El estudio de la planificación política según los escenarios proyectados es una herramienta clave para cualquier organización o actor político para prepararse a los posibles hechos o acontecimientos políticos que pudieran ocurrir en el futuro. Sin embargo para que esas predicciones se erijan en una realidad, es necesario que ocurran una serie de sucesos previos a los acontecimientos futuros pronosticados. Este ejercicio de planificación política según el escenario planteado puede indicarnos cuáles serán las decisiones y respuestas que podrían tomar los sectores políticos más importantes del país, en especial los dos modelos políticos antagónicos que se confrontarán en las próximas elecciones municipales del 8-D.
En primer lugar hay que destacar que todos los sectores políticos que participarán en las próximas elecciones del 8-D, reconocen al Consejo Nacional Electoral como el árbitro rector independiente, transparente, imparcial y confiable encargado de organizar, gestionar, regular y velar todo el proceso electoral previsto en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Es importante hacer énfasis en esta afirmación porque de no ser así, ninguna organización política o candidato político efectuaría su postulación y por ende no hicieran campaña política, ni mucho menos invirtieran en propagandas convocando a la población venezolana a votar y a participar en las próximas elecciones del 8-D, lo que significa que todos los actores políticos aceptan y reconocen al órgano rector encargado como árbitro del Poder Electoral. Hay que recalcar esta aclaración porque los actores políticos no deberían declarar ni poner en duda la rectitud e imparcialidad del Consejo Nacional Electoral si los resultados no le favorecieran, ya que estarían condicionando su posición política, su credibilidad y su propio discurso político manifestado antes del proceso electoral.
La historia política electoral de Venezuela nos indica que los índice de abstención se incrementan de acuerdo al grado de importancia que adquiere el cargo político que se disputa, pero en este caso no haremos un estudio sobre las proyecciones de las recientes encuestas o del comportamiento electoral, lo que si podremos inferir es que gracias a la polarización política que se ha mantenido en los últimos años (motivado principalmente por los medios de comunicación y partidos políticos) vaticina una mayor participación electoral en las elecciones municipales del 8-D, cifra que podría superar el record de participación en la historia política democrática de Venezuela. Sin embargo tal polarización puede provocar asimismo la sobrecarga o cansancio político de la población electoral (apatía política) formado por el desgastado y estéril repetitivo discurso de algunos sectores políticos.
Ahora bien en las próximas elecciones del 8-D se reflejan sólo dos premisas a los que se enfrentan los candidatos, lo cual puede ser la derrota o la victoria política, que dependerá de tres elementos: el primer elemento obedecerá al carisma y capacidad discursiva que tenga cada uno de los candidatos de los 335 municipios para convocar a sus simpatizantes o seguidores a votar por su propuesta política. El segundo elemento dependerá de la capacidad de logística y movilización que manejan los partidos políticos para movilizar a sus militantes y simpatizantes. Y el tercer elemento no menos importante tiene que ver con la presentación de una propuesta política (ideología política) con la cual se identifiquen los electores. Estos tres elementos nos permite descifrar hacia qué lado se inclinará la balanza de la población electoral venezolana y que sector político y candidatos podrían emerger victoriosos.
Además hay que explicar que aunque existe la incertidumbre de la victoria en todos los candidatos, aún cuando puedan conocer los sondeos de opinión del proceso electoral, los candidatos siempre se declararán triunfadores o vencedores de la contienda electoral hasta el momento que se promulgue el primer boletín oficial del Consejo Nacional Electoral. Esta posición permite transmitirle a sus seguidores la confianza de la victoria, ayudando a estimular un clima de incertidumbre que servirá para jugar con la ilusión y esperanza de los electores hasta la promulgación de los resultados y sí fuesen contrarios a lo esperado, podría provocar la frustración, descontento y hasta el posible desconocimiento de los resultados por parte de los candidatos perdedores y por sus seguidores.
Ahora bien ¿cuál sería la posición del sector político oficialista de salir derrotado en estas elecciones? en primer lugar felicitarían a todos los candidatos victoriosos y al pueblo venezolano por su actuación cívica y democrática como muestra de la ratificación del nuevo sistema político y legitimidad del Poder Electoral. Igualmente convocarían a todos sus candidatos a reconocer su derrota y a su vez harían un llamado para trabajar por la construcción y ejecución del segundo plan de la patria, cumpliendo y respetando la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Pero si el resultado fuese a favor del sector oficialista, su posición sería triunfalista y convocaría a todo el pueblo venezolano, a sus candidatos, militantes y simpatizantes a concentrarse en todas las Plazas Bolívar del país para celebrar la victoria política. Al mismo tiempo el oficialismo les haría un llamado al sector opositor para que reconozca la victoria del mismo.
En el caso de que la victoria favoreciera al sector opositor ¿cuál sería su posición? en primer lugar llamarían a una caravana en los sectores más pudientes del país, del mismo modo convocarían a una rueda de prensa para pronunciar sus victorias y postularla como el primer paso para la consolidación de una serie de eventos futuros como el referéndum revocatorio y las elecciones a la Asamblea Nacional. Pero si el resultado fuese adverso, primero se presentarían como las víctimas, acusando que no fue un proceso electoral equilibrado, pero aún así, se declararían igualmente ganadores presentando unos resultados paralelos a los oficiales, esto se haría para seguir promoviendo la deslegitimación y desconocimiento de la victoria de su adversario, incluso para auto-desacreditar el concurso de su postulación, el voto de sus electores y la legitimidad de todos los candidatos electos, es decir de todo el sistema político, donde se permitiría crear un escenario de incertidumbre y descontento, al burlarse e irrespetar a sus mismos seguidores con la contradicción entre el discurso vociferado antes del proceso electoral y sus posteriores acciones, evidenciando su falsa palabra.
Tales acciones políticas podrían originar posibles escenarios de inestabilidad política, incitando a sus seguidores y algunos sectores de la sociedad a la movilización y manifestación de a la calle y para que este escenario suceda, se requiere generar un ambiente de caos a través de la política del rumor, creando la posibilidad de pescar en rio revuelto y así evitar que algunos arcaicos dirigentes políticos (adecos y copeyanos) pierdan su estatus quo y sentencien su potencial defunción política.
Todo este clima del caos se debe ejecutar con el financiamiento y apoyo del sector económico privado más poderoso del país (Gente del petróleo, FEDECAMARAS, etc.) y con la movilización de los gremios profesorales y los pequeños grupos seudo-estudiantiles de las principales universidades públicas, el cual se emplearía a partir del mes de enero de 2014, después de haberse cumplido la primera fase en diciembre de escases y saboteo político. Igualmente es importante señalar que todos estos escenarios políticos requieren del apoyo y participación de los medios de comunicación para generar el clima del caos. Asimismo se debe promover primordialmente la sensación de inestabilidad en la Gran Caracas, para desencadenar luego el caos progresivo en las principales ciudades del país.
En conclusión es muy probable que se desconozca y se descalifique al Consejo Nacional Electoral independientemente de los posibles resultados que se enuncien el 8-D, ya que este proceso electoral podría ser el inicio de una serie de acciones ofensivas escalonadas que incitan a la confrontación del pueblo venezolano. Así que es importante no caer en provocaciones y tener mucha conciencia ciudadana para frustrar cualquier escenario de violencia que se origine.
*Politólogo
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