Ha circulado esta semana en medios oposicionistas de internet un escrito de Temir Porras, quien ocupara altos cargos tanto en el gobierno de Chávez como en el de Maduro. http://runrun.es/runrunes/128604/el-alerta-de-temir-porras-la-revolucion-nadie-en-su-sano-juicio-puede-pensar-que-la-responsabilidad-de-los-problemas-del-pais-sea-de-la-oposicion.html. Ya han aparecido respuestas en Aporrea por parte de Javier Biardeau y otros aporreadores (http://www.aporrea.org/ideologia/a189638.html; http://www.aporrea.org/actualidad/a189735.html). No obstante creímos necesario volver sobre la crítica a ese escrito, pues pudiera engañar a incautos por su estilo confuso, al recurrir a necesidades urgentes de la revolución, como el control de la inflación y la recuperación del apoyo popular, pero sugiere salidas que de ejecutarse implicarían el fin de la revolución como tal.
La idea central que propone Porras es la necesidad de modificar “pragmáticamente” el modelo económico que se viene desarrollando, como una manera de poder crear las riquezas imprescindibles para garantizar el bienestar del pueblo venezolano. Lo grave de su propuesta es que esa “creación de riqueza” debe quedar en mano de “capitalistas venezolanos” (tal como dice él que lo sugirió el presidente Pepe Mujica). En otras palabras, Porras apunta directamente contra el Plan de la Patria, pone en entredicho el Plan Simón Bolívar ejecutado en 2007-2013, y echa por tierra todo el esfuerzo que hizo Chávez para garantizar un aparato productivo agrícola e industrial en manos del pueblo por medio del poder popular y las instituciones estatales.
Para Porras, la riqueza la deben producir los capitalistas venezolanos, no el pueblo venezolano a través de su trabajo y participación en la gran cantidad de empresas expropiadas, nacionalizadas, renacionalizadas y recuperadas que nos dejara el presidente Chávez. Olvida Porras que la burguesía venezolana se constituyó como parasitaria hace aproximadamente un siglo, creciendo al calor del rentismo petrolero, y que en términos históricos no ha producido ni produce mayor riqueza para el país.
Estos 15 años de revolución son una buena demostración que a pesar de la multimillonaria transferencia de dólares desde el Estado hacia el empresariado criollo, esta burguesía parásita no ha podido generar con ese capital espacios productivos que puedan mantenerse por sí mismos, y siempre tiene que recurrir a la teta de dólares que, de manera increíble, el paternalismo estatal bolivariano le ha seguido suministrando todos estos años.
Temir Porras ha terminado representando los intereses de ese capitalismo rentístico del cual se aprovechó por décadas nuestra burguesía parásita, y se pronuncia abiertamente por el abandono del Plan de la Patria. Su propuesta no es construir el modelo productivo socialista que formulara Chávez. Su propuesta es regresar al capitalismo rentístico dependiente de las multinacionales extranjeras, modelo que nunca pudo crear nada en más de 70 años, pero que sin embargo Porras aduce que es el único mecanismo para producir y satisfacer las necesidades que hoy golpean fuertemente al pueblo venezolano.
Junto a esta idea “pragmática” de impulsar a los “capitalistas venezolanos”, Porras incorpora también un razonamiento totalitario y a la vez ingenuo sobre un pretendido liderazgo unipersonal que Chávez traspasó a Maduro el 8 de diciembre de 2012. De acuerdo con la mentalidad estalinista de este señor Porras, el presidente Maduro debería asumir una forma de gobierno que rompiera con el legado de Chávez e impusiera su propia visión económica y política para conducir al país. Ya sabemos que esa visión “pragmatica” que Porras le sugiere a Maduro pasa por la aplicación de una política económica neoliberal. Nada de pretendidos “liderazgos colectivos” que Chávez supuestamente nunca respaldó, dice Porras. Lo que necesitamos, es un líder fuerte que asuma una rectificación urgente. Rectificación neoliberal y antidemocrática, agregamos nosotros.
Los liderazgos se construyen en la historia cuando se unen las virtudes personales con las condiciones favorables para las transformaciones sociales. No es un problema de querer, o de decretarlo. Para ello hay que comenzar por tener esas virtudes personales para ejercer un modelo de liderazgo caudillesco como el que revivió Chávez en nuestro país. La posibilidad de que Maduro termine desarrollando el mismo modelo de liderazgo unipersonal que permitió a Chávez estar en el poder por 14 años es algo que lo responderá el mismo proceso histórico. No se puede decretar, como lo desea y sugiere Porras. Una verdadera ingenuidad proponer esto y refleja su absoluto desconocimiento de los procesos históricos tanto en Venezuela como en cualquier otra parte del mundo.
La necesidad de formas de liderazgos colectivos para reconducir el proceso revolucionario bolivariano, luego del fallecimiento del presidente Chávez, pensamos que sigue siendo una de las premisas de acción política que deberíamos asumir si queremos que esta revolución se perpetúe y se profundice. Estar creyendo que Chávez el 8 de diciembre tocó a Maduro con una varita mágica y le traspasó sus cualidades de líder, es simplemente una estupidez supina de este señor Porras.
Para concluir, creemos que el salto de talanquera que está dando Temir Porras pudiera ser el anuncio de una próxima desbandada en un sector de la cúpula bolivariana que ha dejado de creer en el socialismo como proyecto de país (o que nunca creyó en el socialismo como tal) y que comienza a colocarse del otro lado de la barricada, al lado de los enemigos históricos de nuestro pueblo y nuestra soberanía como nación. Estemos alerta y denunciemos estos brincos hacia la derecha, para impedir que los mismos debiliten la fuerza y estabilidad de la revolución y acaben con el verdadero y principal legado que nos dejara Chávez: el Plan de la Patria, el proyecto socialista, el estado comunal.
Como dijera Chávez: ¡Comuna o nada!
Maracaibo, Tierra del Sol Amada. 12 de junio de 2014
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