Sobre el 14 de abril y su perspectiva

Necesario es comenzar a reflexionar más allá de las exigencias de las circunstancias. La teoría debe cumplir su papel de guía para el desarrollo de la práctica. Para no distraernos del tema central, baste decir que en nuestro proceso la contradicción entre teoría y práctica ha venido siendo de primer orden, las causa de este hecho está en los orígenes de clase de la ideología de la dirigencia, esto los he abordados en trabajos anteriores. El momento está maduro –sin alusiones personales-, para abordar elementos cuya postergación sería desleal con el pueblo. Es imperioso aplicar el método revolucionario de la constante crítica y auto-crítica, más aún, se trata del método de las “3R” –Revisión, Rectificación y Relanzamiento, y no sólo en la gestión, factor fundamental para lo electoral, sino aguas adentro, dentro de las formas y métodos de conducción del proceso, del partido y del Polo, y con el extra de las otras tres “R”, la repolitización, la repolarización y la reunificación, que significan repolitizar". Hasta el momento, es evidente que la ausencia de Chávez golpeó mucho, el ajuste cambiario quizás debió hacerse postelectoral, la inflación, la constante guerra mediática, de desabastecimiento, el saboteo eléctrico, el no habernos centrado más en el programa, el haber tratado de basarnos demasiado en la conexión sentimental con el Comandante, y es que en tan solo diez días no era mucho lo que podía hacerse, que se debió de hacer con el Comandante en vida, que si había que haberlo comenzado a hacer años atrás. Bueno, qué fácil descifrar el partido después que terminó, es como adivinar los ganadores del 5 y 6 el lunes en la mañana. Lo más importante es lo que está en curso. El proceso de crítica y cuestionamiento a la burocracia del Estado y del partido, era y empieza a volver a ser el proceso central que se que debe realizarse en el seno del pueblo bolivariano.

La situación: El chavismo no sólo es la primera fuerza electoral, sino que sigue siendo la principal identidad política del país y más de la mitad de la población ha votado por un proyecto declaradamente de tendencia socialista incluso en ausencia de su máximo líder. También, gracias a la integración política latinoamericana, se ha transformado el escenario geopolítico regional, y queda poco espacio para las maniobras que busquen aislar a nuestro Gobierno o a cualquier otro gobierno progresista. La oposición mantiene sus planes golpistas pero han visto frenada su ofensiva, y seguro sus planes golpistas seguirán porque son incapaces de tener otros, y están claros que de lo que se trata en el fondo es de lucha de clases, en la cual por cierto, lo electoral juega un importante papel más aún en la coyuntura internacional, pero pensar que eso sea lo esencial es a lo menos confundir los escenarios, si no pregúntenselo a Allende, a Zelaya, a Lugo, o al mismo Chávez, derrocado sin elecciones en el 2002. Lo repito, en modo alguno quiero decir que deba subestimarse la lucha electoral, en determinados momentos, bajo determinadas circunstancias lo electoral es lo principal, y la lucha electoral es expresión de la lucha de clases, así como en Venezuela, dentro del marco de desarrollo de la Democracia Participativa y Protagónica y dentro de la coyuntura mundial, la lucha electoral tiene carácter e importancia estratégica, pero pasadas las elecciones habiendo ganado nosotros con Nicolás, habiendo sido proclamado, juramentado, y estando en pleno ejercicio, por los próximos tres años, lo electoral dependerá de la lucha de clases, de la conducción política que desarrollemos, de la rectificación de errores, del reimpulso, y de la repolitización de sectores alejados.

Actualmente, no veo ningún militar en Plaza Altamira, al que he visto apoyando disturbios está preso. No veo una metropolitana sumada al golpismo, veo una Policía Nacional Bolivariana, cuyo dudoso Director acaba de ser removido, y este no es el escenario para profundizar determinados temas que deben hacerse a puerta cerrada. Veo un gobierno que se va afianzando, que asoma cambios, y que nos necesita en una disposición positiva de lucha, de rectificación y reimpulso. Lo que hay que hacer, es desatar la creatividad y energía que nuestro pueblo ha demostrado en los momentos más difíciles.
Nos queda un saldo de 10 personas asesinadas, todas ellas simpatizantes o militantes chavistas con nombres y apellidos, con sus familias, hasta ellos y sus familiares mis condolencias, debe haber Justicia. Nos quedan 25 Centros de Diagnóstico Integral –CDI- asaltados o quemados, tres sedes del Partido Socialista Unido de Venezuela incendiadas, numerosos ataques a edificios públicos, de misiones sociales o viviendas de dirigentes bolivarianos. Pero también, nos queda esa herencia de pueblo heroico destinado a ser libre, nos queda el ejemplo del Comandante, la Unidad Cívico-Militar, un Poder Popular cada vez más grande y consolidado, y tenemos a Nicolás, quizás el dirigente más experimentado que tenemos en lucha de clases.

Sabemos que en la actualidad, buena parte de la lucha se libra en los medios, y tiene por finalidad intentar socavar el respaldo de los sectores populares al gobierno, aislándolo de su base tradicional de apoyo y facilitando los planes desestabilizadores de la dirigencia opositora. Debemos tener claro, que la delicada correlación de fuerzas electorales que hoy existe en Venezuela no se modificará por la eficacia discursiva del presidente, sino por la capacidad que demuestren el gobierno y sus partidos para reorganizar y reanimar a una gestión de gobierno que poco hace por el Socialismo, y un aparato estatal que genera burocratismo. Lo que la derecha desea es que nos empantanemos y estanquemos en el terreno de la polémica y la discusión mediática, y que así no destinemos personal, energía y tiempo a diseñar e implementar eficaces políticas para resolver los problemas que aquejan a los venezolanos. Tenemos que lanzar una contra-ofensiva política, centrada en las políticas públicas, sin pararle mucho a las provocaciones y los insultos que profieren los golpistas. La nueva estrategia de reconstrucción política debe permitirnos recuperar y mantener la iniciativa. Esto quiere decir, librar el combate contra la derecha en el terreno que elijamos el gobierno y nosotros, y no solamente en los medios. Buen ejemplo es el lanzamiento, y que se cumpla, la reciente “Misión Eficiencia o Nada”, acompañada de la lucha contra la corrupción en el Estado, y la inseguridad. Eso si la cumplimos de verdad verdad, sería un salto de calidad necesario en la administración pública de la Revolución Bolivariana.


La perspectiva. La dirigencia de la oposición pensó que tenía en frente a un Gobierno débil y de un apoyo popular desorganizado, en retirada tras la muerte de Chávez, pero ya vieron que no es así, se encontraron por una parte, una la Fuerzas Armada, que pese a los llamados reiterados que recibieron desde la dirigencia opositora para hacer que forzase al Gobierno y a la institucionalidad a transigir, se mantuvo leal a la Constitución y la Democracia. La política de Estados Unidos es la política del golpismo disfrazada de forma electoral. Si consiguen poner a Capriles a salvo del desgaste de la violencia desatada, tratarán de erigirlo como referente internacional que devuelva la confianza a sus grandes financiadores, de que es posible derrotar democráticamente al chavismo, cosa difícil si no se lo facilitamos. El gobierno y el pueblo enfrentamos y enfrentaremos una guerra permanente. La oposición, financiada por los Estados Unidos y estimulada por las instituciones y organizaciones financiadas creadas para ello, mantendrá una guerra permanente, obstaculizando el trabajo, para tratar de frustrar a los indecisos. Pero, una cosa es “amontonar” descontento o quejas y otra muy diferente edificar con ellos un proyecto alternativo de país, limitándose a señalar fallos y confiando en que eso le baste para manipular a quienes no quieren un cambio del proceso pero están insatisfechos con algunas situaciones cotidianas (inflación, eficacia en la prestación de servicios públicos, seguridad).

Lo mismo para nosotros, una cosa es financiar programas sociales de Educación, de vivienda, infraestructura, Salud, donde la gente se queda pasiva simplemente exigiendo más, sin asumir responsabilidad por el funcionamiento, por la eficiencia y otra, estimularlos a organizarse, y a que asuman responsabilidades en la planificación, conducción, administración y control de los recursos. No se puede solamente tomar el control de empresas si los trabajadores, técnicos, administradores, no asumen mayores responsabilidades, y eso no será fácil, la incapacidad de muchos administradores de auto rectificarse es bastante evidente y muy difícil rectifiquen, es necesario desplazarlos.
Hoy, Entre la radicalización y la consolidación, ambas cosas deben ser combinadas, la mística revolucionaria debe ser renovada con un nuevo impulso en el proceso revolucionario, con la participación popular más amplia, con un diálogo abierto y franco en el seno del pueblo, que vuelva a conectar con los sectores alejados. La tarea es repolitizar y repolarizar, suscitar las pasiones y la energía política imprescindibles en las verdaderas revoluciones. Esto sólo es posible con audacia me iniciativa popular. El vacío que dejó el Comandante, y que aún en vida ya venía asomándose en la escena nacional, deberá ser llenado con políticas públicas donde el protagonismo lo tenga el Poder Popular. Vamos a una rectificación a fondo, vamos por un gran salto adelante que de una vez por todas nos lleve al Punto de no retorno en la construcción del nuevo mundo.

“Hasta la Victoria Siempre”


felsonyajure@yahoo.es


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