En otras oportunidades nos hemos referido intelectuales de izquierda que, desde Venezuela o desde el exterior, se han dedicado a cuestionar al chavismo o la gestión de Nicolás Maduro. Ahora, la derecha venezolana e internacional se satisface por la reciente entrevista que Noam Chomsky concedió y donde hace un análisis contextualizado de la realidad política mundial. La derecha internacional y algunos críticos venezolanos han tomado con pinza alguna afirmación realizada por Chomsky, para tratar de atacar desde otras posiciones al proceso revolucionario. Leer entrevista completa en: http://www.perfil.com/internacional/Noam-Chomsky-La-corrupcion-fue-tan-grande-en-Sudamerica-que-se-desacreditaron-a-si-mismos-y-desperdiciaron-grandes-oportunidades-20151025-0008.html.
El mismo Presidente Nicolás Maduro, cuestionó lo que declaró Chomsky, acusándolo de desconocer la realidad venezolana e invitándolo a que “Se informe mejor, pudiera venir a Venezuela y de puertas abiertas visitar los barrios, los liceos, universidades, los campos, para que vea a nuestro pueblo combatiendo”.
Sin embargo, el intelectual norteamericano tiene razón en muchas de sus declaraciones, por ejemplo: “Es la primera vez en 500 años, desde los conquistadores, que América Latina se ha liberado en gran parte de la dominación imperial. La sociedad tradicional latinoamericana estaba gobernada por una elite pequeña, en su mayoría blanca, orientada hacia el poder imperial, o lo que fuera que Estados Unidos representara recientemente, con muy poco sentido de responsabilidad hacia el país en sí: sociedades potencialmente muy ricas con pobreza y desigualdad extraordinarias. Y los países mismos estaban separados el uno del otro. Eso es lo que cambió. En este momento, la influencia de Estados Unidos ha disminuido significativamente. Los países son mucho más independientes, se están moviendo hacia algún grado de integración, como la formación de Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), que, de hecho, excluye a los Estados Unidos y Canadá”.
Acá Chomsky reconoce que Latinoamérica ha venido generando movimientos de naciones y pueblos incursionando en procesos de independencia real del imperio, así como de integración complementaria que ha proporcionado un escenario diferente al de la guerra fría y al de naciones colonizadas y neocolonizadas que por siglos tuvimos en nuestro sub-continente.
Más adelante, suelta una frase que tiene varias lecturas: “En América Latina, creo que el modelo de Chávez ha sido destructivo. América del Sur necesita movimientos populares masivos que tomen la iniciativa para llevar a cabo un extenso cambio social. Y, en alguna medida, eso ha sido cierto”. Una lectura es la que los intelectuales críticos han hecho: Chomsky critica a Chávez y expone que su modelo es destructivo para Venezuela. Es la lectura fácil, descontextualizando toda la entrevista. Ahora, si analizamos la frase en su totalidad, podemos determinar que el modelo chavista es destructivo: Si. Ha destruido la dinámica tradicional de la política venezolana y latinoamericana. Es destructivo, puesto que logró colocar a la OEA en su real dimensión de lo que afirmó Fidel en su momento: que la OEA era el ministerio de las colonias de Estados Unidos. Es destructivo de los protocolos y de la hipocresía diplomática a la que nos tenían acostumbrados en las relaciones internacionales. Contribuyó a destruir la unipolaridad mundial y contribuir con un modelo multipolar en el mundo contemporáneo. Destruyó a los partidos políticos tradicionales venezolanos que habían convertido la política en un “ping-pong” de cada 5 años, cambiando para que nada cambiara. Destruyó la forma de hacer política de enmascaramiento, o de ideologización (en la perspectiva marxista de Ludovico Silva), de falsa conciencia, para hacer política humana, auténtica, de color y sabor de pueblo. Y es también un modelo destructivo del capitalismo en el que hay que seguir insistiendo.
La otra parte de la frase referida a que América Latina requiere movimientos sociales masivos para impulsar los cambios sociales es una verdad del tamaño de un templo y que compartía el propio Chávez.
Chomsky también manifiesta: “En Venezuela, hubo propuestas significativas, esfuerzos, iniciativas, pero en un sistema que estaba un poco desbalanceado desde el principio no se puede. Hubo varios cambios instituidos desde arriba, bastante poco relacionados con la iniciativa popular, con algo de participación, pero no: venían desde arriba principalmente. Es poco probable que eso funcione. Hubo muchos fracasos en el camino después, pero en este momento, de nuevo, la tremenda corrupción y la incompetencia del país nunca lograron liberarse de la dependencia casi total de una exportación única, el petróleo”. Efectivamente, muchas de las iniciativas en Venezuela han sido impuestas desde arriba. Se ha intentado que el Poder Popular las haga, motorice o impulse, pero se han encontrado trabas burocráticas, celos partidistas o institucionales de eso que llaman “el poder constituido” que no ha logrado engranar del todo con el Poder Popular.
Lo que ha molestado, imagino al Presidente Maduro es lo referido a la corrupción, a la incompetencia y a la dependencia casi total del petróleo. Pero, tanto Chávez como Maduro han reconocido el problema de la corrupción como uno de los flagelos que hay que seguir combatiendo en todos sus frentes. Y cuando se ha hablado, o impulsado como política, lo de las tres R, del “gobierno de calle”, de la Eficiencia Política y Calidad Revolucionaria, del “golpe de timón”, del “sacudón” se ha hecho precisamente para atacar la incompetencia que en determinadas situaciones socio-económicas se han detectado y que han impedido que las políticas públicas lleguen adecuadamente al pueblo venezolano.
Lo importante de la crítica es que puede hacer corregir rumbos desacertados en los procesos de transformaciones sociales profundas, que tienen enemigos por todas partes.
Para finalizar, por ahora, Chomski suelta otras verdades:
“La historia no da respuestas a lo que es el modelo adecuado de desarrollo, pero un logro real, duradero, tendrá que basarse en movimientos populares organizados que tomen la responsabilidad del control total de la política, la información y la implementación. Y la medida en que los países lo logran varía.”
Respecto a los llamados “Fondos buitre”: “Lo que están haciendo los fondos de inversión es absolutamente impactante. Y que estén recibiendo apoyo legal en los Estados Unidos y en los tribunales es realmente vergonzoso. Lo que debería estar sucediendo es una presión popular organizada en los Estados Unidos para poner fin a este tipo de desastre, robo y tortura de países vulnerables. Pero lo que están haciendo ahora en el caso de la Argentina es, realmente, una verdadera vergüenza. La Argentina debe ser apoyada en sus esfuerzos a nivel internacional y en los Estados Unidos para hacer retroceder este tipo de neocolonialismo”.
En relación al embargo contra Cuba: “Estados Unidos está, básicamente, peleando una guerra bastante salvaje contra Cuba desde su liberación, en 1959. Eso está en declive ahora, sustancialmente como consecuencia de la creciente independencia de América Latina, que se ha negado a tolerarlo. Esos también son pasos hacia adelante muy importantes. Y muchos problemas aún permanecen, pero no debemos pasar por alto los logros que se han alcanzado gracias a los esfuerzos de independencia de América Latina durante los últimos quince años, aproximadamente”
“América Latina ha liderado, más o menos, la resistencia al Consenso de Washington y al sistema de globalización neoliberal. Y creo que eso ayudó a inspirar a los movimientos en otros países: Grecia, España, y los Estados Unidos y Gran Bretaña también…. Son reacciones del público a una verdadera guerra de clases que se ha estado librando durante la última generación bajo la bandera neoliberal para tratar de hacer retroceder el desarrollo progresivo de los últimos años. Ahora hay una reacción, y América Latina, en muchos sentidos, estuvo a la cabeza”.
