No hay que ser adivino para ver que en esta situación tan enrevesada hay camulina mezclada con chamuchina...
Es increíble que ya llevemos más de dos años en esto y no pareciera que tuviera término la situación, sino que más bien haya empeorado en algunos puntos, a pesar de una que otra mejorita aquí o allá, que resulta a veces un consuelo de tontos, porque la solución definitiva no se ve a la vuelta de la esquina.
Como he dicho varias veces, por ejemplo, en mi artículo http://www.aporrea.org/
En el artículo decía que la cosa se parece a un incendio que quiere apagarse con pistolitas de agua. Ciertamente hay cosas que han mejorado. Por ejemplo, la gestión de Andrés Eloy Méndez al frente de la Superintendencia de Precios Justos, se ha visto mucho más agresiva y efectiva que nunca antes, con más decomisos, más detenidos, más acaparadores pillados, más bachaqueo impedido, etc. Ahora pareciera que ya no son pistolitas de agua, sino que hemos mejorado: son mangueras de jardín, pero todavía ellas son insuficientes para apagar un incendio que es colosal... Y ciertamente se nota un poco un ánimo más proactivo y no sólo reactivo en diversas instancias gubernamentales. Quizá lo que falta es comunicar más y mejor. Jackeline Farías al frente del Ministerio de Comunicación e Información esperemos que sea tan exitosa como lo ha sido en todas sus gestiones anteriores.
Y esperamos que con las medidas recientemente anunciadas de que se va recrudecer la Ley de Precios Justos para aumentar las penas de cárcel, confiscaciones y congelamiento de cuentas, etc., a quienes incurran en contrabando, acaparamiento, bachaqueo, etc; que con la implementación del PVJusto en todos los artículos, la prohibición ahora por Decreto Presidencial de la venta de artículos de primera necesidad por buhoneros y cosas similares, mejore aún más la situación. Amén, así sea. Lo esperamos todos.
Pero lo que uno ve es que la cosa va mucho más allá. Es un monstruo de mil cabezas, y muchas de esas cabezas están dentro de las mismas instituciones gubernamentales. Es decir, mafias, mafias y más mafias. Como escribí en un artículo anterior, uno no sabe quién gobierna aquí, si un Gobierno Revolucionario, o unas mafias externas e internas, muchas de ellas enquistadas... http://www.aporrea.org/
Por ejemplo, por citar sólo una cosa, ¿cómo es posible que a pocos metros de una Alcaldía Bolivariana, como lo es la de Caroní, donde vivo, los buhoneros vendan de todo lo que falta en los anaqueles, a precios astronómicos, y bajo la mirada blandengue, permisiva, o cómplice de policías, funcionarios, GN, con todo y Ley de Precios Justos y otras disposiciones que lo prohíben expresamente? ¿Será que con el decreto presidencial ahora eso sí se va a acabar? ¿O continuará más solapadamente, o peor aún, continuará descaradamente? O sea, el Alcalde, los jefes policiales, los comandantes de la Guardia Nacional, ¿no pueden impedir, ni han podido impedir eso? ¿O están metidos en la macolla, como incansablemente dicen los escuálidos y ante eso a uno no le queda sino meterse la lengua en el bolsillo ante la falta de respuestas...?
Lo que dice Carola Chávez es cierto (http://carolachavez.
Uno a veces no haya qué pensar, verdaderamente...
¿Tendrá que venir alguien del MIT de Massachussetts, o de la Sorbona de París a explicarle al Gobierno que si no golpea a estas mafias, caiga quien caiga, sean quiénes sean y les aplica la Ley, ante la vista del pueblo, sin secretismos ni mediastintas, y si pertenecen a alguna instancia del Gobierno, pues entonces DOBLEMENTE y con más fuerza, el pueblo empezará a pensar que es el mismo Gobierno el que está metido hasta los teque-teques en esas mafias, que por eso no puede vencerlas, y que por eso tendrá que calarse colas y más colas, más especulación, más escasez, más inflación, más vueltas y vueltas para conseguir sus cosas, y por supuesto, más ataques arteros de una oposición tanto la escuálida como la disociada que seguirá burlándose del Proceso diciendo que no se consigue nada pero "tenemos Patria"...? ¿Tendrá que venir un letrado de la Universidad de Tucusiapón a explicarle a un Gobierno Revolucionario, que, o deja de ser tan timorato, apendejeado o infiltrado (si es que no es cómplice y parte de; tesis del escualidismo, a veces difícil de rebatir), o las elecciones parlamentarias del 2015 podrían estar en caldo e´ ñame con terribles implicaciones y consecuencias? ¿Tendrá que exponerle un Premio Nobel al Gobierno que las medidas que se están tomando están más o menos bien, pero que no son suficientes, que la gente, el pueblo de a pie está pasando roncha en la calle igual que desde hace más de 2 años y que la desmoralización ante un Gobierno que se perciba como débil, impotente, o contra las cuerdas, puede ser fatal?
Y otra cosa, ¿tendrá que venir el Espíritu Santo o el Buda Iluminado a explicarle al Gobierno, que sí, gracias a Dios, la Consciencia acumulada del pueblo en estos años ha resultado un tremendo muro de contención para evitar las trampas y debacles que las oligarquías y sus lacayos han intentado todo el tiempo, pero que no se puede contar todo el tiempo con ella para ganar elecciones, porque además de la tremenda masa ya disociada por las estrategias oposicionistas, se van sumando personas, aún del mismo pueblo bolivariano que se empiezan a escualidizar y disociar, gracias a las escaseces, colas, precios por las nubes que suben todas las semanas y pare de contar...? ¿Que lo de gente de la Gran Misión Vivienda y similares que vota por la oposición no es mentira? ¿Que el asistencialismo bien intencionado y coherente con el Proyecto Bolivariano, pero sin paralelo fomento de CONSCIENCIA es insuficiente y hasta contraprudecente? ¿Que si bien guarimbas y vandalismo no necesariamente tumban gobierno, estómago, bolsillo y ostinación y desencanto sí pueden hacerlo? ¿O al menos hacerlo perder elecciones? ¿Tiene que venir un estadístico de Boston a mostrarle las cifras electorales de los últimos 7 años para que se vea una tendencia peligrosa...?
Y todo esto sin mencionar el peliagudísimo asunto del dólar, dólar dólar... El tremendo desbarajuste del bendito dólar ante el cual el Gobierno Bolivariano no es que parece, hay que reconocer que ha resultado terriblemente impotente para resolver. Mejor no toquemos ese tema por ahora...
En fin, creo que es el pueblo bolivariano el que tendrá que buscar la manera de mostrarle al Gobierno estas cosas y exigirle respuestas aún más efectivas. Desde la lealtad, pero también desde la irreverencia consciente y la urgencia de un tiempo que ya empieza a acabarse.
Ya llegó el 2015...