Sería una muestra de seria unidad revolucionaria, que estos dos caballeros, circunspectos disidentes internos de algunas políticas del presidente, sean alentados con una invitación presidencial al programa “En Contacto con Maduro” que se trasmite todos los martes. Los ex ministros, demostrada su alto contenido revolucionario, con absoluta seguridad aceptarían la invitación por demás productiva para el país, el gobierno y la unidad revolucionaria.
Porque es que no cabe duda de que los pronunciamientos públicos de Navarro y Giordani, además de producir un fuerte escarceo público entre las filas de la revolución generó una lluvia de manifestaciones a favor o en contra de estos honestos hombres públicos de la revolución. Muchas cosas se dijeron. Y altos funcionarios públicos erraron, deliberadamente o no, al pronunciarse desconsideradamente contra una actitud que los principales actores del gobierno deben interpretarla como acción autocritica más que de traición al proceso o una majadería de egocentrismo, como alguno la calificó.
Porque si desde hace tiempo se puede notar que en algunos actos del alto gobierno se han invitado personajes que no tan solo fueran disidentes de la revolución, sino que públicamente se declararon opositores al proceso revolucionario, Porqué entonces soslayar una invitación a un a un acto público a los camaradas Navarro Y Giordani? Bien mezquina, por expresar lo menos, seria alguna actitud que omitiera la idea del reencuentro gubernamental de los ex ministros con los timoneles actuales de la revolución. Con toda seguridad ambos personajes plantearían con amplios rangos de didáctica y cordialidad sus diferencias que servirían de ayuda a los propósitos de enmienda que el presidente ha hecho público. Y por allí debe empezar entonces, la “revolución dentro de la revolución”.
Nada se logra ante la alabanza premeditada o la lisonja pueril. Por eso, sin otro pensamiento que la búsqueda de la unidad para el empuje de los procesos de la revolución, el presidente debe dar el principal aporte. Allí tiene entonces presidente Maduro, la oportunidad para la coincidencia. Porque si los factores de unidad se esgrimen tan solo en el marco de una retórica vacía y etérea, muy poco servicio se estaría dando a ese legado de Chávez que trascendía a la banalidad y a la práctica desacertada de la suficiencia pequeño burgués.