Las revoluciones son un proceso social, es decir, realizadas por el poder popular, el pueblo, la sociedad, en sus correspondientes temporalidades históricas nacionales. Son las revoluciones procesos naturalmente inevitables, impredecibles en ocasiones, como lo demuestra la propia Historia de la Humanidad. Cuando nos retrotraemos al pasado histórico, inevitablemente, conocemos como las sociedades “han ido naturalmente progresando”, tal cual como la Ciencia y la Técnica (tecnologías) cuales han, permanentemente impactado en el curso natural en perfectibilidad de las sociedades, han impactado en la propia forma de organizarse como sociedades en consideración de las correspondientes nacionalidades, en considerando las realidades geográficas circundantes a esas sociedades en revolución (cambios estructurales profundos), como esas revoluciones han impactado en la siquis (inconsciente colectivo histórico) de esas sociedades en el marco histórico de esos cambios inevitables, de como se han ido desarrollado las bases históricas sobre las cuales esas sociedades en revolución van, paulatinamente, cambiando en su ser natural-histórico según ellas mismas vaya interactuando a lo interno de si mismas (evolución permanente).
Básicamente ejemplos históricos nos permiten, según nuestras ideologías, abstraer las enseñanzas globales de ese proceso revolucionario-temporal. Es de obligación, en el marco de cierta objetividad, tener presente y reiterar que las realidades en cada momento del proceso revolucionario tienen que ser percibidas, analizadas, para poder proponer el desarrollo de una revolución en estudio histórico, claro, en el marco de su ideología.
Es decir, para nada comparable son los análisis históricos que se realicen desde las bases del marxismo con esos mismos análisis desde las propuestas positivistas como, al tiempo, se deben considerar como factor imperativo, las realidades de los factores que juegan tanto a favor del proceso revolucionario como aquellos que se le oponen, radicalmente, social, económica, militar e ideológicamente en escena-revolucionaria. Tal es el caso del proceso revolucionario por el cual ha transitado y está en transitando permanente la revolución en curso en todo el territorio histórico de Venezuela desde aquellos momentos cuando comenzó el propio proceso de la Independencia de la corona borbónica española porque hay borbones franceses hasta las presentes fechas en curso.
Si nos adherimos a las tesis que Hugo Rafael Chávez Frías proponía sobre las enseñanzas referidas al proceso histórico de nuestra Independencia considerándola como la “piedra angular” del proceso revolucionario considerándolo, aquel proceso de Independencia, y titulándolo como un proceso revolucionario, lo cual lo tendremos que aceptar, obligatoriamente. El actual proceso revolucionario en curso en Venezuela, como un todo histórico desde los indios caribes, es consecuencia “natural-histórica” de la propia Historia de Venezuela independientemente de ese concepto elevado por Chávez Frías de calificar a la actual revolución venezolana como “Revolución Bolivariana”. Tal es así que el desarrollo y continuación de la mencionada revolución bolivariana la hemos completado con las propuestas en pensamientos e ideas expresadas por el propio Chávez Frías con lo cual hemos adicionado al concepto de Revolución Bolivariana el concepto en estudio y reflexión de las ideas desarrolladas por Chávez Frías, conceptualizándolas como fundamento obligado del denominado como “pensamiento chavista”.
Curiosamente podemos aceptar que la base ideológica de la Revolución Bolivariana se sustenta en los contenidos epistolares que hemos heredado de los escritos de don Simón Bolívar, fundamentalmente. En ese marco de referencia, Chávez Frías le ha adicionado, básicamente, dos campos de ideas interesantes: los contenidos doctrinarios de la “palabra de Jesús de Nazareth” en su plano humanista y un conjunto de propuestas sustentadas en los diferentes estudios marxistas de diferentes autores. Pero, en nuestro criterio, han sido fundamentales las continuas y permanentes referencias a la cultura venezolana, a la autóctona cultura criolla, no solo en sus novelas como en sus costumbres y canciones, fundamental y curiosamente, por teluridad, aquellas referidas al llano venezolano.
Es completamente cierto que en lo referido a las funciones de gobernar, Chávez Frías ha tenido la oportunidad de consultar con personajes de muy seria experiencia política y de gobernanza que han tenido su importante impacto, temporal, en los quehaceres diarios del gobierno pero, al tiempo, debemos tener presente y considerar las realidades históricas de la gobernabilidad desde los tiempos de la colonia caminando por todos los procesos políticos que han estado presente en la Historia Política de Venezuela.
Será demostrable la importancia del “pensamiento chavista” si y solo si, en primer lugar, penetramos las realidades del proceso de la Independencia y en serio estudio del epistolario de don Simón Bolívar como base fundamental para esa comprensión requerida al tiempo que tratar de equilibrar la fórmula matemática, bien sí ustedes así lo prefieren, la arquitectura del proceso revolucionario actual bolivariano, en considerando, tal como lo haría don Simón Bolívar, la realidad significativa e importante del escenario, inobjetable, que representan los Estados Unidos de América.
Es decir, para mejor precisión cuando nos acercamos a los conceptos emitidos sobre los Estados Unidos de América por don Simón Bolívar en sus tiempos históricos conocemos con la cruda realidad y objetividad analítica la profunda asimetría con las actuales realidades a las cuales se está confrontando Nicolás Maduro Moros. Aquel Estados Unidos de América apenas estaba dando sus primeros pinitos como “potencia principiante” con un capitalismo aún extremadamente local y con un concepto geopolítico que lo llevara, posteriormente, a la “Doctrina Monroe”.
Es decir, aquella profecía hiper-realista de don Simón Bolívar se cumpliría apenas años posteriores a la propia Independencia del suelo patrio. Es decir, Nicolás Maduro Moros, en estos precisos momentos históricos, se está enfrentando a unos Estados Unidos de América que es una hiper-potencia-militar en decadencia socio-económica en su estado actual de “fase superior del imperialismo” estadounidense pero con mayor peligrosidad que en aquellos tiempos del Orinoco. Objetividad ante todo.
Ello nos lleva a tener que poner en blanco y negro la comparación, odiosa por demás, de las relaciones de Chávez Frías con Washington y las relaciones actuales de Maduro Moros con Barack Obama y sus sucesores. Es evidente que Washington “pulsó” las realidades de Chávez Frías en diferentes e importantes momentos que se han convertido en “hechos históricos” tales como el “11 de Abril”, el “Paro Petrolero”, buscando evitar la conformación de la UNASUR, CELAC, PetroCaribe, El Alba, tratando de convencer a la OEA para que se aplicara la “Doctrina Betancourt” como lo haría con Cuba en Punta del Este (Uruguay), entre otras perlas. Con Maduro Moros el gobierno de Barack Obama ha sido implacable, tratándole como un advenedizo sin analizar con la rigurosidad requerida su trayectoria política “desde chamo”. Es cierto que Chávez Frías era un líder natural, telúrico, un comunicador nato como bien lo expone José Vicente Rangel Vale quien bien lo conoció, pero Maduro Moros es un líder diferente, de pueblo criollo, quien ha aprendido a manejar los “hilos del poder”, con el conocimiento del Poder y la zamarrería del experimentado líder obrero y sindical venezolano. Líder irreductible.
El título en propuesta se sustenta en un análisis que realizara Joseph “el padrecito” Stalin, en el año de 1927, sobre la realidad del proceso revolucionario en China. Debemos precisar, sobre la base de nuestros estudios históricos sobre el Partido Comunista Chino (PCCh), que no entramos a analizar las razones de la derrota del “Frente Unido Nacional”, la persecución y asesinatos de más de 10 mil de los cuadros del PCCh, suceso ocurrido en la ciudad de Shanghai, como tampoco el proceso putchista que desarrollara Mao Zedong en el otoño de aquel año de 1927, como tampoco lo referido al desarrollo de la “Comuna de Cantón” (diciembre, 1927), como tampoco el foco guerrillero que se desarrollara con la base campesina en la provincia de Guangdong (diciembre, 1927-febrero, 1928), cuando es derrotada militarmente aunque aquella experiencia sirviera de “sustento teórico” a posteriori en el propio proceso revolucionario chino liderado por Mao Zedong y Zhu De.
El 26 de Abril del año 1927, el matutino People´s Tribune, editado en la ciudad de Hankow (Hanzhou), publicó un texto bajo el título de “Stalin´s statement” (“La declaración de Stalin”). Dicha noticia sería tomada de la agencia United Press (UP) y producida en Moscú. Según la noticia del diario chino, Joseph Stalin en una reunión del Comité Central del Partido Comunista Ruso (PCUS), expresó que “…las acciones de Chiang Kaishek [habían] cambiado [lo fundamental conceptual] de la Revolución Nacionalista China…”. Según Stalin, esa decisión del Generalísimo Chiang Kaishek de perseguir y asesinar a los cuadros comunistas con el apoyo de las mafias blanca y verde de Shanghai y de romper el Frente Unido Nacional expulsando tanto a los miembros del PCCh como a la izquierda del partido nacionalista, Guomindang, del gobierno obligaban al proceso revolucionario nacionalista chino a “…cambiar [a la Revolución Nacionalista China] en una revolución agraria…”, cual, según Stalin, “…era cada día más evidente…”. Es de precisión anotar la fecha cuando Stalin expresara ante el Comité Central del PCUS (26 de Abril, 1927), y las primeras reacciones de algunos miembros del PCCh de considerar e impulsar una revolución que se sustentara en la realidad del campesinado chino cuales, como lo hemos expuesto más arriba, sería Mao Zedong, promotor de esa tesis desde 1921, de realizar la revolución china sobre las objetivas realidades estructurales que se expresaban en el campo chino y la situación socio-económica del campesinado chino. Sería Mao Zedong quien liderara esa nueva tesis independiente de la propuesta presentada por Joseph Stalin ante el Comité Central del PCUS.
Pero Stalin va mucho más allá en cuanto a concepción revolucionaria cuando se refiere que “…a consecuencia [de la decisión de Chiang Kaishek de romper el Frente Unido Nacional y perseguir tanto a los cuadros del PCCh como a la izquierda del Guomindang], la revolución burguesa, que iba en camino a alcanzar sus objetivos revolucionarios [de la Revolución China], será transformada en una revolución socialista con todas las consecuencias que ello traerá consigo…”.
Sería de obligada obligación tratar de profundizar en lo inmediato anterior pero se requeriría no solo ampliar este espacio sino, prácticamente, desarrollar toda una tesis sobre los tiempos en revolución en China. Ello, al tiempo, nos obliga a exponer algunas consideraciones necesarias para tratar de alcanzar una mejor comprensión de propuestas revolucionarias.
No consideramos que Stalin tomó (sic) aquella decisión político-ideológica ante el seno del Comité Central del PCUS y no en el seno de la Internacional Comunista (Comintern), ante sus diatribas con León Trotsky. Sería Joseph Stalin quien impondría, a través del Comintern, la tesis de la revolución burguesa nacionalista cometiendo dos errores fundamentales: el primero darle todo el apoyo político al General y líder del Guomindang, Chiang Kaishek, sobre el argumento de la supuesta debilidad de la estructura del novel partido, PCCh, obligando a algunos de sus cuadros, PCCh, a incorporarse en el Guomindang con la particular obligación aceptada por ambos partidos referidos de la “doble adscripción partidista”, es decir, tanto para los cuadros del PCCh como los del Guomindang. En segundo término, Stalin ordenó darle todo el apoyo militar y de armas a los nóveles ejércitos (Academia Militar de Wahmpoa) que se encontraban bajo el liderazgo de Chiang Kaishek con lo cual los cuadros del PCCh no estuvieron ni preparados militarmente ni en poder de armamento para poder enfrentarse a la persecución político-ideológica que desarrollara Chiang Kaishek una vez que alcanzó el control de la ciudad de Nanjing en el primer trimestre del año 1927 después de la primera fase de la “Expedición al Norte”. Debemos precisar que los referidos nóveles miembros en formación militar en Whampoa provenían de las clases burguesas chinas como hacer de conocimiento que el miembro del PCCh, Zhou Enlai, ejercería como “comisario político” en dicha academia referida.
Son los tiempos los que marcan las etapas de cualquier revolución.
UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA.