En alguna de sus innumerables alocuciones, el Comandante Supremo señalo el vicio de utilizar y subestimar a los movimientos sociales cuando recordo que: "Hay partidos que consideran que el movimiento obrero, el movimiento campesino, las mujeres, los movimientos indígenas son correas de transmisión y por tanto solo para manipularlos, para utilizarlos porque la élite del partido... no requiere de su participación directa."
También se refirió el Comandante Chávez sobre el pragmatismo, y esto lo considero como un verdadero riesgo donde ¨No se toma en cuenta el conocimiento teórico-universal de otros tiempos, de otras revoluciones y nos quedamos solo con el conocimiento producto de la praxis".
Esto por todo el debate surgido en estos días, y los que vendrán en el marco de nuestro III Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela, con la posibilidad real de participación de otros factores que respaldan la Revolución Bolivariana. Oportunidad de oro para el debate, para las reflexiones, para la catarsis, para la autocrítica que debe partir de uno mismo, de la crítica propositiva que genere acciones y nos ayude a agarrar muchas más fuerzas para garantizar la marcha victoriosa de la Revolución Bolivariana.
Esto porque el momento político, económico, social producto de la tragedia histórica que vivimos producto de la no presencia física, aunque no ausencia, del Gigante de Sabaneta y Presidente siempre invicto, Hugo Chávez, representa en estos momentos para Venezuela, la América Latinocaribeña y el mundo, porque Hugo Chávez, más que un individuo o un pueblo, es una ideología, es una forma de hacer las cosas, es un movimiento moral y cultural.
No negamos los problemas que actualmente vivimos en el país, unos producto de la nefasta herencia puntofijista, del Estado Burgués que aún permanece intacto, otras producto de la inefectividad, de le ineficiencia, de la ineficacia, del burocratismo y de la corrupción, otras producto de problemas estructurales en nuestra economía por no contar con un aparato productivo ni público ni privado y otras verdaderamente inducidas por un sector muy interesado en que nos matemos los unos a los otros.
En medio del apagón ocurrido hace menos de 48 horas en nuestro país, me permite vislumbrar nuevos períodos de dificultades. Y podemos concluir y observar lo interesante de las actitudes y comentarios de la gente. Podemos percibir mucho malestar entre los más viejos y una agresividad silenciosa entre los más jóvenes.
Nos vienen tiempos duros y ojalá que nuestro proceso y la Revolución vaya por el camino correcto. No podemos olvidar lo vivido en el año 2002, sólo que en aquella oportunidad teníamos físicamente a Chávez, y eso es lo que me preocupa en estos instantes, y sin ánimo de menospreciar ni subestimar las capacidades del Presidente Maduro, que por algo Chávez lo dejo al mando, pero es bueno destacar en esta coyuntura que el comportamiento y la visión era y es diferente ahora. En estos momentos en que algunos tratan de arreciar con la guerra económica con una escasez inducida de alimentos, de productos de higiene personal, de repuestos para vehículos, de las aerolíneas internacionales, del transporte urbano y extra-urbano,etc; de reanudar la violencia, de neurotizar y enloquecer a nuestra población, la situación también trata de apretarnos moralmente.
Por eso, solo la organización revolucionaria y la unidad es lo que permitirá desplegarnos en batalla y permanecer de victoria en victoria.