Los voceros de la MUD y los analistas económicos que le son afectos no escatiman oportunidad para insistir en la idea de que Venezuela está atravesando una crisis económica de pronósticos reservados, a consecuencia, sostienen, del fracaso del modelo económico socialista que el gobierno bolivariano se empeñó en implantar a lo largo de estos tres últimos lustros.
…salvar la Patria
Esta apreciación opositora mudista se ha venido sustentando en una serie de indicadores que esgrimen a los cuatro vientos, entre los que destacan: la elevada inflación que acogota a la población (hasta septiembre de 2016, según cifras del BCV, alcanzó el 140%, una de las más altas del mundo); la escasez de productos y bienes (colas y angustias populares) que se lo atribuyen al bajo rendimiento de un deprimido aparato productivo, que no encuentra estímulo para la inversión; la instrumentación de controles como el de cambios y de precios, además, de los que comporta la Ley del Trabajo, que obstaculizan el desenvolvimiento de las actividades económicas; la expropiación de tierras y empresas que obstruye la iniciativa privada generando una paralizante inseguridad jurídica; la manera dispendiosa como se han gastado los ingentes recursos que le han ingresado al Estado, que superan, ampliamente, el billón de dólares; etc., en fin, toda una calamitosa situación soportada en el rentismo petrolero y que se agrava, desde esta perspectiva opositora, con la baja abrupta de los ingresos petroleros y la merma ostensible de divisas, condición que conlleva a la disminución de las reservas internacionales y a la imposibilidad, en consecuencia, de que la nación venezolana pueda honrar en el futuro inmediato, por un lado, sus compromisos de deuda externa y, por otro lado, pueda mantener los niveles de importación de productos e insumos necesarios para el funcionamiento de la economía del país.
En esta circunstancia, avizoran los "sesudos" oráculos opositores, de entre ellos los de Econométrica, los más deslenguados, que si el gobierno no da marcha atrás con lo que consideran el fracasado modelo económico chavista y ante la imposibilidad de conseguir nuevo financiamiento externo producto de la desconfianza hacia la economía venezolana, que, según afirman, existe en los centros financieros internacionales, se hace inexorable una crisis no sólo económica sino política conducente a que la oposición, con el control que ahora ostenta de la Asamblea Nacional, proceda a instrumentar los mecanismos pertinentes (referéndum revocatorio, la presión de masas, asamblea constituyente) para salir del gobierno y con ello …salvar a la Patria.
Aparente loable tarea que tiene como expreso objetivo-que a decir verdad ya no esconden mucho-el de recolocar al país bajo el control del imperialismo y de la burguesía apátrida parasitaria de la cual la dirigencia de la MUD es su indiscutible principal brazo operativo.
Inducida inflación
Por supuesto, en este cuadro que pintan con la brocha gorda del anti-patriotismo, para nada resaltan el papel jugado por la burguesía local parasitaria, combinada con círculos del capitalismo imperialista, para propiciar las distorsiones económicas presentes en la actualidad venezolana, en las que la especulación y el alza desmedida de los precios, por una parte, y el acaparamiento de productos y el enlentecimiento premeditado de la producción, por la otra, así como el empleo perverso del dólar paralelo y el contrabando de extracción, constituyen componentes sustantivos en la inducida inflación que atosiga al pueblo venezolano.
Igualmente, para nada reconocen que lo que entró en barreno es el modelo económico rentista impuesto en el país, desde hace un siglo, por una decadente élite oligárquica y que la burguesía parasitaria ha sostenido por varias décadas y que lo que pretenden, en el fondo, en el caso de retornar al poder político, es el de reproducirlo y reforzarlo pues es la ubre de la cual han amamantado las enormes fortunas de las que groseramente presumen.
Emergencia Nacional
El gobierno bolivariano ha presentado al país un Plan de Emergencia Nacional que ha de conducir, preservando las conquistas sociales, a la superación de la situación económica planteada, reconociendo la complejidad de la misma, en especial por los descalabros de los precios petroleros- hecho en el cual no está exenta la injerencia imperialista para afectar las economías de los países petroleros, que como Venezuela mantienen una digna posición de soberanía frente a los centros hegemónicos imperialistas- y a establecer nuevos parámetros que habrán de abrirle cauces a la economía nacional para un desarrollo sostenido, no rentista, diversificado, autogestionado y ecológico, capaz de potenciar las inmensas posibilidades expansivas de Venezuela enmarcadas en los objetivos históricos contemplados en el Plan de la Patria Simón Bolívar.
Plan de Emergencia Nacional, que contempla la creación de un Consejo Nacional de Economía Productiva, en la que tienen cabida diversos factores de la vida nacional, incluidos, naturalmente, sectores privados de la economía, con la importante función de monitorear los nueve motores (hidrocarburos, petroquímico, agroalimentario, minería, telecomunicaciones e informática, construcción, industrias, industria militar y turismo) concebidos para dinamizar el aparato productivo del país.
Situación prerrevolucionaria
La reacción de Fedecámaras, Consecomercio, Conindustrias y Venamcham no se ha hecho esperar, junto con los voceros de la MUD ya se apresuraron a expresar su rechazo al Plan de Emergencia Nacional; todo ello, a pesar, de que hablan de una crisis económica en el país; nada sorprendente esta posición, pues, en todo caso, lo que realmente está en juego es la emergencia de una situación prerrevolucionaria en la que ellos vendrían con el revanchismo fascista y los patriotas vamos por la profundización del proceso socialista bolivariano y chavista. Así, sin medias tintas.