El impacto que viene produciendo el Gobierno bolivariano de calle, nos lleva hoy a reflexionar acerca del tema del Poder popular en el avance de la revolución, de la conquista de nuestra independencia y de la construcción del socialismo.
El inicio de la gestión del gobierno chavista que encabeza el camarada Nicolás Maduro, con la propuesta y ejecución constante del gobierno de calle, en paralelo con la reducción del burocratismo, el acento en la consecución de la eficiencia y el combate contra la corrupción, demuestran el interés –ya expresado con preclara visión por el Comandante Supremo Hugo Chávez- de colocar al mando real y auténtico, en la conducción de la Revolución Bolivariana, al pueblo trabajador, productivo y organizado.
Gobierno de calle no significa ni debe significar, que un grupo de servidores públicos, sale de sus espacios burocráticos para reproducir las mismas prácticas entre la gente del pueblo. Tampoco puede significar apabullamiento, superioridad, reparto de dádivas y actos efectistas. Debe significar, construcción –junto al pueblo organizado- de soluciones a los distintos problemas en cada comunidad. Escuchar, evaluar, revisar junto a los, consejos comunales y otras formas organizativas de base, propias del pueblo. Rectificar aquello que no se haya hecho bien y requiera correctivos. Y darle el oportuno y necesario reimpulso al proceso de transformaciones que se emprendió en Venezuela bajo el liderazgo del Comandante Supremo.
El Gobierno de calle debe ser una forma de desplegar las correspondientes tácticas para conquistar bastiones que nos permitan marchar con firmeza en el cumplimiento del Plan de la Patria. Debatir concientemente este legado del Comandante Chávez. A su luz, evaluar si, de verdad verdad, es cada vez más cierta la delegación del poder del Estado, al pueblo organizado, para que más nunca necesite de intermediarios o representantes para el ejercicio de su democracia que, constitucionalmente, está contemplada como participativa y protagónica.
Cada acción del Gobierno de calle debe posibilitar espacios para la organización y para las acciones conjuntas en pro de la liberación e independencia definitivas. Cada acción del Gobierno de calle debe ser una reafirmación de la Patria socialista.
