Necesidad de una ideología revolucionaria




La carencia notoria, peligrosa y suficientemente advertida por el Presidente Chávez de una adecuada y precisa formación revolucionaria y socialista por parte de cierto sector de la dirigencia del actual proceso revolucionario bolivariano en Venezuela es la causa directa de que existan algunas contradicciones y se mantenga incólume el viejo Estado reformista. A pesar del verbo aparentemente revolucionario utilizado por los mismos. Esta carencia se manifiesta en diferentes y múltiples niveles. Ella da cuenta del por qué se siguen observando las mismas actitudes y procedimientos administrativos que caracterizaron el régimen puntofijista. Asimismo, esta enorme deficiencia e inconsistencia ideológica impide que el proceso bolivariano tenga una mejor conceptualización frente a sus enemigos, lo cual hace que alguna gente chavista acepte como válidos los argumentos y descalificaciones que éstos le presentan diariamente a través de la prensa, la televisión y la radio comerciales del país.

Otro tanto se observa al nivel de las distintas Misiones educativas implementadas por el gobierno de Chávez, las cuales se hallan coordinadas –en algunos casos, con honradas excepciones- por personas ajenas al objetivo primordial de formar a los nuevos republicanos y se atienen a reeditar esquemas de la educación “bancaria” descrita por Paulo Freire y totalmente contraria al despertar de los poderes creadores del pueblo que exaltara el poeta Aquiles Nazoa. Y si esto lo extendemos a los movimientos sindical, comunitario, estudiantil y campesino se percibirá una experiencia frustrante similar, dado que se cree (al igual que en los principales partidos políticos “chavistas”) que solo basta el calificativo de bolivariano, o la simple sustitución de nombres en todas las estructuras organizativas, para adquirir la condición sobrehumana de revolucionarios. Así, el Estado está copado por activistas políticos afectos al Presidente, pero son incapaces de generar el cambio estructural esperado. Y lo son porque, sencillamente, mantienen en sus mentes el reflejo condicionado del reformismo. Y ello ocurre, no obstante las orientaciones del Presidente.

No debe obviarse, por tanto, que esta diferenciación ideológica (llevada igualmente al plano económico, social, cultural y militar) es sumamente imprescindible para contener y repeler el poder de la reacción y para crear una situación en la cual prevalezca la voluntad soberana de las mayorías. Esto coadyuvará a revolucionar a la sociedad entera y a demoler las obsoletas estructuras del Estado representativo. Como bien lo afirmara Antonio Gramsci, “la preparación ideológica de la masa es, por consiguiente, una necesidad de la lucha revolucionaria, es una de las condiciones indispensables para la victoria”. Aquí cabe evocar la fórmula leninista, inapelable e históricamente comprobada, de agitar, propagar y organizar, la cual debe desarrollarse constantemente entre las masas, de modo que ellas asuman su rol protagónico y un grado de verdadera conciencia revolucionaria que las ayude a abandonar la cultura de alineación, clientelismo y dependencia en que pudieran encontrarse. Es preciso, entonces, subsanar cuanto antes tal necesidad emancipatoria, de forma que comience a delinearse, con rasgos propios e inéditos, la ideología socialista que sustentará la revolución bolivariana; lo cual debe cumplirse al mismo que se le defiende del imperialismo yanqui.

Con Marx y Engels en La Ideología Alemana (1846), podemos afirmar que “las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual, y al propio tiempo, hablando en términos generales, las ideas de quienes carecen de los medios para producir espiritualmente están sujetas a ellas”. En oposición, debe insurgir una teoría revolucionaria capaz de orientar correctamente a las masas en su lucha por expandir y consolidar la revolución; sin ella –como lo advirtiera acertadamente Lenin en su tiempo- ésta se haría imposible.-

*Centro de Formación Ideológica del Estado Portuguesa



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Homar Garcés*


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