Todavía está fresco el recuerdo de la administración de Caldera II (1994-1999), cuando la crisis bancaria. El gobierno de Caldera II otorgó dinero en cantidades industriales a los bancos y empresarios para paliar la grave crisis económica y financiera de 1994-1995. Que paso entonces. Los banqueros y empresarios inescrupulosos volvieron a “quebrar” llevándose una gran tajada de esos auxilios financieros realizados a través de fogade por el gobierno de Caldera II ( se estima un poco más de 6 millardos de dólares). Esta no ha sido la única “quiebra” generalizada en el país y que sus “auxilios financieros”, hayan desaparecidos como por arte de magia, incrementando las fortunas mal habidas de unos pocos que aun disfrutan de ese dinero.
En tiempos de revolución bolivariana también han existido denuncias que crean muchas dudas sobre los financiamientos en infraestructuras y compras en el exterior que no están del todo claras. Durante el gobierno del Presidente Hugo Chávez se proyectaron muchas obras las cuales arrancaron a toda velocidad pero que en el tiempo sufrieron abandono, deterioro, muchas de ellas incluso nunca se iniciaron, aun cuando el mismísimo presidente Chávez a través de su famoso programa televisivo Alo Presidente confirmaba su ejecución y disposición de los recursos financieros para tales obras. Una de las más emblemáticas entre muchas otras están las concernientes a los sistemas de riego que iban a potenciar la infraestructura agrícola en beneficio de miles de sembradores diseminados a lo largo y ancho del país. Sobre la inversión en el área de energía eléctrica también existen dudas sobre lo prometido por Chávez y su real ejecución. El Ferrocarril y el Metro de Valencia también es otro ejemplo muy claro de que no todo ha funcionado correctamente. Al presidente Chávez se lo ofrecieron para el 2010 y luego lo alargaron al 2014, nadie cumplió con esas dos fechas. Nadie sabe qué ha pasado. Más reciente, el “Caso Cadivi”, con sus 25 millardos de dólares americanos desaparecidos en acción.
Un viejo amigo adeco, de los tiempos de Betancourt, me contaba, que cuando la situación política se tornaba peliaguda, los adecos enchufados empezaban a raspar la olla más cercana a ellos. Se dice que el maestro Prieto una vez le preguntó al presidente Betancourt lo siguiente..” Mira Rómulo, será que vamos a perder las elecciones, porque los compañeritos están como locos llenándose los bolsillos”…
Este nuevo mega préstamo chino de alrededor de 20 millardos de dólares americanos debería ser tratado como asunto de estado. Imagínense un préstamo casi igual o superior a nuestras reservas internacionales. Aun cuando no todo este préstamo sera en efectivo sino, en inversiones para ciertos sectores, el gobierno con cabeza fría y mucha mano zurda debe explicar concienzudamente que vamos hacer con este nuevo préstamo. Que industrias, que áreas geográficas, cual va hacer su alcance en el tiempo (corto-mediano o largo plazo). Son muchas interrogantes. Lo más adecuado es que estas inversiones deben ir donde tenemos debilidades y que la transferencia de tecnología sea la adecuada para que perdure en el tiempo y no se conviertan estas inversiones en otros elefantes blancos o rojos. Por ninguna circunstancia este préstamo o parte de él deben ir a parar en el saco roto del asistencialismo. La inversión social debe ir acompañada de la cultura del trabajo, de la producción endógena, no podemos seguir derrochando dinero que se convierte en improductivo, que crea plusvalía al estilo adecopeyano del siglo pasado. El consumismo exacerbado por existir una gran cantidad de circulante el cual no es originado por el trabajo humano, crea inflación, escasez artificial y otros males económicos.
Por favor, que este nuevo empréstito sea manejado correctamente. Olvidar los tiempos del derroche, despilfarro y bochinche que han hecho gran daño a la república. No olvidar el problema agrícola, China produce comida para más de 1357 millones de personas, nosotros tenemos 33 millones de hectáreas fértiles y apenas somos 30 millones de habitantes. Reflexionemos al respecto…
Llego la hora… Venceremos¡¡