A nuestras manos cayó un ejemplar del libro de Emeterio Gómez denominado Capitalismo solidario Vs. Socialismo del siglo XXI, donde este representante de la intelectualidad burguesa intenta por múltiples vías desmontar el discurso marxista para arremeter contra el chavismo y los planteamientos de Chávez sobre la construcción de la nueva sociedad socialista venezolana y de esa manera tratar de afianzar la defensa de la sociedad capitalista, pero barnizándola con el eufemismo de capitalismo solidario, que suena un poquito más elitesco que aquel bodrio de capitalismo popular con el que lo bautizó María Corina asesorada por quién sabe quién, ya que sabemos de sus carencias intelectuales. Emeterio intenta, colocar al capitalismo ahora con el rostro de humano, como la quinta esencia de la sociedad humana y demostrar su superioridad sobre el socialismo, que él define como “neocomunismo”.
Lo que es risible es que observando el comportamiento del capitalismo contemporáneo en el Venezuela y en el mundo, lo que hay es una demostración palpable de que este modo de producción analizado a profundidad por Marx y Engels en el siglo XIX, en esencia sigue siendo lo mismo: un modo de producción donde lo fundamental es la maximización del capital a través de la ganancia y la explotación de las clases dominadas, y su dominación por medio de las estructuras ideológicas que genera para perpetuar su dominación (la educación, la difusión de ideas, creencias y representaciones para ocultar las realidades y mantener la dominación de clases, al decir de Ludovico Silva). En la actualidad la denominada industria del entretenimiento, usando las modernas formas de comunicación como Internet, radio, prensa, televisión son perfectas para el ocultamiento, la manipulación, el consumismo irracional y el mantenimiento de la conformidad de pueblos enteros.
Efectivamente, la guerra económica desatada en Venezuela contra el pueblo y el gobierno bolivariano es una clara demostración de lo que el capitalismo genera para mantener su dominación. A los capitalistas no les interesa para nada la gente, sino la ganancia. Por ello, acapara productos de la dieta básica (alimentos y medicinas fundamentales para la salud y la vida) y además productos de higiene personal y domésticos para lograr un estado de neurosis colectiva que leve a la gente a la desesperación, la violencia generalizada y al final, tratar de lograr una insurrección popular que derroque al gobierno anticapitalista venezolano. A esta forma de manejarse el capitalismo venezolano le hemos llamado “capitalismo criminal”
Igual ocurre en otras latitudes. Lo ocurrido con las crisis inmobiliarias y financieras en los Estados Unidos, que se replican en Europa en naciones vulnerables como España, Grecia, Portugal, Francia, entre otras es una demostración de lo que es capaz de hacer el capitalismo que se concreta en las burguesías de las naciones: la burguesía industrial, comercial, agraria y financiera. Y si en última instancia, las medidas que implementa el sistema comienzan a generar conflictos mayores que amenacen el orden capitalista, entonces recurren a los bombardeos, las invasiones, guerras clásicas o de cuarta generación como formas de control y dominación de os pueblos. Así que de humano y de solidario el capitalismo sólo se manifiesta en las palabras que empalagan.
Emeterio recurre, casi como un ruego, a planteamientos éticos y morales que los capitalistas desdeñan. Intenta apelar a la dimensión espiritual de estos que no aparece por ninguna parte. Habla de las bondades del capitalismo, como si fuese una vestal, llena de virtuosidades y no de implacables leyes que ignoran a la gente a favor de la ganancia a costa de lo que sea. Como cantaba Alí Primera: “El capitalismo es el causante de los males que está sufriendo mi pueblo”. Si, causante de la pobreza, la miseria, el desempleo, la delincuencia como fenómeno social, la crisis de los valores sociales y tantos otros que afectan al pueblo todo.
Sólo fenómenos socio-políticos y comunicacionales como Hugo Chávez y otros líderes en Latinoamérica han podido derrotar la endiablada estructura en redes económicas, sociales, culturales, jurídicas y tecnológicas que maneja el capitalismo.
Recuerdo a Emeterio Gómez, a quien recuerdo en sus tiempos de marxista (a finales de los `70 y principios delos `80) con un libro de Marx, “Das Kapital -Kritik der politischen Ökonomie”, escrito en alemán para que se le admirara por leer al autor del cual era seguidor en su idioma original. Ahora hace malabares lingüísticos para edulcorar al capitalismo.
Nota: En el próximo artículo me ocuparé de las volteretas pseudo analíticas de Toby y Dieterich.