En días pasados sostuve una breve conversación sobre actualidad política con un amigo de vieja militancia, que entre otras cosas me manifestó, que el principal sujeto histórico de la revolución bolivariana, no eran los trabajadores, ni los sectores populares, mucho menos, los intelectuales inorgánicos, él decía que este proceso, ha creado un nuevo sujeto histórico, que se ha convertido en la clase dirigente de esta revolución, ese sector al cual se refiere mi gran amigo, son los militares, que hoy mayoritariamente se encuentran en posiciones de gobierno a todos los niveles.
Yo le manifesté, que eso tenía su raíz, en el proceso de organización para la toma del poder desde lo interno de las fuerzas armadas, dirigida entre otros líderes, por el comandante Chávez, y que la historia recoge todos los acontecimientos, en los que participaron esos jóvenes militares, quijotadas, que abrieron cauce, a lo que hoy estamos construyendo.
Continuamos nuestra afable conversación, y en medio de ella, reconocíamos el gran liderazgo de Chávez, realmente ese hombre, ese militar que veíamos con recelo, al inicio de todo este proceso, demostró de lo que realmente estaba hecho, de la grandeza histórica de un pueblo, que lucha por su total y absoluta autodeterminación, Chávez se ganó la dirección, el respeto, nos enseñó muchas cosas que en los tiempos de resistencia desde nuestros focos, era difícil de ubicar y visualizar desde nuestra óptica sectaria, era impensable que muchos de nosotros luego de represiones sufridas por parte de elementos de las fuerzas armadas, que utilizaban el mismo uniforme de Chávez, nos subordináramos, y además siguiéramos sus orientaciones.
Aunque la conversación se desenvolvió en medio de un rico café, no dejamos de aplicar la forma en la que desarrollábamos las reuniones de los espacios en los cuales militamos por mucho tiempo; hicimos uso de la crítica y la autocrítica, evaluamos nuestra actuación en estos 15 años de revolución, entendimos que no hemos aportado lo suficiente, para contribuir a la irreversibilidad de la que hablaba Chávez, pasamos a la crítica necesaria, y en esa misma vía, ubicamos un tema que preocupaba a ambos, y que abrió nuestro encuentro amigable, “todos los militares no son como Chávez”.
Me decía mi querido amigo, que esta dicotomía, se está expresando de manera soterrada, en algunas instituciones que están bajo la dirección de algunos compañeros militares, con preocupación manifestó, que organizaciones sociales, sindicatos, campesinos, eran de la opinión, de que esta situación se estaba agravando, ya que la actuación de estos oficiales, distaba mucho de lo profesado y practicado por el comandante Chávez. Se evidencian prácticas anti obreras, anti participación decisiva, acciones que naturalmente están apartando al bloque histórico que realmente sostiene esta revolución, de los que mayoritariamente la dirigen.
Ya casi terminando la tertulia, le manifesté, que el presidente Chávez, se esforzó por avanzar en la necesaria unión cívico – militar, para sostener el proceso, que la única forma de consolidar la revolución, es estar unidos, pueblo trabajador en armas, y pueblo trabajador organizado.
Ninguno puede sustituir al otro, deben ser parte de un mismo colectivo, la dinámica social y política que se desarrolla en la calle, en la fábrica, en el campo, en la escuela, es muy diferente a la de un cuartel, la relación del pueblo trabajador no debe ser de subordinación, el comandante Chávez entendió eso, y avanzo a la grandeza de la historia.