuenta las limitaciones productivas del entorno macroeconómico, como aquí).
[6] En el documento citado abajo, sobre las R³, actualizado al 2013, se detalla cuantitativamente este análisis. Son más o menos conocidas las cifras de cuando crece el ingreso y crece el gasto. Pero solo mencionaremos aquí el caso contrario, que ocurrió en el 2009. El precio petrolero (y el ingreso) bajó de 127 $/b en Agosto del 2008, a 27 $/b en Febrero de 2009. El gasto se redujo en 20% en el primer semestre de 2009, lo que demuestra nuestro argumento. Por cierto, como consecuencia de ello, el PIB no petrolero bajó 1,7% en 2009 y 1,6% en 2010.
[7] El componente principal de esta fuga han sido los bonos emitidos por el gobierno denominados en dólares con fines fiscales y a la vez para presionar a la baja el tipo de cambio del mercado negro de divisas, como se sabe. Pero las cifras, basadas en la balanza de pagos, del BCV, muestran que los activos brutos del país pasaron de 23,9 millardos de dólares en el cuarto trimestre de 1998, a 160,3 millardos en el cuarto trimestre de 2012, un aumento de 136 millardos de dólares, o un 470%.
[8] Así como un niño que cambia de guarderías a cada rato, crece en un entorno de incertidumbre, de miedo, de conflictos familiares, crece enfermo, física y mentalmente, si es que llega a la edad adulta, las empresas, sean capitalistas, o socialistas, no se desarrollan si no encuentran un clima adecuado en lo macroeconómico, jurídico y de reglas de juego políticas y de política económica, incluyendo las de desarrollo de largo plazo. El equipo económico del gobierno debe saber lidiar con el mercado y sus reglas desde una posición revolucionaria, y es un grave error hacerse la vista gorda.
[9] Puede interpretarse, de forma general, que la sociedad tiene tres patas: la social, la política, y la económica. Nuestra pata económica tiene dos soportes: el capitalista, y el revolucionario. Este debe irse desarrollando progresivamente, conviviendo con el primero de manera adecuada, para ir ganando fuerzas. Pero quien gerencia el gobierno revolucionario, debe saber gestionar esos dos soportes, lo que implica conocer muy bien las reglas de juego del primero, además del segundo, claro, para no perderlo por descalificación, debido a su ignorancia sobre el tema: no está permitido en este caso esconder la cabeza en un hueco, como el avestruz.
[10] Estas son empresas mixtas de propiedad dividida entre una o varias instancias regionales de gobierno, incluyendo Comunas, y los trabajadores. Son socialistas porque no hay explotación capitalista del trabajo, y los trabajadores tienen la parte de su propiedad como propiedad común, con alícuotas de ganancia como en una cooperativa pura en esa parte.
[11] Debemos rescatar el significado original, prostituido por los medios, de la palabra Hacker, que en realidad se refiere a una persona que disfruta resolviendo problemas interesantes, y tiene una habilidad especial para hacerlo. Se aplica a todas las ramas, pero en particular al software y las comunicaciones. Cracker, por otro lado, es alguien que es un Hacker, pero además incurre en actividades impropias de invasión de privacidad de otras personas o instituciones.
[12] Hay que aclarar que mercado y capitalismo no son sinónimos. El primero tiene más de tres mil años en existencia, mientras que el segundo unos trescientos años, y consiste en expropiación de la plusvalía del trabajador por parte del dueño de la empresa, que lo explota de esta manera. El mecanismo de mercado puede usarse, perfectamente, para transacciones incluso entre empresas que son enteramente socialistas hacia su interior. Y también es perfectamente válido como mecanismo en una transición hacia el socialismo. No abundaremos más sobre el tema aquí, pero es claro que no hay que tener ojeriza contra el mecanismo del mercado, sobre todo en nuestras circunstancias actuales.
[13] Insistimos en que no se trata de ideología, sea neoliberal o no. Son cosas muy básicas de materia económica, que se saben algunas desde José, hijo de Jacob, ministro de economía del Faraón de Egipto, pero que el equipo económico del gobierno no parece tenerlas entre sus estrategias posibles.
[14] El concepto de solución del juego es el de Equilibrio de Nash, que consiste en que, dado el supuesto de lo que van a jugar los demás jugadores, es óptimo para cada jugador jugar lo que los otros supondrían que él va a jugar. Por tanto, se trata de una profecía autocumplida.
[15] Para los lectores que les gusta lo técnico, es bueno aclarar que como los equilibrios de mercado, incluso imperfecto, son también equilibrios de Nash, no hay problema con el trato indistinto que de ellos hacemos aquí, para nuestros propósitos divulgativos.
[16] Es como si la abuela Rosinés hubiera tenido incertidumbre sobre si sus “arañas” fueran ser confiscadas por el alcalde de Sabaneta, o por un ladrón: no las hubiera producido.
[17] Dado el resultado electoral del 14 de Abril, deberíamos decir más bien “disminuye la ingobernabilidad”.
[18] En un estudio publicado por el Banco mundial, por ejemplo, 7 de cada 10 proyectos tenían éxito cuando las comunidades beneficiarias directas tomaban parte activa en su diseño y ejecución, pero que solo 1 de cada 10 tenía éxito cuando era realizado por instituciones gubernamentales, desde arriba.
[19] Hay que hacer notar que en nuestro país ha habido fallas graves en la implantación de cooperativas. Muchas empresas que se hacen llamar cooperativas no son tales, y desprestigian con esto ese nombre que es un estándar mundial. Algunas, por ejemplo, vienen de empresas capitalistas que solo de cambian de nombre, para obtener beneficios impositivos y crediticios, sin cambiar la estructura de la propiedad. Otras, vienen de decisiones de algunos gerentes de empresas del Estado, que se buscan unos cuantos trabajadores, los contrata a sueldo, se autonombra gerente general, se beneficia personalmente de las ganancias, en particular de las exenciones de impuestos y de los créditos, y cuando la empresa va mal, obtiene un subsidio de la empresa del Estado de la cual es gerente. Otras, como algunas de transporte, provienen de personas que se organizan entre sí para obtener los beneficios mencionados, y luego se convierten en accionistas de una empresa que emplea obreros asalariados para conducir sus carros o autobuses. Como vemos, la mayoría de estas aberraciones viene del problema de quien certifica que la empresa es realmente cooperativa. La propuesta que estamos haciendo implica que son las Comunas, y su sistema en redes, quienes deben hacer esta certificación, en un sistema de corresponsabilidad: si la empresa quiebra, la Comuna responde por las pérdidas.
[20] Estamos hablando de bienes públicos por naturaleza, no por propiedad, o por gestión del Estado. Ejemplos de bienes públicos por naturaleza son el de la información y el de la tecnología, que una vez producidos, si alguien los consume, no los elimina, sino que permanecen, y pueden ser consumidos por otras personas, a diferencia de los bienes privados, como la guayaba, que si alguien la consume, la acaba como bien. Son bienes mágicos, realmente. Y su magia es lo que fundamenta la revolución de la abundancia, en las áreas política, económica, social y cultural, como se está exponiendo.
[21] Es bueno aclarar la diferencia entres bienes públicos por su naturaleza económica, de “lo público”, que es una entidad política. Lo público tiene que ver con la naturaleza de la entidad social, el cuerpo de personas, como un todo, en una sociedad. La entidad política de la sociedad toma sus propias decisiones, que tienen que ver con su bienestar y sus relaciones con otros entes públicos (como otro país), y normalmente se le llama “Estado”. “Tomar el poder político”, en nuestra sociedad puede significar ser electo para representar al electorado para gerenciar, reglamentar, juzgar, controlar, etc., las decisiones que tienen que ver son su operación. Por ejemplo, una decisión puede ser una ley, o una constitución; o una política cambiaria. No por casualidad los bienes públicos por naturaleza, como un faro en un puerto, o la seguridad nacional, son producidos por el ente público, el Estado, y es administrado por su “gobierno”. La razón es que los bienes públicos por naturaleza no los produce eficientemente el mercado. Es una de las llamadas “fallas del mercado” (aunque el neoliberalismo es tan radical, que pretende privatizar todos los bienes públicos, pues solo así el mercado los podría producir, pero con muchas ineficiencias). Así que los dos conceptos están muy relacionados en la práctica, pero son conceptualmente muy distintos.
[22] En realidad deberíamos hablar de conocimiento que es un concepto más amplio, en vez de tecnología. Esta cifra de 97% es una apreciación subjetiva, pues es muy difícil de calcular, y no existen mediciones en este sentido, que nosotros sepamos. Sin embargo, hay una manera de hacer una estimación gruesa del asunto. En 2012 en Venezuela, el 16% del producto provino de trabajo “no calificado”. Si suponemos que este trabajo es el que tiene menos conocimiento, el resto del producto, el 84%, viene del trabajo calificado, y del capital. El capital es en realidad trabajo cosificado de períodos anteriores, pues cualquier producto humano, sea perecedero, o acumulable, viene del trabajo. Si, además de eso, tenemos en cuenta que el trabajador no calificado necesita de toda su cultura para trabajar (lenguaje para comunicarse en su lugar de trabajo, conocimiento de la manera de trasladarse a él, de cómo usar la pala o la máquina de escribir, de cómo leer, escribir, sumar y restar, etc.), entonces vemos que el 84% hay que aumentarlo casi al 100%, pues el componente de energía física de todas las categorías de trabajo que no proviene de conocimiento, que es lo que en verdad el único bien privado como componente en el total de valor, es realmente mínima. Así que la apreciación de 97% no debe estar muy lejana de la realidad. El ejemplo de la gorra es una manera alternativa, quizá más pictórica, de ilustrar el mismo punto.
[23] Para dar solo un ejemplo, por cada mil líneas de código en un programa de software, el software propietario tiene, en promedio, de 20 a 30 errores, en promedio, mientras que el software libre tiene alrededor de un 0,34 errores. A esta conclusión llegó una comisión, conformada por la firma Coverty, especialista en auditoría de códigos y evaluación de riesgos, y por la empresa Symantec, en colaboración con la universidad de Stanford, nombrada por el mismísimo George Bush Jr. , quien no es ningún izquierdista. Ver Sims 2006.
[24] Ecuador, por cierto, está apuntando en esta dirección, en materia de información, que también es un bien público: armar redes sociales que no sean empresas privadas, como Facebook, o Twitter, que se convierten, en la práctica, en instrumentos de espionaje a favor del imperialismo, como ha denunciado Julian Assange, en fundador de Wiki-leaks, no por casualidad muy perseguido y acosado por el imperialismo, pues impulsa la información, el conocimiento libre a nivel mundial.
[25] Los publicanos eran los lacayos del imperio de entonces, judíos enriquecidos a costa de cobrar impuestos a sus compatriotas, en particular los pobres, para entregárselos al imperio romano.
[26] Hay que aclararles que aquí no se persigue un comunismo como el que hubo en la Unión Soviética, por ejemplo, y que el objetivo no es nacionalizar a todas las empresas, sino que el mercado, y la empresa privada, tienen su importante papel que jugar.
[27] Como el de no reconocer el resultado de las elecciones del 14 de Abril, y propiciar toda suerte de desmanes que al fin y al cabo los perjudican, al saberse las verdades, develando así un talante realmente antidemocrático, cuando se presentaban como demócratas, nacional e internacionalmente. Por lo pronto, han tenido éxito en convencer a la gran mayoría de sus seguidores que la elección les fue robada, en parte por la guerra mediática, y en parte porque su gente de base ha sufrido tanto que está desesperada por un cambio, y son presa fácil del engaño, y aún del autoengaño. El gobierno no los ha reprimido aunque tenía justificación legal para hacerlo, pues ha actuado políticamente para dejar que los dirigente “que se cocinen en su propia salsa”.