Uno de sus guardianes en prisión aconsejó a Leopoldo López: «Aquí puedes hacerte preso o hacerte hombre». Ahora estudia, lee, hace ejercicio, aprende a tocar cuatro. Dice él… Remeda a Hugo Chávez en Yare.
Es que la oposición es así y apenas hallo excepciones. Como no tiene letra antigua ni espesor cultural, estruja los signos de Chávez: la bandera, por ejemplo, el único signo persistente de la oposición, fue rescatada por Chávez desde el mismo 4 de febrero de 1992.
Chávez reivindica a Bolívar junto con 522 años de resistencia, que la derecha ahora desdeña luego de dos siglos de fariseísmo seudobolivariano. El chavismo reivindica a Ezequiel Zamora, la Batalla de Santa Inés, la leyenda órfica y fáustica de Florentino y el Diablo, el joropo, la salsa, los espacios urbanos restaurados, las novelas de Gallegos, Marx, etc. Cosas que la oposición olvidó o nunca recordó. La contra sifrina desprecia el país y por eso se «iría demasiado». Declara que ama a Venezuela pero añora una invasión yanqui para que nos deje como Afganistán, Irak, Libia, Ucrania… En su ánimo apocalíptico nada le importan sus bebés porque nada le importa la nación «con tal de salir de esta pesadilla».
Ante el Mal Absoluto cualquier otro mal es menor, que un drone le despedace su bebé…
Ante la escasez vocean creyéndose inteligentes: «Pero tenemos patria». La patria les vale objetivamente menos que el papel higiénico. No dicen ni pío del contrabando de extracción, por las mismas razones por las que guardan un silencio atronador, indecente y desalmado ante Gaza, Ferguson, la debacle ucraniana y cualquier otro hecho embarazoso para los Estados Unidos, única entidad ante la cual se inclinan y arrastran. Mira como gatean. Cuenta Wikileaks que un Embajador gringo reportó al State que cierta oposición lambucia acudía a rogar dólares y cuando en las oficinas no les atendían la súplica se pegaban a farfullar inglés. No les da vergüenza y por eso no lo han desmentido.
Uno ve sus «temas del momento» (trending topics) en Twitter y aquello es Justin Bieber, #IceBucketChallenge, #PremiosTuMundo y algo contra el Gobierno porque su memoria cultural no dura más que esos «temas del momento». Hay excepciones, pero eso es lo malo, que son solo excepciones.