Existen las leyes y el Estado debe velar por su cumplimiento. No obstante, el estado de derecho nos conlleva a ser conscientes y tener en pleno ejercicio la democracia para así estar confiados en la libertad del pueblo, quién es autónomo para predecir sus hábitos como costumbres.
Hoy, el tiempo luce muy sensible para el ejercicio democrático. El pensamiento político en Venezuela gira entre un militarismo que no ha reflejado una disposición de ánimo para crecer en el contexto que ocupa en la sociedad venezolana, sino que ha venido tomando controles en la estructura geopolítica territorial con una actitud muy negativa al país, como es el caso del Estado Bolívar. Por el otro lado, tenemos a la sociedad civil que no quiere reconocer la lucha de clases y modos de producción, sin ideología quiere imponer su poder de control en zonas urbanas bajo la imagen direccional del Estado delictivo.
Obvian, ambas partes, la noción de libertad y las categorías del desarrollo histórico, esto nos llevaría a futuro a una situación de igual en algunas fases de nuestra sociedad dividida en grupos humanos por algún tiempo definido.
Venezuela, se encuentra preñada de la VI República, ya el ciclo de la V República se encuentra por concluir. El pueblo, no ha interpretado su rol histórico en ésta fase, simplemente no cumplió sus metas y se constituyó en un apéndice del Estado Bolivariano, el pensamiento de la universalidad y la disolución de los viejos estadios políticos no se completó. La derecha, coordinada por Acción Democrática ante una Primera Justicia de penetración juvenil que en estos últimos años conformo otra estructura política denominada Voluntad Popular al mando del joven político y promotor de desórdenes públicos en el país, Leopoldo López logró sus metas mediáticas, asesoradas por Ongs internacionales que tienen injerencia directa en países que integran el Continente del Sur, menos Perú y Colombia, donde los Estados Unidos de Norteamérica condensa su ofensiva naval y terrestre a la hora de una intervención militar por controlar las riquezas de la Región, aunque se encuentra en una etapa de confrontación y choque direccional de fuerzas civiles y militares.
El tiempo, luce negativo para la revolución. Ahora es Vanessa Davies, una de las periodistas aventajadas del movimiento revolucionario y muy cerca de Chávez, fue destituida de la dirección del Correo del Orinoco, la fractura es interna por las distintas corrientes del pensamiento y las tendencias europeas del capitalismo de mercado que llevaron a Europa al fracaso, sobretodo, a España y Portugal un tiempo. Ahora, los inmigrantes que viajaron o recorrieron millas para salir del África y Medio Oriente están en sus tierras y alimentarlos cuesta muchos euros y algunos son miembros de etnias guerreristas, un fuego latente para el hemisferio, pero la energía, hidrocarburos y el agua son necesarias para mover las máquinas e industrias, a costa de inflación.
Nicolás Maduro Moros y la empresa privada vienen conciliando sus fuerzas a través de Fedecámaras y Conindustria y han colocado su hombre clave en un ministerio que regula el comercio en Venezuela y la alimentación, Miguel Pérez Abad, proveniente del Estado Lara, cuna de las transnacionales en Venezuela. Es el nuevo Pacto de Punto Fijo. Un triunfo para Rafael Isea, ex gobernador del Estado Aragua y Temir Porras, delfín de los franceses en el mundo financiero local. Isea, e encuentra asilado en Estados Unidos de Norteamérica, luego de apropiarse de dólares provenientes de los recursos del mundo financiero bolivariano. En un claro desafío a su ex tutor, el Comandante Hugo Chávez Frías y donde la justicia nacional exige su presencia para llevarlos a juicio.
Mientras, el obrero se abate haciendo colas en los mercados para comprar a un precio especulativo una porción de alimentos que no le garantiza bienestar a su grupo familiar y a las mascotas, que se alimenta en los suburbios de los alimentos ya utilizados en bolsas de basuras guardadas en containers en las zonas populares y que han aprendido a sobrevivir, el hambre ya nos acosa por el desabastecimiento alimentario y la entrega de divisas no controladas a empresas de maletín y a cooperativas que no cumplieron con lo advenido al comienzo del proceso revolucionario.
Lo cierto, militares hacen presencia activa en el gobierno, cuando su posición es el resguardo de fronteras y plataforma continental, sin olvidar las empresas energéticas del Estado. Ahora, lo vemos cuidando mercados
