…de pronto se despertó y descubrió que era fascista…fin

“No se combate el fascismo porque se le pueda ganar; se lo combate porque es fascista”; Jean Paul Sartre, 1945, "La edad de la razón".


De pronto, no por casualidad, ni azar, brotan palabras que se ponen de moda y tornan en comodines casi muletillas; y, para muchos fiorituras que utilizan y aplican para agredir o para defenderse contra quien se encaran. Luego, viene el abuso en su aplicación, y, tanto esgrimirlas pierden sentido. Se desgastan. Tal cual anota ese poeta que dijo “se me rompió el amor de tanto usarlo”.

Acontece en este momento con la palabrita: fascista. No la tratan como concepto, sino como mera suma de letras, sin plena comprensión real de su sentido.

De tal forma, qué, llegará un momento en el futuro, adonde los fascistas, se llamarán a sí mismos antifascistas.

Entendamos, para un fascista, el problema, nunca es, como presentar la verdad de su conducta, sino como manejar las noticias para engañar, y, que su operación le redunde en producto crematístico y poder.

El fascista de la nueva hola no tiene que usar la violencia; le basta con envenenarnos lentamente con su información, si editorializada, y, si repetida en vespertina, mejor.

Al fascista no le interesa el numero de sus victimas, sino la noticia con que los aniquila.

Su conducta se desarrolla con tal intensidad e intolerancia hacia, otras, razas, partidos, clases sociales - si niches, peor-. Razón por la cual se tornan despiadados en la falsedad de sus modos, sobre todo cuando se trata de buscar la vuelta al poder.

Sin duda, el fascismo, es una enfermedad anclada al temperamento: los del norte de Italia contra los del Sur. Los del Norte de América, -si WASP-, peor, contra los del Sur.

Es calentura que se produce en la combustión interna de un cerebro de derecha, con poca capacidad para irrigarse de bondad.

Las expresiones mas acabadas de fascismo surgen con Franco, que copia a Mussolini, quién, las había tomado de Adolfo Hitler; en común tenían su raíz todos seres de temperamento conservador, reaccionario, ultraderechista y antipopular.

Imagen que la ficción convierte –literatura, cine, teatro, música- en belcebú de la modélica fascista mas connotada. Apuesta que les ha resultado provechosa por cuanto, al ser tomados como mascarones de proa; títeres. Simples condotieros, (en italiano: condottieri; singular condottiero) que, eran los capitanes de tropas al servicio de los verdaderos monstruos y reales dueños de barbarie: los patrones del gran capital industrial; quién, los encumbran y mantienen hasta tanto favorecía al giro de sus negocios. Hitler, Mussolini, Franco, Pinochet, Videla, duran, existieron por ser cobijados de los grandes capitales industriales. Sacramento vigente hasta demostrar eficacia económica. DESECHADOS cuando sus urbanidad (brutalidad, terror, sevicia) dejó de serles útiles.

Fueron estafas, y, al final, ni a chivos expiatorios llegaron. Una farsa mas de la derecha y de su tenebroso acompañante el sionismo de siempre.

No por casualidad la historia demuestra que el fascismo solo y únicamente, proviene de regímenes capitalistas avanzados (Alemania).

Ojo, confundir estalinismo con fascista no resulta axiomático. Solo, pueden verse, cercanos en el uso de la violencia y barbarie policial extrema; corolario la frase de Ernesto Sábato El espíritu fascista renace así, sutilmente, en el alma de sus propios victimarios.

Cuando hay victimarios, los humanos pueden verse forzados a, aceptar, caso de Chile, pasado, actual y futuro, y asociarse al fascismo como medio para desdibujar la honorabilidad y permitir que surja una sociedad de seres lo bastante cobardes para dejarlos hacer. Franco y Pinochet y Videla lo demuestran.

Bueno hacer una precisión, si sucede, se hace real, y el fascismo deviene en verdad; solo, si lo aceptamos. Dejamos hacer. Ocultamos. ¿Cómo desconocer y admitir que se haga burla, y trate, de desdibujar con tretas y fotos de periódicos el dolor humano de 11, once muertos 11, del 15 de abril. Refrendo acotando al novelista ruso: Vasili Grossman, “Comprendía vagamente que, bajo el fascismo, al hombre que desea seguir siendo un hombre se le presenta una opción más fácil que la de conservar la vida: la muerte”.

Menos mal que existen seres que no se doblegan ante el chantaje; por eso, hay veintinueve inculpados –actores materiales- en vías de ser enjuiciados. Faltan los actores intelectuales, que mas de la mitad del país no está dispuesta a ocultar. Viene una etapa adonde el crimen, el asesinato y demás vilezas cometidas, se tratara de ocultar por el camino político y la mentira mediática. ¿Se podrá tapar el sol con un falso editorial, una caricatura o una hoja de periódico¿. Como decía Bertolt Brecht : “¡Contra la injusticia y la impunidad! Ni perdón ni olvido”

Opino. Aprecio en muy poco, los liderazgos en cuyo fondo y forma, hay mucho espíritu clasista, y por ende, racial y por demás: con esencia fascista.

Pero de igual forma valoro y estimo y respeto la gran masa que vota cualquiera y sea su escogencia. Sin duda gente que ha madurado políticamente. Con conciencia, y sentido de lo humano; a quienes, estas barbaridades de salir a la “ calle a drenar arrecheras” es letra que no los anima para nada. Muy al contrario.
Para terminar es sano detectar, donde está, y que conductas concretas se ejecutan en nombre del fascismo. Así poder fijar distancia de ellos. Vimos con estupor, que los libros de Reich fueron quemados por los nazis en 1933 y por el macartismo en Estados Unidos en los años cincuenta y el 2012 el Presidente Chileno, declaró, “Aquí se acabó la educación gratuita, si quieren educación que la paguen”. O aquí el editorial del periódico El Nacional, que queda, como una de las grandes afrentas al genero humano, cuando dijo: “Las hordas, chavistas son brutos; pata en el suelo; igual, llamó a quienes apoyaban a Chávez: marginales, tierruos, desdentados, pagados con aguardiente …. y, otros etc. ....etc..

“Estar contra el fascismo sin estar contra el capitalismo, rebelarse contra la barbarie que nace de la barbarie, equivale a reclamar una parte del ternero y oponerse a sacrificarlo”. Bertolt Brecht



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Tulio Monsalve


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