Socialistas con confort

El purismo, en los actores u operadores de la política, es una de las formas más relativa e hipocritica de presentación social en los distintos universos electorales. La justificación de una tesis o modelo político, requiere de una manifestación sincera que toca hasta el aspecto espiritual, generando un proceso de convicción y pertenencia, esta situación irradia en el sujeto una suerte de admiración en quienes este quiere liderizar, a través de proclamas, discursos, gritos libertarios y de igualdad.

La capacidad de asombro tiende a desaparecer en momentos donde la incongruencia de la predica y el verbo se hacen distante. Presumir, ante los seguidores las bondades circunstanciales de los cargos de dirección nacional, regional, local y comunal; destruyen poco a poco la militancia ganada con un trabajo primigenio producto de la articulación de vértices llamados: líder, modelo transformador y pueblo.

Llegar a pensar que la vigilancia y control pueden realizarse de manera virtual y que la delegación de tareas es incorruptible, puede llegar hacer nefasto para cualquier ejercicio gerencial, los procesos de saboteos se concentran en esos sectores medio, a fin de impedir la fluidez de las decisiones y acciones políticas, debilitando la estructura ejecutiva para la generación de caos.

Lo fundamental es comprender el modelo político y económico. La garantía que esto suceda, no solo es responsabilidad del pueblo; es este último, quien tiene la tarea de juzgar el comportamiento político y las garantías que dicho modelo le ofrezca, en términos de seguridad social, laboral, entre otras. La designación de actores gerenciales debe llevar a la definición de un perfil con un alto nivel de comprensión política que dé cabida a la opinión de asesores vinculados con la corriente o modelo en ejercicio, no se trata de pequeñas republicas independientes adscritas a instancias gubernamentales, que por lo general asumen un rol desvinculante de una realidad nacional, regional, local o comunal.

Ocurre que algunos gerentes o servidores públicos se desprenden de la realidad nacional, encapsulándose en un país virtual y mensajes adulantes a sus responsabilidades. Es curioso pero pasa, que estos personajes asumen posturas de grandes pensadores del comportamiento político y electoral, negando toda opinión con visión constructiva y de aporte estratégicos para apaliar venideras crisis y otras en pleno desarrollo. Esta postura nos coloca en riesgo de una línea muy delgada, que vincula el modelo político con el pueblo, como explicar la siguiente reflexión: “Hablar de austeridad cuando somos derrochadores y cínico al exponer nuestros bienes materiales” y por otro lado, Recurrir a discursos emotivos que impactan al pueblo deseoso de igualdad (revolución) ignorando en la práctica su contenido.

Sería injusto de mi parte, el no reconocer un gran número de camaradas que no han sido desmovilizados del pensamiento socialista y se han mantenido firme a la convicción progresista y no ser descarado ante sus electores. Son hombres y mujeres que ofrecen el mayor de los contenidos humanitarios y solidaridad extraído de los marcos teóricos socialistas desde su aparición hasta lo largo de su historia.

Por último, nos encontramos con una nueva clase social que en lo particular la defino como Socialistas con Confort, los cuales, son aquellos que se olvidaron del sentido de vecindad, y el fantasma del horror y el poder moldearon en ellos un desprecio por lo que un día fueron SOCIALISTA DE VERDAD.

AGRADECIDOS POR LEER ESTAS LINEAS.


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Joselino Serrano


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