No escuchamos cohetes ni vimos luces artificiales la noche ni madrugada del 8 de diciembre pasado. Tampoco hubo caravanas de automóviles, ni corneteo ni perifoneo de ningún tipo, luego del boletín del CNE con los primeros resultados. Nos resulto extraña la ausencia de los motorizados estridentes, ni en el este ni en el oeste de Caracas. Fueron señales muy claras de que nadie celebraba, y era lógico, no había ningún motivo para hacerlo. No había triunfado el Gobierno ni tampoco la MUD, las expectativas que quisieron generar durante la campaña electoral, y aún mucho antes en el caso de un Gobierno que se salta todos los lapsos en forma impune, no se produjeron, el empate volvió a presentarse y los volvía a dejar perplejos, pese a que sus jefes hicieron en ese momento todo lo posible por mostrarse victoriosos, situación que ha continuado para desdicha de los venezolanos.
Al igual que en las presidenciales de abril, donde al parecer ganó Nicolás Maduro, la diferencia entre quienes estaban a favor de las candidaturas del Gobierno y quienes estaban en contra fue de apenas 2 puntos porcentuales, situación que se han encargado de ocultar los polarizados y sus sicarios comunicacionales. Por los candidatos del Polo Patriótico, organismo que integran el PSUV y sus sirvientes, votaron 5 millones 200 mil electores, mientras 5 millones 500 mil electores no votaron por esta alianza, pues en la cuenta que debe hacerse hay que incluir los votos de quienes se separaron del Polo Patriótico y de la MUD y lanzaron sus propias opciones, bautizados hoy como independientes. Luego es falso que el Gobierno o la MUD hayan ganado, pues los votos “independientes” serían necesarios para decidir y éstos no estuvieron con ninguno de los dos. Ambos perdieron.
El número de alcaldías en manos del Gobierno (240) se redujo, lo que es un resultado negativo y demuestra que viene en declive. No pudo conquistar la alcaldía Metropolitana de Caracas, en la que Ledezma, representante típico del bipartidismo, se impuso al candidato más fresco que pudo el chavecismo presentar. Perdió Maracaibo, Barquisimeto, Valencia, Mérida, San Cristóbal, Petare, las zonas urbanas más importantes, y además Maturín, Porlamar, Heres, Mariño, Iribarren y para colmo Barinas, entre varias otras. La MUD, por su parte, sacó menos votos que el PSUV y obtuvo sólo 74 alcaldías, aunque esta cantidad es mayor que las que tenía; perdió en el municipio Libertador de Caracas, llamó a hacer de la elección municipal un plebiscito y fue derrotada en ese sentido.
La tercería obtuvo 23 alcaldías, 8 de ellas claramente enfrentadas al Gobierno, y un respaldo de 800 mil votos, el doble de lo obtenido en las parlamentarias de 2010. Ésta fue la fuerza que realmente se desarrolló, aunque su votación siga siendo baja. La despolarización avanzó y ése es el verdadero resultado positivo de la contienda que acaba de finalizar.