Si hay un país en Latinoamérica, en dónde la penetración transculturizadora del modelo capitalista de sociedad norteamericana, o gringa, ha hecho estragos es sin duda Venezuela. Esto tiene de trasfondo el tema de la renta petrolera, o la manera como el país produce o deja de producir su riqueza. Efectivamente, cuando se habla de renta petrolera no sólo nos estamos refiriendo al tema económico exclusivamente; sino que, supone hablar de un contexto social que incluye la ética, los valores morales, el comportamiento cultural de la población en su conjunto. Con la explotación petrolera la Venezuela agraria y trabajadora se convierte en la Venezuela urbana y parasitaria. No es que tenemos una burguesía parasitaria; es que tenemos, reconocerlo es imprescindible, una sociedad parasitaria que vive a expensa del aparato burocrático del Estado.
Esto seguramente resultará escandaloso para aquellos mojigatos que les encanta adornar la realidad. Gómez, no sólo se encargó de unificar el territorio venezolano a través de las carreteras, el ejército y las mazmorras; el “benemérito”, oficializó o se encargó también de fortalecer a la burguesía parasitaria que gravita en torno a la “riqueza” que el Estado otorga a través de todos los negocios que giran alrededor de la renta petrolera; la dictadura de Pérez Jiménez amplió la renta petrolera a los militares profesionales y a la Iglesia; la denominada democracia puntofijista hizo lo suyo al democratizar la corrupción más allá de la burguesía parasitaria y ampliarla a la aristocracia obrera y a los partidos políticos. El breve período de gobierno de Hugo Chávez apenas si tuvo tiempo de intentar desmontar todo este entramado heredado por años de explotación petrolera y parasitaria.
Tristemente debemos decir que murió en el intento. Varias razones conspiraron para que ello ocurriera: en primer lugar, porque le tocó enfrentar un momento histórico difícil para la humanidad en dónde al momento de su aparición en la escena política, el capitalismo parecía que era el único modelo a seguir; en segundo lugar, porque no logró estructurar un verdadero partido político que estuviera a la altura de su iniciativa; en tercer lugar, porque buena parte del pueblo, gran beneficiado de sus políticas sociales, tampoco estuvo a la altura de su proyecto y en las primeras de cambio, al resentirse el modelo planteado por problemas internos y externos, se entrega en manos de sus verdugos en las elecciones.
Hoy día a escasos seis meses de la desaparición física de Chávez uno tiene la impresión, ojala estemos errados, que el país en estos momentos está sumido en una noche de brujas en donde la Burguesía parasitaria en conchupancia con la endógena, esa que Müller Rojas llamó nido de alacranes, le está jugando una broma bien pesada al gobierno de Maduro y le dice: Truco o dulce; es así como la burguesía parasitaria y su homóloga la boliburguesía amenazan con que si no les dan más dólares para importar tumban al gobierno.
La respuesta por supuesto no puede ser otra que exorcizar a las brujas difrazadas de rojas rojitas que están dentro del gobierno y del PSUV y su gemela de la otra derecha.
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