La nueva realidad del mundo y la necesidad de nuevos paradigmas

La humanidad enfrenta en la actualidad retos comunes, por lo tanto, ella ha de plantearse soluciones también comunes, sin que ello represente ignorar las particularidades.
 
Teatros de operaciones paralelos, ejércitos con consolas de destrucción masiva que semejan videojuegos que despersonalizan cualquier sentimiento de culpa entre quienes pulsan sus botones y élites supranacionales que están por encima de todo rasgo de soberanía nacional que se les oponga, más la imposición de la cultura basura, específicamente gringa, entre las generaciones de menos edad. Todo eso viene a configurar una nueva realidad. Una realidad completamente ajena a los esquemas de estudio mediante los cuales se podían determinar las singularidades de cada situación presentada en el pasado.
 
En el caso de nuestra América, como lo expuso Atilio Borón al Congreso Internacional “Comunicación e Integración Latinoamericana desde y para el Sur en el Décimo Aniversario de TeleSUR”, celebrado en Quito durante los días 22 y 23 de Julio de 2015, ésta "viene protagonizando, desde finales del siglo pasado, una tremenda batalla por construir una democracia digna de ese nombre. Esto quiere decir, algo que vaya más allá de la sola alusión a la mecánica electoral y que se sintetiza en la tentativa de fundar sociedades más justas en este, el continente más desigual e injusto del planeta. En otras palabras, completar el tránsito entre una democracia eleccionaria a otra de carácter sustantiva y fundamental".
 
Esto cambió sustancialmente el panorama habitual de la lucha política en nuestra América. Grandes contingentes de personas otrora excluidos comenzaron a irrumpir con fuerza telúrica en el escenario político, utilizando los mismos mecanismos legales que le proporcionaron el control del poder constituido a las élites dominantes y, de esta forma, pasaron a ocupar espacios a los que antes no tenían acceso alguno, con gobiernos afines a sus expectativas de redención social.
 
Ahora se hace necesario establecer nuevos paradigmas que le permitan a las diferentes organizaciones y sectores sociales explicarse y enfrentar esta nueva realidad, teniendo en cuenta que su origen está en el capitalismo, sea cual sea su signo distintivo.
 
Pero ello no quiere decir que se deba abjurar a rajatabla de los aportes teóricos y de las experiencias revolucionarias originados en otros tiempos y otras latitudes, como algunos lo plantean sin detenerse a considerar con objetividad las causas que provocan la realidad a ser transformada de raíz. Esta última situación da lugar a confusiones entre los sectores populares y facilita que demagogos y oportunistas de toda laya se apropien del discurso revolucionario socialista y constituyan una corporación político-burocrática desde sus posiciones de poder, opuesta en intereses y en comportamiento a lo que espera de ellos el pueblo.
 
Por eso, los acontecimientos que tienen lugar en Venezuela, a pesar de las contradicciones detectadas a lo interno del proceso de cambios iniciado por Chávez, deben examinarse a profundidad y no verse superficialmente, respondiendo a una percepción y a unos prejuicios particulares. La misma situación creada por la acción opositora ha coadyuvado al sostenimiento de una nueva casta política que, en una apreciación general, podría calificarse de reformista, con una visión socialdemócrata difícilmente desmentible. Pero, de igual forma, en descargo de esta misma casta, es justo reconocer que pocos revolucionarios han podido desarrollar y proponer una opción revolucionaria que atraiga la atención y el entusiasmo de los sectores populares, pues toda iniciativa se dejó en manos de Hugo Chávez y ahora, ausente físicamente éste, cuando se observa que el impulso revolucionario de los años iniciales ha amainado en uno u otro modo, dejando que todo, o prácticamente todo, gire en torno de lo que haga o deje de hacer la oposición.
 
Esto podría obligar a muchos a claudicar, pensando que, posterior a Chávez, no habrá un liderazgo igual. Y en esto tienen toda la razón. No obstante, quien tenga esta sensación o estado de ánimo olvida que todo el proceso revolucionario encarnado en Chávez tuvo su génesis y enriquecimiento programático en la historia de las luchas protagonizadas por el pueblo venezolano desde hace poco más de dos siglos atrás; por lo que sería pertinente acotar que la guía para la acción revolucionaria en lo adelante se ubica en muchos de los planteamientos hechos, precisamente, por el Presidente Hugo Chávez tomando como referencia esta historia militante.
 


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Homar Garcés


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