Desde joven soñaba de tener mi propio país, una Isla en el mar, o en un gran lago, no pequeña, pero tampoco tan grande, donde montaría el primer ejemplo de una sociedad libre, justa, animista, y naturalmente creativa.

Ver animista: https://es.wikipedia.org/wiki/Animismo

Cuando digo libre, no me refiero al concepto occidental de la libertad, no, me refiero al hecho de ser libre de la esclavitud socio genética histórica occidental, es decir, libre de los conceptos que se nos ha inculcado históricamente a través del lavado del cerebro desde hace alrededor de 6000 años atrás cuando primero aparecieron, simultáneamente y de manera organizada, el capitalismo occidental y su Dios blanco.

Mucha gente no sabe que las sociedades organizadas, de tipo nómadas o sedentarias, ya existían sobre la tierra durante por lo menos 250.000 años antes de la época moderna (los últimos 6000 años), en otras palabras, la sociedad occidental así como la conocemos hoy, solamente representa alrededor de 2% del tiempo de nuestra existencia humana en sociedad.

Es algo relativamente nuevo, y obviamente destructivo, en solo 2% del tiempo estamos destruyendo el 98% de nuestra vivencia.

Cuando era adolescente ya me había dado cuenta de esa realidad, y de la realidad que en tan poco tiempo, la sociedad occidental --- particularmente en los últimos 500 años --- ha destruido, y sigue destruyendo nuestro planeta y la vida que se encuentra sobre ella, la vida visible e invisible, ya que todas las realidades forman parte integral de una sola, pero más grande realidad.

Lo que vemos, existe, y lo que no vemos, también existe.  

Lo que hacemos existe, pero también existe lo que pensamos.

Así lo siento yo.

Bueno, en mi país, la Isla, no existiría la propiedad de ningún tipo, es decir, nadie seria dueño de nada, y cualquier cosa que uno tenga debe ser únicamente para utilizarla. Por ejemplo, uno no pudiera tener dentro de su cada un rastrillo o un martillo ya que probablemente no lo utilizará regularmente, pero sí pudiera tener una escoba, vasos, una cocina, platos, y ropa, ya que las utilizaría varias veces al día.

Pero, así como en el territorio Indígena Cree de Eyou Istchee, nadie le pondría candado a su casa, a nada, ni a nadie, entonces si alguien necesitara la escoba, o un plato, la persona pudiera ir a buscarlo a la casa del vecino mientras que la persona no esté allí, y después devolverle la escoba y el plato cuando regrese.

Si necesitara un techo durante una tormenta por ejemplo, sin poder regresar a su hogar, la persona pudiera simplemente entrar a la casa de alguien más, y quedarse allí el tiempo necesario.

Ver Eeyou Istchee: https://en.wikipedia.org/wiki/Eeyou_Istchee_(territory)

No se permitiría tener mascotas atadas o en jaulas.

No se permitiría matar a ningún ser, ni animales, ni peces, ni insectos, ni plantas, ni piedras, nada, sin que sea absolutamente necesario, es más, se les pediría el permiso y el perdón a cada ser que hubiera que matar, pero siempre para el bien comunal.

NOTA: Un animista generalmente cree que todo tiene vida, piedras, tierra, aire, viento, pensamientos, animales, insectos, etc.
Todo bien material que no se use a menudo o regularmente se guardaría en un depósito comunal.

Todos los ciudadanos de la Isla capaces de trabajar y/o estudiar, tendrían que trabajar o estudiar, y aquellos y aquellas que no sean capaces serian cuidados por aquellos y aquellas que puedan.

El concepto occidental capitalista del trabajo se eliminaría completamente, es decir, el trabajo ya no sería considerado trabajo, sino que sería una actividad gratificante comunal y productiva que forma parte natural e integral del HACER del ser humano en sociedad. Cada persona capaz dividiría su tiempo entre trabajar y estudiar, como quisiera, ya que las dos actividades son productivas, y son para el bien comunal.

No habría televisión, ni radio, ni juegos video, ni nada que sea mentalmente destructivo o que sea relacionado con el lavado de cerebro occidental, en vez, se reemplazarían estas cosas con obras teatrales, juegos inventados en la Isla, música en vivo, con instrumentos inventados allí, poesía, arte, y otras formas de entretenimiento positivo y productivo, todas desarrolladas desde lo interno del ser naturalmente creativo de la Isla.

Se importarían al país herramientas, y otras cosas que sean de necesidad básica, y se exportarían productos agrícolas, artesanía, minerales, y productos inventados sobre la Isla.

Ya que la Isla seria un espacio de desarrollo de la creatividad natural, y del conocimiento universal, versus el conocimiento y los conceptos capitalistas occidentales, la Isla pudiera también exportar conocimiento, sabiduría, ideas, e invenciones.

Esencialmente, nadie tendría que robarle nada a nadie ya que nadie seria dueño de nada.

Toda persona que quisiera vivir fuera de la Isla pudiera irse cuando quisiera, pero nunca tendría el derecho de regresar.

Toda persona que se encuentre en sana condición intelectual y psicológica que cometa un delito intencional, que robe lo que sea, que maltrate a otra persona verbalmente o físicamente, o que cometa cualquier injusticia en contra de cualquier otro ser, será enjuiciado públicamente, y si así lo decidiera la población de la Isla, sería expulsado por siempre.

Sobre mi Isla no existe absolutamente ningún espacio para el mal intencional.

Así sería mi Isla, algo así.

Nunca desarrollé los detalles, pero de vez en cuando sueño de mi Isla.