La Conferencia Permanente por la Paz y la Vida, acertadamente convocada por el Presidente Maduro cuenta con organismos como la Conferencia Episcopal y Fedecámaras y empresarios de connotados apellidos y de la más alta burguesía venezolana como Mendoza, Wollmer. Se trata de una Conferencia que se enfrenta a la violencia de un sector de la oposición que, impulsado por el imperialismo norteamericano, propugna el golpe de estado.
Es una gran contribución a la posibilidad de que el proceso revolucionario trascurra por la vía pacífica, democrática y legal. Esto no quiere decir en absoluto que se renuncie a la lucha de clases sino que se lleve a cabo por medios no violentos. Exige, eso sí, elevar la conciencia de clase porque la ideología burguesa penetra por todos los poros de la sociedad y hay que hacerle oposición en todas sus manifestaciones. Hay que construir la unidad orgánica del proletariado porque sin ella no hay conciencia de clase.
Bajo Lenin se implementó la Nueva Política Económica (NEP), el cual era el desarrollo del capitalismo con la clase obrera en el poder y en la Cuba actual se está ejecutando una política equivalente. La esencia de todo consiste en mantener el poder político en manos del proletariado.
En Rusia, tras la Primera Guerra Mundial, se padeció la guerra civil con intervención extranjera, de desastrosas consecuencias para el país. No obstante, se recuperó la economía en breve lapso. En Cuba, se alcanzó el poder por una guerra que eliminó el viejo ejército y formó uno nuevo. La Revolución Cubana, a escasas millas del imperio más poderoso de la historia, ha logrado resistir el bloqueo y los permanentes ataques de su poderoso enemigo.
La revolución tiene las características propias de cada país y lo que llama Lenin “el ritmo de la revolución” es la dinámica del proceso de acuerdo con la experiencia histórica específica. La originalidad consiste en la aplicación creadora de los principios generales de la ciencia.
Las formas de lucha cambian y hasta se combinan según las circunstancias concretas. Aunque el proletariado haya conquistado el poder, la lucha de clases continua por largo tiempo y para librarla con éxito, la clase revolucionaria necesita elevar la conciencia e intensificar la lucha por la unidad orgánica de trabajadoras y trabajadores.
La Revolución Bolivariana es síntesis de la vida insurreccional y la vía pacífica, las cuales han venido operando alternativamente en Venezuela y es un factor, la síntesis, que le confiere mucha fortaleza a la Revolución Bolivariana. El Comandante Chávez llegó a la Presidencia de la República por elecciones después de haber dirigido una rebelión militar y a lo largo de estos años la revolución se ha realizado con estricto apego a la Constitución y las Leyes.
Después del derrocamiento del General Medina Angarita, se han sucedido golpes de Estado, insurrecciones que se condicionan mutuamente y los conflictos siempre terminan por imponerse la vía pacífica y electoral. Carlos Andrés Pérez fue destituido por decisión de la Corte Suprema de Justicia, ratificada por el Senado de la República.
Nosotros hemos sido un pueblo de guerreros y, sin embargo, solo hemos tenido un magnicidio, el de Delgado Chalbaud. En Estados Unidos han sido asesinados cinco Presidentes de la República, desde Lincoln hasta Kennedy. Para el Comandante Hugo Chávez en el crimen de Delgado Chalbaud tuvieron participación los aparatos de inteligencia norteamericanos. En las cárceles y en la persecución política se asesinaron centenares de venezolanos por las dictaduras abiertas y las que se hacían pasar por “democracias”.
La Conferencia Permanente por la Paz y la Vida abre la posibilidad de que evitemos la guerra civil y que los partidarios de la violencia política queden aislados. Los largos años de dictaduras obligan al pueblo venezolano a hacer las transformaciones necesarias sin necesidad de recurrir a los métodos que hemos utilizado desde 1830.
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