Algunos aportes para el tema definido en el denominado "Congreso de la Patria": por la construcción de una nueva hegemonía cultural

Nueva Hegemonía para recuperar el Proceso Bolivariano

NUEVA HEGEMONÍA PARA RECUPERAR EL PROCESO BOLIVARIANO

(Algunos aportes para el tema definido en el denominado "Congreso de la Patria": por la construcción de una nueva hegemonía cultural)

Maracaibo, marzo de 2016

Antonio Gramsci fue quien incorporó a la teoría marxista el concepto de "hegemonía" como "dirección intelectual y moral" de una clase social o grupo de clases sociales sobre el resto del conjunto social.

Según Gramsci, el predominio de una clase social se manifiesta en dos planos que se complementan: el DOMINIO, ejercido sobre el resto de clases y grupos de clases, dominio que se ejerce a través de medios de fuerza (el control del Estado, de sus instituciones, de sus aparatos militares y policiales); y la DIRECCIÓN, ejercida por medio de la hegemonía intelectual y moral, imponiendo de manera consensuada y convincente, sobre la sociedad toda, su propia visión del mundo, su ideología, su filosofía, sus valores, su moral, su uso y valoración de la ciencia y la tecnología.

Si una clase social o alianza de clases que intenta hacer una revolución no desarrolla ambos polos de la propuesta gramsciana, le será muy difícil mantenerse en el poder y más difícil aún le será avanzar por el camino de profundas transformaciones sociales.

El proceso bolivariano, iniciado en 1999, hasta ahora no ha abordado adecuadamente la cuestión de la "hegemonía como dirección intelectual y moral", no se ha impulsado la "revolución cultural" que establece Gramsci como una necesidad para poder derrotar efectivamente al poder de la burguesía en una nación determinada.

Podemos afirmar que hoy día, buena parte de la población venezolana considera que la revolución bolivariana tiene un programa político acertado para impulsar los cambios necesarios para el país en todos los órdenes de la sociedad, pero que los encargados de dirigir las instituciones de gobierno han ejecutado ese programa en sentido negativo, haciendo en la práctica lo contrario de lo que se predica.

En otras palabras, el chavismo gobernante es caracterizado como una farsa por una mayoría del pueblo venezolano. Esta caracterización no llega hasta Chávez, pero sin duda alguna se extiende a todos los denominados "hijos de Chávez".

Existe hoy una pérdida absoluta de "hegemonía intelectual y moral" de quienes dirigen el proceso bolivariano. Recuperar esa capacidad de dirección intelectual y moral, por lo menos hasta el nivel que existió durante los años 2002-2004, implica necesariamente ejecutar una profunda y amplia transformación en las instituciones del Estado y renovación total en los equipos de gobierno a todos los niveles. Junto a esto, debe facilitarse la más amplia contraloría social sobre las instituciones públicas, permitiendo la creación y fortalecimiento de organizaciones populares destinadas a ejercer de manera permanente dicha función contralora desde la base del pueblo.

Sin esa profunda transformación en las instituciones, renovación de la dirigencia y accionar de la contraloría popular, difícilmente se avanzará a recuperar el respaldo político de los millones de venezolanos que dejaron de votar o votaron en contra de la revolución el 6D. No actuar en la dirección indicada implicará que se profundicen los vicios y las irregularidades por las cuales se perdió el control de la Asamblea Nacional, y el hundimiento electoral de las fuerzas chavistas terminará de concretarse en los venideros procesos comiciales.

A) La Universidad.

  • Una de las instituciones burguesas que actúa como creadora de "hegemonía intelectual y moral" es la universidad. Particularmente en Venezuela son las universidades autónomas las fuentes principales de una cultura burguesa que desde allí se transmite hacia la sociedad toda, y de una visión particular de la ciencia y tecnología que limita el progreso económico, político y social del país.
  • La revolución bolivariana no ha definido en 17 años una política de transformación hacia las universidades. En 15 años de mayoría parlamentaria no se aprobó una nueva ley de universidades. En cambio, se le ha otorgado a la derecha que controla totalmente esas instituciones un generoso presupuesto año tras año, dejando un terreno libre para que la burguesía criolla y extranjera actúe a sus anchas dentro de las universidades y promueva desde allí multitud de iniciativas destinadas a combatir y derrotar la revolución.
  • Al mismo tiempo, el "alto mando de la revolución" ha ignorado completamente a los núcleos de investigadores y académicos bolivarianos que dentro de las universidades desarrollan múltiples iniciativas en pro de la transformación social y combaten a la vez las expresiones burguesas dentro de la academia.
  • Una constante presente en todas las gestiones ministeriales ha sido el distanciamiento total entre el MPPEUCT (en 17 años ha tenido varios nombres) y los núcleos organizados de académicos bolivarianos, en claro contraste con el vínculo público desarrollado entre ministros y autoridades derechistas (rectores, decanos).
    • Sugerimos: Constitución del Consejo Presidencial de Universidades, Ciencia y Tecnología, con participación de autoridades de ARBOL, de autoridades menores de las instituciones universitarias y representantes de los colectivos bolivarianos de cada universidad, como instancia para debatir y decidir la política de transformación académica y administrativa de todo el sistema universitario nacional. Replicar ese consejo presidencial en cada región. Colocar al frente del MPPEUCT (extendido a cada universidad, cada Fundacite, etc.) a verdaderos académicos que provengan de las universidades y sean parte significativa de los cuerpos docentes y de investigadores del país (la transformación universitaria no necesita "buenos gerentes" sino buenos cuadros revolucionarios con formación y experiencia en las instituciones nacionales). Diseñar y ejecutar un proceso de evaluación de todo el sistema universitario venezolano, incluyendo a las instituciones privadas.
    • Abordar la problemática de 10 universidades de gran impacto nacional: LUZ, UDO, USB, UPEL, UC, UNEXPO, UCLA, UCV, ULA, UNET. Caracterizadas por la falsa crisis presupuestaria; su secuestro por una burocracia conservadora y mafias delictivas; la crisis de legalidad y legitimidad de sus autoridades; la desvinculación de la academia de las necesidades nacionales y populares. Ejecutar una inmediata auditoría académica y administrativa a estas 10 universidades.
    • Combatir el giro economicista hacia donde marcha la UNESCO; manifestado abiertamente luego del Foro Mundial de Educación realizado en Incheon, Korea (26-05-2015). Trabajar para garantizar el derecho humano a la educación para todos, por una educación pública, gratuita y de calidad; así como la recuperación de una educación que esté guiada por las ciencias pedagógicas humanistas y no por las lógicas del mercado.

B) La Organización de la Vanguardia.

  • Existe un déficit importante en cuanto a la "definición de clase" del proceso bolivariano. No está claro qué sectores sociales representa o intenta agrupar la revolución iniciada en 1999. En los últimos años la dirigencia revolucionaria se ha restringido a exponer un programa político orientado a los más humildes, a los excluidos, a los marginados, hacia los que no pueden con su trabajo garantizarse un mínimo de mecanismos de subsistencia (y se ha concebido el papel del Estado como "protector" de esos humildes a los cuales se les deben garantizar los servicios y bienes para su subsistencia). Esto se ha hecho al mismo tiempo que se ha olvidado casi totalmente a dos grupos sociales fundamentales en la historia reciente del siglo XX venezolano: la clase trabajadora (incluyendo a los campesinos) y la clase media. Grupos sociales que juntos son absolutamente mayoritarios en el país.
  • En este marco de indefiniciones, o de definiciones equivocadas, la promoción y construcción de organizaciones de los distintos grupos sociales para los cuales se supone que actúa la revolución, ha estado signada por la improvisación, la anarquía y la confusión.
  • Por momentos se ha criticado a los sindicatos y se han promovido consejos de trabajadores. Luego se ha pasado a apoyarse en los sindicatos (y federaciones sindicales) y se ha descalificado a los consejos de trabajadores (denominados "control obrero"). El vaivén en este terreno se desarrolla de acuerdo a objetivos subalternos de cada fracción burocrática al frente del ministerio del trabajo y del ministerio de industrias.
  • El mismo partido gobernante (PSUV) ha sido construido como un simple apéndice del Estado. Los dirigentes de las instituciones ocupan en todos los casos los cargos directivos del partido (presidente, ministros, diputados, gobernadores, alcaldes). No existe organización obrera del partido (ni de campesinos, de profesionales, del magisterio, etc.). Sólo existe organización electoral en las comunidades, pero concebidas también como mero apéndice de instituciones públicas y no como organizaciones para la lucha comunal y la contraloría social.
  • El PSUV (antes el MVR) asumió todas las características de los partidos burgueses: integrados por políticos profesionales, sin democracia interna en ningún nivel, reproduciendo la división del trabajo burguesa entre líderes y masa.
  • Si no se tiene clara la definición de clase, tampoco se tiene clara la cuestión de la formación ideológica (la llamada "política de formación de cuadros").
    • Sugerimos: Conformar una coordinación o consejo popular revolucionario que asuma el mando del proceso bolivariano, con potestades de dirección política por encima del consejo de ministros. En ese consejo popular revolucionario debe participar el presidente Maduro como principal vocero, pero cuyo resto de integrantes también tengan una vocería permanente en distintas áreas fundamentales: la economía, la cultura, la política interna, las relaciones internacionales, los movimientos sociales, etc. Se integraría con representantes de todas las fuerzas políticas que promueven la revolución bolivariana y se enfrentan al enemigo imperialista y sus aliados internos.
    • Reorientar el programa político de la revolución, hacia las clases trabajadoras y las clases medias (sin abandonar las políticas hacia los excluidos).
    • Impulsar simultáneamente como organizaciones de los trabajadores a los sindicatos, los consejos obreros y los delegados de prevención.
    • Crear legalmente (el Mintrabajo y/o el TSJ) un Reglamento para los Consejos de Trabajadores, previamente elaborado con el aporte de las organizaciones obreras.
    • Reorientar el ministerio del trabajo hacia la lucha de clases contra el capital y hacia el fortalecimiento de las organizaciones de trabajadores.
    • Reorientar la política de universidades, ciencia y tecnología para reconstruir lazos con sectores medios que sin identificarse con el socialismo pueden compartir objetivos de desarrollo nacional soberano y de reestructuración académica en las universidades.
    • Reorientar la política hacia los pequeños y medianos productores y comerciantes, buscando ganarlos hacia el programa de transformaciones en virtud de los pocos espacios que ofrece el capital global al crecimiento económico y la soberanía de las naciones.

C) Sobre los planes de formación. Criterios generales:

  • La formación de una nueva ciudadanía es imprescindible en todo proceso que, como el venezolano, se propone transformar radicalmente al Estado Burgués y construir una nueva institucionalidad fundamentada en el Socialismo del siglo XXI.
  • Esta formación ciudadana necesita enfatizarse al interior de las estructuras del propio estado bolivariano. Sólo se podrá acabar con la institucionalidad burguesa y construir nuevas instituciones de poder popular en la medida en que sus dirigentes e integrantes se identifiquen cabalmente con el proyecto socialista, lo entiendan y hagan suyo, y lo implementen en todos los escenarios de su práctica social.
  • La formación de los revolucionarios debe considerarse una tarea permanente, y no como parte de una coyuntura determinada. Dado que la formación es una tarea que nunca culmina, en la medida en que los seres humanos debemos aprender durante toda la vida, pues la realidad mundial está en constante cambio, la ciencia y la tecnología también, y la teoría que explica esa realidad igualmente está sujeta a modificaciones y desarrollos, el plan de formación es también una actividad constante de todo militante-activista y de todo dirigente del estado bolivariano. Esto no limita que se puedan establecer plazos determinados para cumplir con tareas específicas de formación.
  • La formación política revolucionaria sólo es posible si se participa activamente en la lucha de clases. De lo contrario será una formación teoricista, académica, que nada aportará al proceso revolucionario.
  • La formación tiene un componente de autoformación muy importante. Cada activista del movimiento revolucionario debe tener como una responsabilidad durante toda su vida la de formarse lo mejor posible para actuar en los escenarios sociales que se le vayan presentando. Sin esfuerzo personal será muy difícil la superación de las limitaciones y lagunas en la formación de los cuadros.
  • Las actividades de formación deben ir acompañadas, obligatoriamente de:
    • Relacionar de manera directa los temas abordados con la práctica revolucionaria que se ejecuta.
    • Materiales escritos que sirvan de apoyo al taller dictado (haciendo énfasis en escritos cortos y de fácil lectura; por escritos cortos entendemos materiales de unas 25-50 cuartillas por tema abordado).
    • Presentaciones audiovisuales que faciliten la comprensión de lo expuesto (uso de video-bean y laptop)
    • Pizarrones y rotafolios que faciliten la participación de los asistentes;
    • Métodos pedagógicos que involucren a los participantes, erradicando las clases magistrales y los métodos unidireccionales.
    • Considerar los conocimientos previos de los militantes, la transmisión de experiencias concretas que posea cada uno, y el diálogo de saberes intercultural.
    • Referencias bibliográficas (incluyendo fuentes de Internet) que faciliten la autoformación y la continuidad del proceso iniciado.

D) Sobre la política comunicacional y cultural (desarrollar este punto).

  • Los ministerios de Universidades, de Cultura y de Comunicación debe actuar en base a planes comunes que se orienten a resolver el punto de la "hegemonía intelectual y moral" de la revolución.
  • Para ello debe existir un espacio de coordinación permanente entre los tres ministerios (y cualquier otro que se considere necesario), de funcionamiento estable con cuadros dedicados específicamente a la elaboración y ejecución de dicho plan unificado de "revolución cultural" dentro de la revolución.

E) Sobre el nuevo Estado Comunal (desarrollar este punto).

A partir del reconocimiento por el propio Nicolás Maduro de la pervivencia del Estado Burgués y de la necesidad de construir un nuevo Estado, es necesario el debate y la definición de ese nuevo tipo de instituciones que debemos construir para avanzar en la transformación social e impedir el retroceso del proceso de cambios. De lo contrario, la racionalidad del Estado Burgués seguirá penetrando las estructuras políticas revolucionarias y el proceso se desviará irremediablemente por senderos propios del reformismo socialdemócrata.

F) Sobre la Ética revolucionaria. (Desarrollar este punto).

  • Sin un combate a la corrupción, con medidas concretas y públicas, difícilmente se hará creíble la voluntad de rectificación del proceso bolivariano. No es una cuestión de sacrificar a unos gafos para que se salven los jerarcas del chavismo. Como dijimos antes, no deben existir jerarcas, y todos los funcionarios deben ser sustituidos (salvo el presidente de la República). Esto implica no reelección de ningún gobernador, alcalde, diputado o concejal.
  • Exigir de manera inmediata que todos los que hayan ocupado cargos públicos desde 1999 hasta 2016 (aunque no sea en todos esos años, sino en alguno de ellos), deben demostrar de manera pública, por mecanismos accesibles en las redes, el origen de sus bienes muebles e inmuebles adquiridos a partir de febrero de 1999.
  • Destituir, expulsar de las fuerzas armadas, incautar sus bienes y someter a juicio a todos los oficiales (y civiles) que permiten, toleran, y participan en el negocio del contrabando en nuestras fronteras.
  • Medidas similares para todos los funcionarios policiales y militares que se les compruebe complicidad o colaboración con bandas delictivas en cualquier parte del país.

Maracaibo, Tierra del Sol Amada. 18 de marzo de 2016



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Roberto López Sánchez

Roberto López Sánchez (Caracas, 1958). Profesor Titular de la Universidad del Zulia (LUZ) con ingreso en 1994. Licenciado en Educación (LUZ, 1994). Magister en Historia (LUZ, 2005) y Doctor en Ciencias Políticas (LUZ, 2013). Actualmente dicta 6 materias en la Licenciatura de Antropología en LUZ: Historia de América; Historia de Venezuela; Intercambios Económicos; Poder y Movimientos Sociales; Culturas Afroamericanas; y Modo de Vida e Identidad Nacional. Ha dictado seminarios a nivel doctoral y nivel maestría en universidades venezolanas; y seminarios de Historia de Venezuela en universidades de Chile y España. Actualmente coordina la Unidad Académica de Antropología. Ha dirigido proyectos de investigación a través del CONDES-LUZ, y CLACSO. Línea de investigación: estudio de los movimientos sociales. Ha publicado más de 50 trabajos científicos. @cruzcarrillo09

 @cruzcarrillo09

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